miércoles, 31 de julio de 2013

MARILYN MANSON - MECHANICAL ANIMALS


Año: 1998 
País: Estados Unidos
Género: Alternative.Glam-metal
Puntuación: ▲▲▲▲


Segundo disco conceptual de Manson (tercero en general) proveniente de su pretenciosa trilogia discográfica, es sus propias palabras la ‘antítesis del “Jesuschrist Superstar”’, si en su primer disco exhibía un sonido mas acerbo, crudo y estridente para el oyente convencional, en este disco se aligera marcadamente la propuesta sin dejar de lado la carga metal-industrial, mas al revestirse de la estética glam con mayor trasfondo, sosteniéndose en gran parte del disco sus ritmos y tempos en secuencias techno-electro y new-wave; su propuesta resulta así de mayor accesibilidad condimentadas con textos explícitos de perdición humana, holocausto, deshumanización e insensibilidad en un mundo.


Su estética mistura al glam setentero de Bowie con el shock-rock de Alice Cooper, imágenes tétricas en textos mórbidos y guitarras oxidadas que convergen con efectos sonoros de evocaciones robóticas-alienígenas, comienza con “Great Big White World”, acertado corte inicial que prepara la atmósfera afligida y tensa del disco, guitarras abrasivas y teclados oscuros siembran el escenario desolador y desdichado de un mundo sumido en la falta de valores y sentimientos; sigue “The Dope Show”, genial interpretación en tempo lento y pausado del arribo de la fama y la perdición humana desencadenada por la cultura del consumismo y el fanatismo idolátrico en una sociedad vacía y superflua; arena-rock revestido de glam se aprecia en “Mechanical Animal, y “Rock Is Death”, uno de los mejores cortes del disco, más acerbo y con textos de crítica a la devoción cuasi-religiosa hacia la televisión, presenta reminiscencia al “Personal Jesus” de Depeche Mode (otra de sus influencias).


“Disassociative “ con robustez industrial noise; “The Speed Of Pain” es otra estupenda pieza calmada tocada a guitarra acústica con una atmósfera apocalíptica pesimista; “Posthuman” acelera el ritmo en una pieza con mayor inclinación electro y new-wave con obscenidad gótica; “I Want To Dissapear” enardece con un arena-rock y metal áspero por ahí con resonancia bubble-gum; y "I Don't Like the Drugs (But the Drugs Like Me)" es una genial y accesible pieza rítmica que desnuda el amansamiento de una sociedad mediocre sin identidad, razón ni aspiración alguna.


El disco lo cierra la fatalista “The Last Day On Earth” dominada por teclados en una atmósfera depresiva y retorcida; y “Coma White”, apoteósico punto final más pausado con un Manson emulando vocalmente a Cobain en una atmósfera angustiante y en cuyos textos se saborea desencantamiento y descontento de reaccionar y asumir una realidad sin salvación ni esperanza de cambio.

martes, 30 de julio de 2013

PLACEBO - PLACEBO


Año: 1996
País: Reino Unido
Género: Alternative.pop-rock
Puntuación: ▲▲1/2


Aceptable disco debut de la banda inglesa que revisa en sus textos la enajenación adolescente con una vasta gama de sentimientos encontrados, turbulentas explosiones emocionales, exploraciones con aspiración pseudo-filosófica en pleno descubrimiento de la identidad sexual, temas en sí recurrentes tratados por más de una banda y con mayor acierto valga decirlo.

Si bien su basamento se influencia del previo brit-pop del cual la banda deriva (basta con escuchar a Suede para darse cuenta de esto), su propuesta aspira a una tendencia de menor enfoque a la dirección indie.post-punk, sino que se adentra a la vertiente alternativa con orientación noise-underground depresiva americana con referencia a unos Pixies, Nirvana y Sonic Youth.


Del disco se desaca “Teenage Angst”, genial corte con ascendencia pixiana que comulga a esta última con unos primeros Suede en una pieza de inclinación melódica emo-pop; “Nancy Boy” es una peculiar pieza de saturado noise-pop con imaginería surrealista de alusiones homosexuales bastante interesante; su maraña de guitarras eléctricas y su atractiva melodía dota a la pieza de accesibilidad con un Brian Molko mostrando su devoción por un Bowie setentero alejándose de la  frivolidad del glam y ensuciándoles las manos con el lodo del underground; y “36 Degrees” es una robusta y potente pieza de palpitante rock alternativo y emo-core con genial línea de guitarra y textos de incomprensión adolescente con influencia de Roberth Smith.

De ahi el disco ofrece varios cortes genéricos sin mucha originalidad ni muy memorables, salvo uno que otro tema como “Bruise Pristine“, intenso tema de apabullante sección rítmica; nuevamente recurrencias pixianas en “Hang On Your IQ”, pieza de estimable arreglo de cuerdas y atmósfera depresiva aunque no muy efectiva en sus textos.

SUEDE - DOG MAN STAR

 

Año: 1994
País: Reino Unido
Género: Indie.brit-pop
Puntuación: ▲▲▲▲▲

Su intento por alejarse de toda la escena brit-pop que en un comienzo habrían propulsado y engendrado; la banda londinense rechaza la nueva postura de este movimiento adoptado por las nuevas sensaciones coyunturales menciónese Oasis, Pulp y sobre todo unos tempranos Blur. El resultado los llevaría a explorar conceptos más complejos de abuso de drogas, sadismo, violencia y angustia existencial de una generación perdida en el sexo, la depresión y en una suerte de romanticismo surreal oscuro y doloso con influencia de los Velvets.


El glam sirve como plataforma para elaborar intensas y flagelantes piezas tanto lentas y melódicas con cargado contenido depresivo, como fogosas alusiones sexuales en acerbas piezas eléctricas glam-core; “Introducing the Band” abre el disco con una sección robusta de pretensión art-rock con reminiscencia al “Berlin” de Lou Reed con cargadas alusiones hard-core y ejercicios de distorsiones vocales insinuando sutilmente krautrock; el caos y la desesperación detonan en “We are the Pigs” desoladora e inconsolable pieza que retrata una sociedad desahuciada y sumida en la violencia, acentúa el dramatismo y la épica en una envolvente atmósfera de violines con guitarras dolidas y afligidas; la sofisticada “Heroine” con féminas alusiones obsesivas de depravación generadas por la pornografía; la hermosa balada “The Wild Ones”, una promesa de amor enaltecida por el romanticismo altruista y dramatismo de sus textos;  y sorprende con la compleja “Daddy's Speeding” con referencias a James Dean en trágicos textos sobre un accidente automovilístico expuesto en un brillante corte atmosférico art-rock que llegan a su clímax con un abrasivo pasaje de distorsiones y noise conceptual.


“The Power” denota su vena por el glam de los Mott The Hupple o T.Rex pero mostrando una orientación con mayor enfoque post-punk de huella Morriseyana; “New Generation” con clara reminiscencia a Bowie es una emblemática pieza post-punk de alucinante gutiarra eléctrica por Bernard Butler; “This Hollywood Life” juega con el blues y el glam en una agresiva y saturada pieza de rebosante potencia eléctrica;  el desconsuelo por el desencanto de la futilidad del matrimonio en la antigüedad en la que la mujer se consumía en las cuatro paredes de su hogar en revisado en la balada “The 2 Of Us” sentida balada con huella de Reed y Bowie; sigue la romántica e idealista “Black or Blue”, tiempo lento con arreglos de orquestación y falseto; la intensa “The Asphalt World”, compleja pieza con pretensión progresiva; y “Still Life”, balada crooner depresiva con ascendencia a Joy Division que cierra el disco épico con un fascinante pasaje de violines y orquestación fílmica.

BLUR – MODERN LIFE IS RUBBISH

 
Año: 1993
País: Reino Unido
Género: Indie.brit-pop
Puntuación: ▲▲▲▲

Uno de los grandes logros de la banda inglesa en el cual revisan el pop sesentero con arreglos de viento y violines, sonoridades y recursos que evocan baroque, sunshine y sobre todo lush-pop de manea sutil, contrastándolo con fluidez con su propuesta post-punk que guitarras crudas y estruendosas, si desentonar en sensibilidad y calidez sonora, logran un meritorio equilibrio musical que revive los mejores momentos de los Kinks, los Jam o los Roxy Music menos experimentales.

Si que saben hacer muy buenas y disfrutables piezas, atractivas y sin rodeos, con la suficiente sofisticación como para ser disfrutadas en posteriores escuchas. Del disco se aprecian genialidades melódicas en textos de humor sardónico como la kinkiana “For Tomorrow”, contagiante estribillo y notable acompañamiento de violines de fondo; “Advert” acelera el ritmo con una ávida sección de cuerdas eléctricas noise y un trato musical de evocaciones glam a lo Bowie o Roxy Music; la futilidad y banalidad del día a día se revisa en “Colin Zeal” con insinuación a los Jam; y “Pressure On Julian” es una genial pieza de distorsiones  psicodélicas con el aporte del genial e imprescindible Graham Coxon a la guitarra.


“Star Shaped” nuevamente apunta al humor irónico de Ray Davies, al igual que en la lúdica ”Chemical World” con acentuación eléctrica glam; la potente “Sunday Sunday” de reminiscencia beatleniana es una astuta pieza con solo de teclados y acompañamiento instrumental de viento con aromas al “Something Happened To Me Yesterday” de los Rolling Stones; nuevamente Cox nos regala uno de sus mejores aportes en las cuerdas en “Oily Water”; y el disc lo completa frescas piezas de atractiva escucha y ricas sonoridad power-pop a lo Small Faces o The Scruffs como la altiva “Turn It Up”, “Coping”;  y el cierre “Resigned/Commercial Break”, que se extiende en un nostálgico pasaje instrumental.

domingo, 28 de julio de 2013

OASIS - DEFINITELY MAYBE



Año: 1994
País: Reino Unido
Género: Indie.brit-pop
Puntuación: ▲▲▲▲1/2

Glorioso disco debut de la banda mancuniana que logra filtrar en su sonido la historia del rock inglés (haciendo un paréntesis con el progresivo claro) desde el pop-rock y la psicodelia beatleniana y el mod-pop de los Who, pasando por el glam bolaniano, el ensimismamiento y rebeldía punk (que a veces peca de caprichoso) de los Sex Pistols o los Damned, el post-punk de los Smith, y aposentarse claro en la vertiente indie contemporánea derivada del Madchester-sound de los Stones Roses y los Happy Mondays, que ya previamente bandas emblemas como Suede o Blur se encargaron de alistar el podio para el fenómeno musical que conseguiría gran repercusión mundial y, como todos sabemos, cambiaría para siempre el concepto de música independiente y reformularía todo concepto previamente establecido en este ámbito.


Todo esto con personalidad y definición en su oferta, que si bien resulta derivativo, logra desarrollar un sonido crudo y visceral, que dibuja una generación sumergida en la diversión, en la juerga y el frenesí, noches de cigarros y alcohol desmedido, descontrol y angustia juvenil, todo esto en vivaces piezas de palpitante rock ‘n roll y astutas melodías que fácil escucha y atractivo comercial.

Genialidades musicales una tras otras llenas de ímpetu y alma rock: “Rock 'N' Roll Star” detona en una postura arena-rock y power-pop e incisivo riff que además goza de una atractiva melodía buggle-gum cuyo desarrollo melódico por ahí nos trae a la mente a unos Ramones, con una parte final de deformación noise-psicodélica a lo Who; su emblemática “Live Forever” con evocaciones beatlenianas del “White Album” y una genial construcción melódica; “Up In The Sky” es una alucinante pieza de psicodelia pura que revive al “Revolver” de los Beatles empleando el estilo vocal de “She Said, She Said”; “Columbia” acentúa la sensación de groove proveniente de la explosión Madchester de fines de los ochenta; y la soberbia “Supersonic” cuyas cuerdas malicientas parecen emanar la angustia existencial juvenil del “I’m Eighteen” de Alice Cooper, guitarras angulares rebosan en la tensa atmósfera que hereda el noise de My Bloody Valentine, además de presentar a un inmejorable Liam Gallagher que brilla en un estilo vocal con sensualidad y nihilismo que filtra a Suede, Johnny Rotten, e incluso un Neil Young más acerbo y crudo.


“Bring It On Down” fulgura psicodelia heavy ácida; “Cigarettes And Alcohol”, que toma riff ‘prestado’ del “Get It On” de T. Rex, muestra su talento para filtrar el glam y la psicodelia en su oferta noise-melódica de acierto comercial, nuevamente con reminiscencia vocal a los Pistols (o incluso Red Kross); y “Slide Away” con tintes de himno generacional, lanzando emblemáticos temazos destinados a ser coreados hasta el cansancio en multitudinarios conciertos a todo pulmón.

El resto, piezas que redundada en lo explicado sin despertar mucho interés, y cierra la genérica “Married With Children”, lenta y genérica balada acústica.

THE AMBOY DUKES - JOURNEY TO THE CENTER OF THE MIND



Año: 1968
País: Estados Unidos
Género: Psychedelic.Acid-rock
Puntuación: ▲▲▲▲1/2

Notable agrupación de pop-rock psicodélico con basamento garage-blues que logró expandir su propuesta en este viaje exploratorio al centro de la mente, trabajo en el cual recurren tanto al folk psicodélico, al ácido con insinuación heavy y al garage con pretensión noise (no en vano son originarios de Detroit); consiguiendo increíbles momentos de intensa bravura eléctrica hendrixiana y palpitantes solos épicos, enmarañados en una convulsiva atmósfera sónica con huella de unos Sonics, Animals o Missunderstood.


Sensualidad blues y ácido ya se perciben en sus primero cortes, la mercenaria “Mississippi Murderer”, sofisticada y elegante pieza blues con detonante final psicodélico; “Surrender To Your Kinks” posee un abrasivo y cabalgante tempo de rítmica psicodélica heavy, y además de presentar un brillante Ted Nugent en la guitarra eléctrica; y sigue “Flight Of The Byrd” con soberbia sinergia entre los teclados de Andy Solomon y la guitarra eléctrica del mencionado Nugent por momentos con reminiscencia al “Purple Haze” de Hendrix.

El disco se complementa con piezas lentas de menos estridencia y abrasión, mas igual de efectivas en su complejidad rítmica y su sentido del gusto, tenemos así la breve pieza instrumental “Scottish Tea” insinuando un concepto progresivo temprano a lo The Nice, pieza en la cual además desvanece duda alguna sobre la plausible capacidad creativa de Nugent a la guitarra; la sinergia de la dupla Nugent-Farmer queda nuevamente enaltecida en la genial "Dr. Slingshot", gustoso blues-rock con aromas al blues psicodélico ingles de Cream o de los Yardbirds con Jeff Beck; "Journey to the Center of the Mind" se percibe como una interesante mezcla de los Who con unos Missunderstood en un creciente ritmo con insinuaciones arena a unos Steppenwolf; "Ivory Castles" es otra genial pieza más pausada y penumbrosa con intrigante y tensa atmósfera que conecta astutamente con “Why is a Carrot More Orange Than an Orange", lúdica pieza pop psicodélica con ejercicios corales a lo The Move y nutrida sección musical de acompañamiento; y “Missionary Mary” rompe el clímax con un altisonante estribillo a lo “Lucky In The Sky With Diamonds” de los Beatles, aunque consiguiendo un sutil efecto prog-pop a lo Procol Harum.


“I'll Prove I'm Right” es otra destacable pieza con ecos de unos Steppenwolf que se adelantan a unos The Open Mind;, y despide "Conclusion", punto final que aglomera lo previamente explicado en una lenta pieza psicodélica con cierta insinuación sci-fi y grandilocuente final épico.

EAST OF EDENS - MERCATOR PROTECTED




Año: 1969
País: Estados Unidos
Género: Heavy-prog.Art-rock
Puntuación: ▲▲▲▲▲


Sorprendente disco debut de la banda inglesa precursora de la complejidad progresiva setentera con mayor predomino heavy, su sonido filtra con sofisticación y personalidad una diversidad exquisita y elegante de género e instrumentos musicales como el jazz, la psicodélica, el ácido, el blues, el folk psicodélico. el art-rock y claro el progresivo que sirve de plataforma para la elaboración de sus fascinantes aventuras musicales ricas tanto en sonoridad como en matices y contrastes, basta con escuchar a unos King Crimson setenteros, Caravan, Magna Carta o incluso unos Atomic Rooster para darse cuenta de la influencia de la banda.

“Northern Hemisphere” abre el disco con  un ácido riff heavy musculado y macizo, presenta convulsivas deformaciones de noise primitivo en determinados puntos y en su parte final con temprano coqueteo kraut-rock; “Isadora” parece preceder la accesible complejidad de Jethro Tull en un animado corte, pausada y letárgica, engatusa con el mágico solo de flauta dulce decorado con un espontaneo fondo de jazz libre por ahí con aromas a un sugerente jazz fusión; y “Waterways” asombra con la bellísima maraña orquestal instrumental, oscura y funesta, se va ensalzando en una maravilla instrumental de exotismo y psicodelia oriental progresiva que detona en un catártico conglomerado noise exploratorio filtrando a unos Pink Floyd de su disco debut.


“Centaur Woman” en un acerbo blues progresivo de progresión jazz estilo libre que amalgama a unos King Crimson con unos venideros Gravy Train; Geoff Nicholson se luce en el manejo y solo de guitarra eléctrica de lo más delicioso que se experimente para el amante de rock más sofisticado sin pecar de sobre-pretencioso; “Bathers” es otra fulminante pieza de macabra y lúgubre atmósfera depresiva con aromas a unos tétricos The Maze, sigilosamente va desencadenando su clímax en un agobiante y claustrofóbico entorno musical doorsiano;  “Communion” ya adopta es estilo grandilocuente del art-rock progresivo con sensación medieval a lo Family; “Moth” es una pantanosa pieza psicodélica, difusa y sobresaturada parece encontrar la vena de la transgresión ácido hasta desembocar en un noise minimalista macabro con clara alusión al “A Day In The Life” de los Beatles; y cierra la exploración vanguardista de “In The Stable Of The Sphinx”, pretenciosa pieza progresiva que engloba lo previamente descrito en una rica y nutrida diversidad de pasajes y momentos instrumentales que recurren al blues, al noise, al acido y al heavy con destacable sincronización y fluidez.