Año: 1969
País: Estados Unidos
Género: Heavy-prog.Art-rock
Puntuación: ▲▲▲▲▲
Sorprendente disco debut de la banda inglesa precursora de
la complejidad progresiva setentera con mayor predomino heavy, su sonido filtra
con sofisticación y personalidad una diversidad exquisita y elegante de género
e instrumentos musicales como el jazz, la psicodélica, el ácido, el blues, el
folk psicodélico. el art-rock y claro el progresivo que sirve de plataforma
para la elaboración de sus fascinantes aventuras musicales ricas tanto en
sonoridad como en matices y contrastes, basta con escuchar a unos King Crimson
setenteros, Caravan, Magna Carta o incluso unos Atomic Rooster para darse
cuenta de la influencia de la banda.
“Northern Hemisphere” abre el disco con un ácido riff heavy musculado y macizo,
presenta convulsivas deformaciones de noise primitivo en determinados puntos y
en su parte final con temprano coqueteo kraut-rock; “Isadora” parece preceder
la accesible complejidad de Jethro Tull en un animado corte, pausada y
letárgica, engatusa con el mágico solo de flauta dulce decorado con un
espontaneo fondo de jazz libre por ahí con aromas a un sugerente jazz fusión; y
“Waterways” asombra con la bellísima maraña orquestal instrumental, oscura y
funesta, se va ensalzando en una maravilla instrumental de exotismo y
psicodelia oriental progresiva que detona en un catártico conglomerado noise
exploratorio filtrando a unos Pink Floyd de su disco debut.
“Centaur Woman” en un acerbo blues progresivo de progresión
jazz estilo libre que amalgama a unos King Crimson con unos venideros Gravy
Train; Geoff Nicholson se luce en el manejo y solo de guitarra eléctrica de lo
más delicioso que se experimente para el amante de rock más sofisticado sin
pecar de sobre-pretencioso; “Bathers” es otra fulminante pieza de macabra y
lúgubre atmósfera depresiva con aromas a unos tétricos The Maze, sigilosamente
va desencadenando su clímax en un agobiante y claustrofóbico entorno musical
doorsiano; “Communion” ya adopta es
estilo grandilocuente del art-rock progresivo con sensación medieval a lo
Family; “Moth” es una pantanosa pieza psicodélica, difusa y sobresaturada
parece encontrar la vena de la transgresión ácido hasta desembocar en un noise
minimalista macabro con clara alusión al “A Day In The Life” de los Beatles; y
cierra la exploración vanguardista de “In The Stable Of The Sphinx”, pretenciosa
pieza progresiva que engloba lo previamente descrito en una rica y nutrida
diversidad de pasajes y momentos instrumentales que recurren al blues, al
noise, al acido y al heavy con destacable sincronización y fluidez.
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