miércoles, 8 de junio de 2011

MOTT THE HOOPLE - ALL THE YOUNG DUDES 1972


Todo un clásico del rock en su etapa glam, los Mott the Hopple justo cuando pensaban en desintegrarse como banda, ven su salvación en un oportuno Bowie, quien no sólo les regala el corte homónimo que se convertiría en su gran clásico, sino que cambia totalmente la dirección y postura del sonido de la banda, quienes terminan transformándose en una de las mejores y más representativas de este movimiento musical. Este, junto con "Mott" (para muchos este último su obra cumbre), serían los discos que los llevarían a la inmortalidad.


Creativos, irreverentes, jocosos y provocativos son los textos que encontramos a lo largo de los nuevo cortes del disco; llenos de la vitalidad y desenfado asi como de su claro estilo musical en piezas más calmadas enfocado en el folk a lo Dylan.


Comeinza con el cover de los Velvets "Sweet Jane", animada versión glam seguido por la sugestiva seducción de "Momma's Little Jewel", provocadora pieza con lbailonga sección rítmica.


El clásico de clásicos que provoca corearla con encendedor en mano alzada, "All The Young Dudes" magistral pieza glam de alusión homosexual escrita por Bowie que planeó en un comienzo para su épico "Ziggy & The Spiders...". Y ya hablando de Bowie, "Sucker" hace referencia clara a su exótico sonido en algunos cortes del mencioando trabajo del camaleónico personaje; a destacar la adictiva sección rítmica y las intensas trompetas y cuerdas tanto acústicas como en poderosos riffs y solos eléctricos


Rock'n'roll directo y mordaz en "Jerkin' Crocus", astuta pieza de desenfado sexual. "One of the Boys" con áspereza y descarga rockera stoniana. "Soft Ground" tambien destaca por sus aguerridos riffs y su pastosa pared musical de apabullante y sudoroso rock.




Despide este trabajo la intensa "Ready for Love/After Lights" (que en mi modesta opinión encontraría mejor suerte con Bad Company, aunque al fin de cuentas, el resultado es bastante parecido).


"Sea Diver", balada acústica a piano y voz con sutiles y hermosos arreglos orquestales que ponen fin a este muy meritorio trabajo del generalmente maltratado género musical llamado glam-rock, del cual tampoco soy un fanático empedernido, mas sé reconocer como se debe cuando se presenta ante mis oidos trabajos discográficos como estos.

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