domingo, 10 de febrero de 2013

ANANDA SHANKAR - ANANDA SHANKAR





Año: 1968
País: India
Género: Psychedelic.Indian-music
Puntuación: ▲▲▲▲▲


La respuesta de oriente ante el emergente interés de occidente por los ritmos y sonidos de la música india tradicional filtrados en la psicodelia; Ananda Shankar consigue así reinterpretar esta fusión musical y la fascinación de las jóvenes bandas inglesas y americanas, dándole un giro de 360 grados al presentarnos la otra cara de la moneda: un viaje musical con sitar en mano descubriendo los terrenos del rock y la psicodelia sesentera.


Su propuesta en muy acertada, amolda con exotismo la postura rock en un estilo musical angular llenos de matices sonoros del cual se vale tanto de efectos sonoros de estudio como de la instantaneidad de la instrumentación tradicional, un mundo totalmente nuevo a descubrir para el oyente anglosajón, lleno de mística sensorial y exuberancia milenaria en un enfoque lisérgico-artístico de accesibilidad melódica.


De por sí el disco completo es un deslumbrante trabajo a descubrir; dos de los grandes aciertos son así las versiones del “Jumpin’ Flash Back” de los Stones, mostrando su talento para introducir una línea de sitar en la construcción melódica; y “Light My Fire” un viaje sensorial psicodélico con alusiones narcóticas de hedonismo musical; “Mamata (Affection)” mostrando calidez y candor en una atmósfera romántica y tierna, exhibe la fragilidad y sensibilidad de la sitar y sus hipnotizantes cuerdas; la pretenciosa “Metamorphosis”, más imbuida en el estilo oriental presenta una abrupta variación de tempo que lleva a una aceleración rítmica que parece enfocarse en el estilo catártico velvetiano; la extensa “Sagar (The Ocean)”, un intrincado pasaje instrumental que desencadena un trance mental de inhóspitos surcos musicales y emanaciones picodelicas de incienso y pimienta; y cierra el mesmerizante corte mántrico “Raghupati”.

APHRODITE'S CHILD - END OF THE WORLD


Año: 1968
País: Grecia
Género: Baroque.Art-rock.
Puntuación: ▲▲▲▲

Canción Favorita: “Valley Of Sadness”

El disco debut de la clásica banda griega resulta una aventura pop-psicodélica de notables acierto y grandes momentos de memorables construcciones melódicas, apareciendo en un momento en el que el esplendor del pop sesentero deslumbraba a multitudes e iba madurando en una vertiente más pretenciosa de orientación progresiva y art-rock.


Uno de sus fuertes es la melódica y apasionante factura vocal de Demis Roussos, delicada, y fina, desfoga sus desamores y desavenencias con sofisticación y elegancia en la descorazonada “End Of The World”, corte inicial del disco con intenso fondo instrumental con aromas a unos Procol Harum; sigue la simpática “Don’t Try To Catch A River”, ligera pieza de pop psicodélico de resonancia a Afterglow y estética exótica a lo Skip Bifferty; “Mister Thomas” adoptando un estilo musical que nos retoma a terrenos medievales progresivos; la acongojadora “Rain And Tears”, una preciosa escultura musical baroque con huella de un inconfundible Boettcher; y la arriesgada “The Grass Is No Green”, curiosa construcción psicodélica-progresiva con arrebatos de tempos y explosivo desenlace.


Una de las mejores piezas es la deliciosa “Valley Of Sadness”, melancólico corte con una notable construcción melódica y un impecable manejo de la intensidad y emotividad (uno de los puntos  fuertes de su magistral impronta); completa “You Always Stand In My Way”, intensa pieza psicodélica saturada en fondo de órgano; la fascinante “The Shepherd And The Moon” exhibiendo sus raíces griegas en una exótica y astuta pieza progresiva de emanaciones libanesas; y cierra “Day Of The Fool”, un bizarro corte art-rock sensorial que enmaraña una angustiante tensión atmosférica que mantiene intrigado de comienzo a fin al oyente en su viraje de intensidades.

FLOWER TRAVELLIN' BAND - SATORI




Año: 1971
País:  Japón
Género: Heavy.Acid-prog
Puntuación: ▲▲▲▲

Canción Favorita: “Satori Part 2


La psicodelia en islas niponas tuvo un mayor enfoque acido-progresivo derivado del impacto de bandas que por esos años estaban dictaminando la dirección del rock a comienzos de la década de los setenta, Led Zeppelin y Black Sabbath sembraron así un enfoque épico-siniestro que tendría una mayor influencia en el heavy-metal y el noise-primitive; una de esas bandas que vio una luz al enrumbarse en esta nueva vertiente del rock fueron la Flower Travelin’ Band.

Nutridos de la psicodelia ácida sesentera del más alto calibre, Cream y Hendrix, la electricidad visceral del noise de Blue Cheer, y filtrando recursos y estéticas de su propia cultura asiática, elaboran un sonido bastante interesante de estridencia carnal y saturación lo-fi con pretensión progresiva; perversos solos de un imprescindible Hideki Ishima de ascendencia a un Tommy Iomi seducen y sumergen al oyente a una alucinógena experiencia de progresivo ácido.


Su propuesta se  enfoca en la generación atmosférica de tensos y claustrofóbicos pasajes de rítmica heavy, dotando a las piezas de una resonancia primaria que si bien se empapa de recursos derivativos, logra exaltar las ansias del exigente amante del buen rock. “Satori Part 1” por ejemplo juega con momentos progresivos que trae a la mente a la esquizofrenia del siglo 21 de King Crimson amalgamada con el heavy arena de Deep Purple; y “Satori Part 3” emanando psicodelia y magistral solo de armónica bluesera en un placentero jamming.


Entre lo más destacable resalta “Satori Part 2”, fenomenal pieza progresiva con delirante solo de guitarra eléctrica que se luce a lo largo de los siete segundos que dura el corte; “Satori Part 3” con atmósfera sabbathiana desoladora y depresiva, reminiscencia al “Iron Man” y un hipnotizante solo eléctrico de afiladas guitarras fatídicas y mercenarias, corte que para cualquier amante del stoner.rock le demolerá el cerebro, además de poseer un breve pasaje en su segunda mitad psico-progresivo con experimentaciones que traen a la mente a unos primeros Pink Floyd en su etapa ácida de “Interestelar Overdrive”.


Cierra “Satori Part 5” redundando en lo previamente explicado con geniales momentos de tensión y sincronización progresiva.