viernes, 15 de agosto de 2014

MIKA – LIFE IN CARTOON MOTION


Año: 2007
País: Reino Unido
Género: Indie.Electro-Pop
Puntuación: ▲▲▲

Con clara influencia de un Freddy Mercury más pop (cualquiera que idolatre a este artísta seguramente encontrara cómodo cobijo en este disco), Mika conjura un estimable muestrario del pop melódico dramático, de infaltables falsetes y colorida parafernalia atmosférica que juegan con el glam-pop, el electro-pop y la inconfundible balada pseudo-emocional.


Podría haber caído fácilmente en cursilerías baratas, pero hay que otorgarle cierto crédito al concebir una experiencia musical lo suficientemente pulida, heterogénea y rica en referencias musicales como para pecar de intrascendente.

“Grace Kelly” es un buen punto de inicio, de evocaciones vocales con referencia a Freddy en piezas comerciales como “Don’t Stop Me Now” y un sardónico coqueteo en textos sobre taciturnas expresiones faciales logra llevar a la melodía a momentos de juego, cinismo y cierto descaro lúdico; “Lollipop” posee una limpia instrumentación electro-pop en una pieza genérica en términos generales, sin llegar a ser insoportable; “My Interpretation” posee un buen manejo melódico con acentuación country-rock y buen acompañamiento de piano, algo de Bowie y Elton John (otra de sus claras influencias) en una pieza escuchable y de mayor enfoque FM; sigue la irreverente “Love Today”, electro-pop y momentos disco-pop en una pieza de incisiva predominancia de falseto vocal (¡prácticamente toda la canción se sostiene de este recurso vocal!), fácilmente pudo caer en una plástica e insoportable pieza de melodía cursi, mas posee un acertado manejo de la harmonía musical, buen empleo de recursos electrónicos (esquivando contundentemente el facilismo comercial) y una dinámica y envolvente dinámica dance-pop que de hecho termina elevando a la pieza a uno de los momentos más divertidos y festivos del disco; y “Relax, Take It Easy”, letárgica invitación dance a la relajación, en una disfrutable pieza de envolvente atmósfera con mayor ascendencia vocal a unos Bee Gees.


“Any Other World” es un intento por lograr mayor profundidad emocional en ambientes musicales más limpios y de menor manoseo electrónico, probablemente funcionaría si no fuese porque es la enésima técnica que suelen utilizar varios artistas comerciales para pretender dar mayor ‘seriedad’ a sus trabajos (recurso en el que hasta Coldplay caería en esto en su “Viva La Vida” del 2008), la formula va así: fondo de violines de pretensión épica y arreglos corales sin pies ni cabeza en este disco; “Billy Brown” con cierta ascendencia beatleniana y algo de los Hollies en una disfrutable pieza glam-pop de textos algo superfluos sobre el descubrimiento de la homosexualidad del personaje de la canción; “Big Girl (You Are Beautiful)” muestra nuevamente el talento de Mika en la composición de piezas electro-pop simples, sin exageraciones, y bastante adictivas, una formula tan simple que taaaaaaaaaaaantos grupos y artistas parecen nunca entender; “Stuck In The Middle” es la sorpresa del disco, pieza glam-pop a lo Elton John a piano con astutos juegos vocales que podrían ejecutar unos contemporáneos Scissor Sisters de sus primeros discos; “Happy Ending” busca nuevamente el aplauso fácil al evocar emotividad en fondos de violines, cómodamente hubiese sido un acertado punto final si no hubiese recaído en tan recurrente y plástico facilismo.

GENE CLARK – WHITE LIGHT


Año: 1971
País: Estados Unidos
Género: Country.folk-pop
Puntuación: ▲▲▲▲1/2

Disco clave que revela un cambio de dirección para la nueva década; un nombre siempre recurrente e importante en la historia del rock y folk-pop de los sesenta en su etapa byrdsiana, y luego de separarse y enrumbar una carrera como solista se mostraba siempre una querencia y marcada inclinación por el sonido más limpio y menos manoseado, se ascendencia country y folk (algo bastante claro en su primer disco como solista acompañado por los Gosdin Brothers).

Acentuando más su querencia por el estilo folk dylaniano, Clark nos ofrece un disco pretencioso en su basamento acústico minimalista, que por momentos peca de redundante y carente de heterogeneidad, más consigue exhibir una mayor definición y presencia de su vena american a lo largo de textos inspirados y melancólicas construcciones melódicas en piezas que lo ponen a la par de los renombres coyunturales como Neil Young, Gram Parsons y el mencionado Dylan.


“The Virgin” muestra su vuelta a lo rustico, cuerdas con matices sureños son una delicia sensorial que sirven de fondo en una emotiva pieza de predomino de voz y harmónica estilo dylaniano; “With Tomorrow” es una apacible pieza folk-pop con cierta oscuridad emocional que logra envolver al oyente en su maraña de cuerdas acústicas; “White Light” es una fresca pieza más accesible de country-folk; “Because Of You” es una deliciosa construcción lenta con acompañamiento de órgano y gustosa percusión de resonancia costeras acercándolo a la instantaneidad romántica de un Van Morrison; “One In A Hundred” de mayor dinamismo rítmico, atractiva pieza con aires a unos Beatles misturados con un Parsons; y “For A Spanish Guitar” una de sus máximas genialidades de su catálogo en una inmaculada composición acústica de nostálgicas cuerdas que podría filtrarse en algun trabajo de un Dylan  de mediados de los sesenta.


El disco presenta además la versión del clásico “Tears Of Rage” (original de The Band) en un enfoque country-folk.

viernes, 18 de julio de 2014

BRANT BJORK - GOD AND GODESSESS


Año: 2010
País: Estados Unidos
Género: Alternative.Stoner-rock
Puntuación: ▲▲▲1/2


Nombre importante en la escena del rock americano de los noventa, Brant Bjrok nos ofrece en este disco un alucinante muestrario de buen stoner-rock con mayor acentuación heavy-garage y mayor madurez logrando un sonido bastante sofisticado, rudo y musculado que hace revivir por momentos la psicodelia ácida de Cream, Hendrix de la flameante era dorada del rock.

“Dirty Bird” es una contundente pieza de inicio muy a lo Deep Purple con pinceladas de ácido y desafiante atmósfera que transporta al oyente a las desafiantes carreteras americanas sin mayor compañía que una motocicleta y el ardiente sol del desierto; “The Futured Rock (We Got It)” con riff que mistura a unos Blue Cheer con Marc Bolan, pura adrelanina noise y venturada atmósfera heavy; “Radio Mecca” es una de las mejores piezas del disco, detonante guitarra eléctrica, sensualidad y potencia rítmica en una atmósfera de insinuante perversión; “Little World” por predominio tribal es una sulfurada pieza de primal-rock con clara huella de Blue Cheer; y “Blowin’ Up Shop” potente pieza que exhibe su querencia por el hard-rock de los Led Zep y un claro manejo de guitarra eléctrica a lo Hendrix.

 

“Good Time Bonnie” no caería nada mal en unos Black Sabbath de la primera mitad de los setenta, maciza estructura heavy-stoner; “Porto” posee ciertos aires funk en una pieza de incitante sección rítmica, y “Somewhere Some Woman”, todo un nuevo clásico para este hombre que logra hacer palpitar la vena del amante del rock menos manoseado y formulista, del rock acerbo y sulfurado, sin pretensiones más que la construcción de contundentes piezas que nos hagan delirar por un momento tal como lo hacía en los setenta.

COLDPLAY - GHOST STORIES


 Año: 2014
País: Reino Unido
Género: Indie.electro-pop
Puntuación: ▲


Luego de sus primeros discos, aceptables en términos generales en los que mostraban algo de talento en la construcción melódica en piezas acústicas que, si bien no hacían más que seguir la línea trazada por sus predecesores Oasis, The Verve, Embrace, Travis, Blur y Radiohead, por lo menos poseían el suficiente calibre para ejecutar piezas plausibles que lograban calar en la sensibilidad del melómano amante del pop acústico y menos manoseado; unos poco creativos Coldplay vuelven a las estanterías de disco con una producción que se aleja de y se aposenta con bastante conformismo (ya casi acobijándose en la mediocridad) en intrascendentes y bostezantes piezas musicales de electropop con pretensión ambient, falsettos sin feeling, lextos que escaza imaginación, y manoseos en post-producción generando un transfondo con pretensión sensorial muy autocomplaciente que nos lleva a cuestionar el fundamente de tener como miembros a un bajista, guitarristia, pianista y baterista, si prácticamente ceden descaradamente el fondo musical a la plasticidad electrónica.


Hacer una crítica tema por tema es una experiencia insufrible pues el disco peca excesivamente de homogéneo y monótono, muros sutiles de sonoridades celestiales a lo Beck en su faceta depresiva, Beach House, TV On The Radio o Death Cab For Cutie, sin llegar a ningún climax o hedonismo melómano; “Magic” es un buen ejemplo de la pésima orientación de disco, pieza de electro-pop con falsetto y enfoque FM que termina más pareciéndose a un tema que Justin Timberlake filtraría en alguno de sus disco; “True Love” con bastante reminiscencia a unos TV On The Radio, posee por momentos algo de encanto en la fragilidad vocal de Chris Martin, aunque se satisface en esto mostrando una carencia de recursos para sostener la pieza; “Magic” exhibe cierta aura sensorial convincente, aunque muy formulista a estas alturas; y “A Sky Full of Stars” con enfoque electro-dance, lo único que faltaba en un intento desesperado de evitar que el oyente caiga adormecido y aburrido de tanta mediocridad.

jueves, 17 de julio de 2014

STATUS QUO - PICTURESQUE MATCHSTICKABLE MESSAGES FROM STATUS QUO



Año: 1968
 País: Reino Unido
Género: Psychedelic-pop
Puntuación: ▲▲▲▲

Disco debut de la banda británica en su etapa psicodélica, de enfoque pop logran elaborar fascinantes piezas robustas de gustosas melodías y armonias dignas de competir con los renombres de la época dígase los Hollies, Los Move e incluso los Beatles (de quienes se observa una fuerte influencia tanto de su “Revovler” como de su “Magical Mystery Tour”).


"Black Veils Of Melancholy" arranca el disco con un potente riff ácido y una estructura pomposa y gloriosa con altisonancias melancólicas, además de un embriagante fondo de teclados que marca su estampa en la propuesta de la banda; “When My Mind Is Not Live” es simplemente narcótica, su melodía vocal simple y adictiva que revive la psicodelia temprana de los Beatles en el “Rubber Soul” y “Revolver”, acompañada de un alucinante solo de guitarra de Francis Rossi la convierte en una de las mejores peizas del disco; “Ice In The Sun” es otra estimable pieza que mezcla a los mencionados Beatles con unos Idle Race; “Elizabeth Dreams” de robusta textura sónica psicodélica; “Gentleman Joe's Sidewalk Cafe” mostrando su lado más folk con cierta huella de unos Monkees; y “Paradise flat”, el tema más experimental del disco, en el cual optan con una atmósfera sci-fi y psicodelia beatleniana.

“Technicolor Dreams” y “Sunny Cellophane Sky” acentúan el ácido eléctrico de Hendrix o Cream en dos piezas que exhibe mayor madurez en su sonido; la versión del “Spicks And Specks” de los Bee Gees, plausible pieza que logra capturar la inocencia pop de la melodía; “Sunny Cellophane Sky”; y el disco despide “Pictures Of Matchstick Men”, pausada pieza psicodélica que peca de ser bastante reminiscente a su propia "Black Veils Of Melancholy" (y en el mismo disco!!!!).

SWANS - TO BE KIND


Año: 2014
País: Estados Unidos
Género: Alternative.Experimental-rock
Puntuación: ▲▲▲1/2

 Peculiar formación de rock experimental (acobijado cómodamente en el concepto no-wave) proveniente de Nueva York, surgieron en los ochenta y parecen seguir con la vena latente por exploraciones atmosféricas, conceptuales y sensoriales pues este su último trabajo discográfico lo lleva al extremo en poco más de dos horas de rock progresivo abstracto y alucinógeno; pretensioso, exhibe cierto ensimismamiento en la exploración musical que los lleva por momentos a palpitantes pasajes claustrofóbicos y tétricos muy efectivos, como también a insufribles y tediosos e interminables estructuras cuasi-robóticas que se repiten una y otra vez sin aparente dirección alguna.



“Screen Shoot” es un buen corte de inicio, pura claustrofobia psicótica-industrial en un mejunje noise-progresivo de cuerdas blues, plausible aunque peca de extensa; “Just a Little Boy (for Chester Burnett)” es una pieza letárgica con trasfondo depresivo, lacerante atmósfera sensorial que posee muy buenos momentos intenso en la segunda mitad, filtrando por momentos a nombres como Can, Pink Floyd, Sonic Youth y Tool; “A Little God in My Hands” es una muy buena pieza que juega con el garaje y noise en una monótona pero efectiva y perturbadora sección rítmica, es algo que Manson o Nine Inch Nails podrían elaborar en los noventa; y “Bring The Sun / Toussaint L'Ouverture” es la pieza mas extensa, intenso corte que comienza en una psicosis noise-progresivo que se deforma en una masa sónica industrial interminable, seguida por momentos pausados de perturbador sigilo sensorial, cuasi-lúgubre, incandescentes arrebatos de art-rock abrasivo, convulsivo, con acentuación heavy-metal en la guitarra eléctrica (por ahí al estilo sabbathiano de su primer disco) y cascadas sónicas de noise eléctrico y órgano que ultrajan los oídos hasta el desquicio menta; ejecuta soberbios momentos de alucinante explosión catártica, pero peca de extensa, carente de contundencia y de hecho parece no tener ni pies ni cabeza tras escucharla varias veces convirtiéndose en un buen muestrario del talento de la banda al construir pasajes y estructuras ambiciosas de industrial progresivo.


“Some Things We Do” es una pieza inferior de incitaciones hipnóticas que funciona como conector en el disco por su trasfondo, más aburre en sus 5 tediosos minutos; "She Love Us!" mejora bastante y define mejor el manejo de su propuesta musical, densa pieza sensorial con fascinantes arreglos corales que pareen almas deambulando en una tensa noche sin estrellas, ecos de Sonic Youth, posee cierta querencia por el krautrock psicodélico de los Ammon Düül II en su primera mitad, y luego arremeten en un estilo que podría comulgar a unos Tool menos noise con el dead-mantra de los Dead Skeletons; “Kirsten Supine” confunde en su estructura amelódica, funesta atmósfera con huella de los Doors y estilo vocal gótico a lo Ian Kurtis; “Oxygen” podría ser la versión noise-punk y underground de “Who The Fuck!” de PJ Harvey, pura adrelanina pixiana con cierta insinuación garaje-surf en sus primeros minutos; “Nathalie Neal” es una mera abstracción que no hace más que seguir perturbando al oyente (si es que a esta alturas algo le puede causar aun perturbación alguna), aunque posee cierto exotismo en su empleo de cuerdas que se acentúa a partir de la mitad en adelante que acierta con el estilo vocal mantra-psicodélico y una dirección de mayor definición; y cierra el disco “To Be Kind”, ya a estas alturas redundando en la fórmula: intro somnífera e intenso caos punk (cuasi-infernal) de desenlace.

miércoles, 16 de julio de 2014

URGE OVERKILL - SATURATION


Año: 1993
 País: Estados Unidos
Género: Alternative.Power-pop
Puntuación: ▲▲▲▲

Tremendo disco de la banda proveniente de Chicago, originados tras el auge del underground y el grunge de inicios de los noventa, la banda supo virar su propuesta en una dirección que pulió su oferta alternativa con solos de guitarras sensuales, insinuación vocal y energía e ímpetu power-pop filtrando a nombres como Cheap Trick, Sparks, Tom Petty y AC/DC, entre otros.

"Sister Havana" apertura el disco a lo grande en una genial pieza hard-rock con aires por momentos a Kiss; "Tequila Sundae" de intro ácida y resonancia noise es otra de las mejores piezas del disco llena de enganche sonoro; "Positive Bleeding” muestran su faceta melódica en una relajada pieza power-pop de irresistible melodía y percusión con momentos de guitarra eléctrica que la podrían haber ejecutado los mismísimos Cheap Trick en alguno de sus discos setenteros; "Back on Me" apunta ahora a unos Replacements melódicos, plausible construcción melódica de ascendencia folk byrdsiana; "Woman 2 Woman" es un enérgico corte de ascendencia punk-rock; y "Bottle of Fur" que exhibe además su querencia por el glam de T.Rex, otra de sus influencias puntuales.


"Crackbabies" posee una postura arena-rock, potente pieza de enérgica batería Blackie Onassis; "The Stalker" ofreciendo ácido y garaje-noise de resonancia primitiva a lo Blue Cheer y Stooges; "Dropout" es una verdadera gema power-pop que hereda del glam de T.Rex de cuerdas acústicas, pieza apacible y adictiva que contrasta con el contenido eléctrico el disco; la convulsión punk se retoma con la abrasiva "Erica Kane", acentuando además un demencial solo metal en un corte que maneja los tiempos al estilo pixiano; "Nite and Grey" y "Heaven 90210" completan el disco redundando en lo previamente explicado consiguiendo asi una plausible obra discográfica proveniente de la siempre controversial América de los 90s.

JACK WHITE - LAZARETTO


Año: 2014
 País: Estados Unidos
 Género: Alternative.blues-rock
 Puntuación: ▲▲▲1/2

Segundo disco como solista de uno de los nombres más representativos y resaltantes del rock americano de la última década, vemos una querencia por un estilo mucho más pausado enraizado en el blues de estudio, de menor estridencia que en sus proyectos en paralelo tanto con los White Stripes, Racounteurs o Death Weather, el cantautor y guitarrista ofrece un plausible cocktail del más sofisticado blues de enfoque heavy herencia de sus puntuales mentores: Led Zeppelin.

“Three Women” es un correcto punto de inicio, blues a guitarra y piano jugando en una dinámica de estilo progresivo, festivo estribillo y enérgicos golpes de batería embisten en una pieza rica en matices y con geniales momentos de espontaneidad instrumental; “Lazaretto” posee un incisivo riff ledzeppiano en un enérgico corte heavy-blues que filtra por momentos a un caótico Beck más country-rock, además de mostrar alucinantes recursos de guitarra eléctrica por parte de un nunca decepcionante Jack White en las cuerdas; “Temporary Ground” es una pieza country-rock nostálgica de cargada emotividad, con acompañamiento vocal fémino y embriagantes pasajes de violines sureños; “Would You Fight For My Love?” posee una notable intro de sonoridad folk-medieval de aires orientales que no caería nada mal en unos Renaissance, intensa y sofisticada, posee un estilo plausible que parece transportarnos a la calidad musical propia de los primeros años de los setenta; “High Ball Stepper” es una de las mejores piezas del disco, potente y estruendoso noise-blues instrumental con ejercicios hendrixianos; y “Just One Drink” es una genial pieza country-rock que conjura al swamp rock de unos Creedence Clearwater Revival y al frenesí country-rock de los Stones.


“Alone In My Home” es una simpática pieza pop que filtra el estilo folk kinkiano de la segunda mitad de los sesenta y maravillosas cuerdas vespertinas; “Entitlement” es una bonita pieza lenta de rock sureños con huella de “Exile” de los Stones; “That Bat Black Licore” es  la pieza definitiva del disco, heavy-blues con momentos progresivos que comulgan una diversidad instrumental bastante pretensiosa; “I Think I Found The Culprit” guarda cierto encanto en su atmósfera psicodélica con cierta reminiscencia al “Hey Joe” en la versión de Hendrix; y “Want And Able” cierra el disco en una pieza lenta a piano que trae a la mente por momentos a un Neil Young de la primera mitad de los setenta.

martes, 15 de julio de 2014

KAISER CHIEFS - EMPLOYMENT


Año: 2005
 País: Reino Unido
 Género: Indie.Post-punk-revival
Puntuación: ▲▲▲▲

Escuchable formación inglesa que logra destacar de entre los containers de bandas plásticas indie.rock que llegan a montones desde ambos lados del charco (y eventualmente una que otra de por acá); muchas de ellas (o casi todas) ofreciendo no más que intrascendentes remedos que continúan la línea trazada por bandas precursoras que lograron devolverle en cierta medida algo de identidad a la escena rock (dígase Blur y Oasis por las islas inglesas y White Stripes y Shins por el territorio americano), coincidiendo en revalorar toda la movida nuevaolera de inicios de los ochenta de la cual termina descaradamente tomando referencia destinadas a nada más que remedos y plagios pintados como ‘innovadores’ para el poco instruido oyente que no tiene ni idea de que todo lo que se hace en la actualidad ya fue hecho (y con mejores resultados y mayor originalidad) durante fines de los setenta e inicios de los ochenta.


Los Kaiser Chiefs sin embargo logran recibir mérito al heredar inteligentemente su basamento punk de bandas como Buzzcocks, Dammend, Clash, en una dirección nuevaloera que juega con el pop-rock y el post-punk, en textos despreocupados y jocosos de astutas melodías en una postura directa y sin rodeos, ejecutadas en solidas construcciones que dan espacio tanto al garaje y noise como al power-pop y al brit-pop.


“Everyday I Love You Less and Less” es el corte inicial del disco y una de sus mejores piezas, detonante y enérgico en su sardónicos textos, revive el desenfado de los Buzzcocks y filtra cierta resonancia a unos Cars de fines de los setenta; “I Predict A Riot” revisa otro de los mejores momentos del rock inglés, ahora a unos Clash de su “London Calling” , segunda enérgica pieza power-pop de sugerente estilo vocal psicodélico de gusta sección rítmica y construcción melódica que no desperdicia ni un segundo; “Modern Way” es una estupenda muestra que también tiene talento para la elaboración de piezas más pausadas, muestran además tener bagage musical en una pieza que filtra el estilo melódico de los Beach Boys y del pop sesentero; “Na Na Na Na Naa” es una nervuda pieza post-punk con cierta huella de unos Creations en su “Nightmares”, de la cual basta decir que se podría filtrar cómodamente en el catálogo de los Buzzcocks o incluso de unos Ramones; y “You Can Have It All” es un tiempo lento más acústico con resonancia melancólica del estilo de unos Blur, que logra además filtrar cierta armonía sensorial con referencia a un Brian Eno más beatleniano.


“Oh My God” es una estimable pieza de acentuación nuevaloera, por ahí con melodía y construcción reminiscente al "I Love Rock 'n' Roll" de los Arrows; “Born To Be A Dancer” retoma su influencia ramoniana pero esta vez en su etapa ochentera además de exhibir un acervo riff ácido por parte de Andrew White, “Saturday Night” nos lleva una década más atrás, fitlra cierto estilo garage sesentero de los Seeds, los Who, e incluso ciertas pinceladas glam a lo Bowie en su “Suffragette City”; “What Did I Ever Give You?” es una letárgica pieza de estimable construcción, por a´hi evocandoa  unos Roxy Music ya sin Eno; “Time Honoured Tradition” es una solida pieza con manejo del bajo y melodía muy a lo Hoodoo Gurus; “Caroline, Yes” con clara alusión a los Beach Boys del “Pet Sounds” aunque de resonancia más beatleniana; y cierra este demoledor disco “Team Mate”, pieza lenta que emplea recursos revolvianos y que unos Blur filtrarían en alguno de sus discos de mediados de los 90.

KASABIAN – 48:13


Año: 2014
País: Reino Unido
Género: Indie.Post-punk-revival
Puntuación: ▲▲

Kasabian es una banda inglesa que en sus comienzos enfocó su propuesta a una suerte de revival ácido-psicodélico con herencia sesentera y eventuales y puntuales intromisiones electrónicas heredadas del kraut-rock y del Madchester-sound con bastante acierto; a estas alturas diez años después de sus disco debut, esa dirección parece haberse desvanecido en pos de sucumbir ante construcciones sobrecargadas de electrónica, melodías poco trascendentes y piezas sin personalidad con aparente y único enfoque comercial.


En esta oportunidad, parecen afanarse de su carencia de inspiración, acentuando el poco creativo título del disco, ni más ni menos que el tiempo de duración del mismo (que debería ser tomado esto como una advertencia para evaluar si vale la pena tomarse 50 minutos en escucharlo); “Bumblebee” es un agresivo corte acido-industrial de estilo Manson sin mucha originalidad; “Stevie” levanta un poco la propuesta en una plausible pieza post-punk nuevaolera que captura en su trasfondo psicodélico; “Treat” es una pieza electro-dance con buenos momentos de explosión electro en su  parte media, que quedaría mejor en unos Chemical Brothers o Prodigy; “Explodes” empleando técnicas setenteras del Bowie berlines y del kraut-rock de fines de los setenta, lo suficientemente atractiva para disfrutarse en posteriores escuchas; “Eez-eh” es puro electro.euro-dance con herencia de los Blur de “Boyz And Girl”, a pesar de su mero enfoque comercial no cae nada mal para disfrutarse en su incitante sección rítmica disco-funk; el resto genérico indie.electro-pop sin mucho que ofrecer para el oyente exigente.

miércoles, 9 de julio de 2014

IGGY POP - LUST FOR LIFE


Año: 1977
País: Estados Unidos
Género: Post-punk
Puntuación: ▲▲▲▲1/2

Probablemente el disco más redondo de la camaleónica discografía del peculiar cantautor quien vira su descarga sesentera visceral de cavernario garage.proto-punk a terrenos del art-rock, glam y post-punk. Marcadamente menos experimental que su igualmente aclamado “The Idiot”, la iguana ofrece 9 temas enérgicos llenos de energía y desenfado pop-rock que rebosan en una gustosa sección rítmica, despreocupada postura caprichosa y anti-estética que logra epitomizar su irreverente personalidad y talento del genio de Detroit.


Acompañado de Bowie (de crucial aporte tanto en este como en su predecesor “The Idiot”), Iggy elabora jocosas piezas ricas en imaginería lírica sardónica y chulesca, llenos de vitalidad y astutas construcciones melódicas que logran satisfacer tanto al oyente más exigente como al más accesible sin pecar de sobre-pretencioso ni autocomplaciente; la pieza homónima da comienzo al disco, una genialidad pop-rock con fondo musical redundante y pero que se vitaliza en su pastosidad y alma bubblegum, que parece encontrar inspiración en el punk ramoniano; “Sweet Sixteens” parece mixturar a unos Mott The Hoople con unas New York Dolls, un incisivo riff garagero que parece revivir el estilo vocal de la iguana en sus tiempos como miembro de los Stooges; “Some Weird Sin” ya exhibe una resonancia post-punk con ascendencia garage (e incluso rn’b) de la primera mitad de los sesenta; “The Passenger”, una verdadera genialidad que encuentra inspiración en el blues; y la gloriosa “Tonight”, de pomposa intro y pretensión art-rock que recupera el estilo musical de su disco anterior.


“Succes” es una pieza muy curiosa, si le presta atención parece inspirada en el góspel, en el rn'b, incluso en cierta medida en el blues, por ahí remedando con mucho estilo al “Night Time Is the Right Time” original de Nappy Brown y versionada con acierto por los Sonics, entre otros grandes; “Turn Blue” es el único tiempo lento del disco en el cual se percibe una mayor claridad vocal por parte de un Iggy fogoso e intenso mostrando tener los recursos suficientes para sostener una pieza lenta que podría coincidir en estilos tanto a Bowie como a Kim Fowley; y “Neighborhood Threat” posee una pastosidad y resonancia de ascendencia lo-fi con perspectiva al alternativo ochentero, la construcción sonora del fondo musical es de lujo y rica en matices que viran desde arreglos corales hasta agresivas guitarras eléctricas de postura heavy (y que podría acomodarse en un venidero “Let It Be” de los Replacements).


El irreverente cierre lo depara“Fall In Love With Me”, estampa epítome de su inconfundible personalidad y estilo musical (que valga decirlo no caería nada mal en unos Roxy Music aun con Eno) cargada de morbosas alusiones sexuales, erotismo y picardía de incitaciones féminas y devoción al vino y a la nicotina en una sugerente y muy sinuosa atmósfera glam-bubblegum que provoca tanto bailarla y cantarla, hasta terminar uno excitándose y encamado con la primera persona que vea jugando a ese coqueteo innato y natural que todos como humanos tenemos y urgimos….enamórate de mi….

COUNTRY JOE & THE FISH – ELECTRIC MUSIC FOR THE MIND AND BODY


Año: 1967
País: Estados Unidos
Género: Psychedelic.Blues-rock
Puntuación: ▲▲▲▲

Inevitable banda a revisar dentro de la revolución ácida de la ciudad de San Francisco del 67, Country Joe & The Fish resultan notablemente inferior en términos de creatividad y contundencia si los comparamos con sus contemporáneos Buffalo Springfield, Jefferson Airplane y The Byrds, más su propuesta logra despertar cierta fijación y atracción en su sensualidad eléctrica y su atmósfera lisérgica que consigue una suficiente variación de su propuesta que los lleva a experimentaciones y misturas de estilos y géneros musicales bastante meritorio para una banda cimentada en el blues-based-rock.


“Flying High” ya despierta la atmósfera acida desde el inicio en agudas notas de cuerdas acid-blues, marcadamente accesible con cierta reminiscencia en estilo a un Donovan bluesero; “Not So Sweet Martha Lorraine” con intro y acompañamiento de organo es una acertada y destacable pieza electric-blues con insinuaciones funk; “Death Sound” es un blues rico en sección rítmica y de resonancia árida, aunque vocalmente poco contundente por un Joe McDonald carente de recursos; “Porpoise Mouth” es una de las mejors piezas del disco con destacado arreglo de cuerdas y percusión dota de cierto estilo experimental bastante sofisticado que los acerca a unos Doors; y “Section 43”, extensa pieza de jamming instrumental que exhibe incisivos pasajes de psicodelia garage y blues que si bien por momentos parece no ir a ninguna parte, logra despertar cierta sensación de trance alucinógeno que coquetea con el Space que podría haber inspirado a uno considerable numero de bandas vendieras como Afterglow,Iron Butterfly, C.A. Quintet, Arcadium, etc.


“Super Bird” marca su postura ante la política de Lyndon-B.Johnson en un surf-blues sardónico de tajante crítica; “Sad And Lonely Times” los acerca a terrenos country-folk mostrando la versatilidad de estilos de Barry Melton en las cuerdas; “Love” juega con el soul de James Brown en un mejunje sónico funk psicodélico bastante jocoso y enérgico; “Bass Strings” con delirante atmósfera lúgubre y funesta, no caería nada mal en unos contemporáneos Doors; “The Masked Marauder” introduciendo sutilezas progresivas; y “Grace” dedicada a Grace Slick y pieza de mayor regocijo experimental, arriesgada en su atmosfera pausada que logra momentos de hipnotismo sensorial.

THE WHITE STRIPES – GET BEHIND ME, SATAN


Año: 2005
País: Estados Unidos
Género: Alternative.Blues-rock
Puntuación: ▲▲▲1/2

La vuelta de los White Stripes les significó una variación en su estilo, que los lleva por experimentaciones menos convencionales, mas siempre acentuando su ascendencia blues con herencia de bandas como Hendrix, Cream, el ácido y el heavy de los últimos años de los sesenta, y por supuesto unos inevitables Led Zeppelin.

“Blue Orchid” abre el disco con un demoledor riff y una brutal construcción heavy-noise que revive el enardecimiento ledzeppiano que eriza los pelos de la piel e incita cierta convulsión sensorial en su contrastante falsette vocal que destaca de entre lo mejor de su catálogo; “The Nurse” es un tiempo lento que parece seguir la vertiente experimental de unos Led Zeppelin en su “Houses Of The Holy”, bastante arriesgada en su agresiva eprcusión noise y disonancia noise-melódica velvetiana, posee cierto encanto en el empleo de la marimba que nos retrotrae por momentos a unos Rolling Stones de su “Aftermath”; “My Doorbell” posee una sofisticada estructura rítmica que se acentúa ricamente en la fina factura vocal muy acertada de Jack y platillazos en batería que parecen entablar una comunicación interactiva con el piano dotando a la pieza de espontaneidad y dinamismo; “Forever For Her (Is Over Me)” de rica resonancia que juega con la acústica y la saturación sónica, elabora una enigmática y muy atractiva pastosidad sonora que vira entre lo exótico y lo emotivo; y “Little Ghost”, típica pieza de estilo country que Jack White consigue filtrar eventualmente en sus creaciones, sin mayor trasfondo en el disco ni aportar mucho con el estilo conseguido del disco hasta el momento, afortunadamente no pasa de los 2 minutos y medios.


“The Denial Twist” retoma el estilo del disco en una animada pieza rítmica de blues-rock, con fondo de piano y un enérgico Jack en la voz; “White Moon” es una extensa balada que pretende la sensibilidad sensorial en un trasfondo homogéneo, parece inspirarse en la sensibilidad lennoniana, mas termina resultando extenuante y repetitiva para el oyente; “Instinct Blues” revive la vena blues-garage de su prodigioso “White Blood Cells”, puro noise y heavy tanto hendrixiano y ledzeppiano en una composición que parece inspirarse en unos cavernarios Blue Cheer del brutal “Vincebus Eruptum”; la efimera “Passive Manipulation” baja la sobrecarga noise en una peculiar y melódica pieza a piano; “Take Take Take” es una estimable pieza blues-rock que consigue despertar ciertos ecos latinos, por ahí con ciertos aromas pixianos; “As Ugly As I Seem” es una muy apreciable pieza (aunque algo inconexa con el disco) de folk-pop, rico en cuerdas que podría filtrarse en un “White Album” de la mano de McCartney; “Red Rain” ofrece nuevamente el agresivo contraste de dulces sonoridades que de repente parecen derrumbarse ante nuestros sentidos en una mejunje sónico proto-punk (tan heredado de los Pixies); y cierra el disco “I’m Lonely (But I Ain’t That Lonely Yet)”, balada genérica de fin de disco, de buscada profundidad de piano a lo Kravitz que ya a estas alturas dudo mucho que a alguien logre despertar emotividad.

sábado, 28 de junio de 2014

THE SEX PISTOLS – NEVER MIND THE BOLLOCKS HERE’S THE SEX PISTOLS


Año: 1977
País: Reino Unido
Género: Punk
Puntuación: ▲▲▲▲

Emblemático disco de uno de los momentos más revolucionarios de la historia del rock; el punk que surgió como la antítesis de la dirección que estaba tomando el rock en la segunda mitad de los setenta, logró no solo desestancarlo de sobre-pretensiones pseudo-artísticas redundantes en demasía y cansinas ya para mediados de los setenta, sino que a su vez logró devolverle su personalidad impetuosa y rebelde, su desenfado adolescente y su rugosidad sonora totalmente perdida por completo en esos tiempos en muros tras muros de sintetizadores.


Los Sex Pistols pueden ser considerados probablemente la banda más agresiva y desenfadada del género, textos punzantes, guitarras descontroladas, desfogues vocales de fogosa rebeldía juvenil, y una cuestionable postura antisocial-monárquica y consumista se licuan en torbellinos de delirantes piezas del más enérgico y fascinante rock garagero, herencia de puntuales momentos de la historia del rock como los Stooges, el primer Alice Cooper, las New York Dolls, y por supuesto siguiendo la filosofía de los imprescindibles Ramones de que no requieres tocar la guitarra como Hendrix o tener la voz de Van Morrison para hacer rock, mas sí el espíritu.


Si bien el disco no goza de redondez en su concepto (y esto porque más que ser un disco de estudio, en sí es una recopilación de sus singles más emblemáticos), cómodamente se destacan de entre las mejores composiciones del género como “Holidays In The Sun” con intro marchante, un riff delirante y adictivo que sorprende en su simpleza, una atractiva embestida punk con insinuaciones arena y un desenfado musical que no se veía desde ya hacía bastantes años; “Bodies” con un desgarro visceral en nervudas guitarras eléctricas; “No Feelings” con postura narcisista; “Liar” es uno de sus mejores cortes con magistrales momentos de delirio vocal por parte de un delirante Rotten y acerbos momentos de guitarra eléctrica; y la imprescindible “God Save The Queen”, hito importante dentro de su efímera duración como banda en la cual llegan a su máximo nivel de inspiración en una interesante construcción musical sin estribillo, melódicamente simple y emocionalmente demoledora llegando a su clímax en ese desgarrador ‘nooooo future for you…..’


“Seventeen” es una interesante pieza en la que la saturación sónica eléctrica y la cruda factura vocal contrastan con un controlado estilo de batería en la que parecen inspirarse en unos Stranglers; “Anarchy In The U.K.” es otra de sus mejores composiciones muy curiosa en su estilo pues si se presta atención parece hecha para ser recitada cual himno nacional, una melodía bastante accesible (ya rozando con el power-pop) y característico remolino sónico en lo-fi y saturación eléctrica incitando a toda una nación a rebelarse contra la monarquía cual revolución francesa mas empleando esta vez al rock como herramienta de impulso; creíble o no ya depende de cada uno, mas lo suficiente consistente para creérsela por lo menos durante los tres minutos que dura la pieza; “Pretty Vacant” con icónica intro de que parece un llamado a toda la nación a rendirse fiel e incondicionalmente al punk; y “EMI”, ya a estas alturas redundante, astuta y dinámica pieza robusta que despide este licuado de punk nervudo que logra desnudar el alma garagera y cruda del rock en un momento crucial para la historia del rock.

THE CLASH – THE CLASH


Año: 1977
País: Reino Unido
Género: Punk
Puntuación: ▲▲▲▲1/2

Muy influyente trabajo punk-rock proveniente de tierras inglesas, es casi imposible no escucharlos filtrado en las taaaantas bandas que surgieron luego de la explosión post-punk a ambos lados del atlántico, sea en su estilo crudo y minimalista, directo del disco homónimo debut, como en su estilo más sofisticado y etéreo visto en sus posteriores trabajos “London Calling” y “Sandinisa”, la banda logra calar en la mente de toda una generación y logra además expandir y evolucionar su oferta con mayor ‘eficiencia’ si los comparamos con sus ruidosos contemporáneos del género.

Pura rebeldía, insolencia, ironía e inconformismo es lo que se exhibe en los astutos textos de Mick Jones y Joe Strumer, en una dinámica rítmica simple y atractiva, talvez muy simple para algunos, logra en contundentes temas, que apenas logran pasar los dos minutos, que reflejan la rabia enardecida del punk inglés puro y sin rodeos.


Sin dar tregua alguna el disco embiste con tema tras tema de ágiles secciones rítmicas: “Janie Jones” mostrando un magistral dinamismo musical del rock básico, simple y muy efectivo;  “I'm So Bored With The U.S.A.” es otra delicia punk de cuerdas eléctricas simples y controlado tempo, rebelde en su postura punk anti-yanqui; “White Riot” es una de los mejores momentos del disco, explosiva pieza con irresistibles momentos noise-punk de puro vértigo y agitación rock que embiste cual motín humano abrasivo y de personalidad belicosa , “Carrer Opportunities” con genial construcción melódica, apabullante sección rítmica, textos de represión profesional que ponen en manifiesto en descontento coyuntural de su generación;  “Police & Thieves” introduciendo sección reggae; en fin, un conseguido muestrario del alcance que consigue la vuelta al rock básico de inicios de los sesenta.


DAMON ALBARN – EVERYDAY ROBOTS



Año: 2014
País: Reino Unido
Género: Alternative.electro-pop
Puntuación: ▲▲▲

Nombre importante en la afligida y convulsiva ciudad londinense de la primera mitad de los noventa, Damon Albarn lanza su primer trabajo discográfico como solista; lejos ya de las melodías atractivas del brit-pop aderezadas con ironías sardónicas, y de las experimentaciones alternativas en las que expandía sus terrenos a géneros como el hip-hop y el dance en Gorillaz, encontramos a un Albarn reflexivo, desahuciado, pesimista y escéptico ante la deshumanización del mundo en el cual el hombre se vuelve una maquina más programada para hacer girar los engranajes de la sociedad; concepto nada nuevo ni revolucionario ni en el rock ni en el cine ni en la literatura, pero igual logra despertar cierto interés en sus pasajes y surcos letárgicos.


Acercamientos en estilo electro-pop a un Beck, Radiohead y Björk; Brian Eno acompaña en la producción y se percibe desde el primer corte homónimo, “Everyday Robots” es una pieza pausada y sigilosa, su atmosfera ambient con un incisivo ‘riff’ electrónico que se repite constantemente parece simular una bisagra oxidada bastante efectiva en un concepto pesimista y oscuro que desnuda la monotonía de la vida, no está mal como corte inicial pues logra sembrar la atmósfera de cierto estilo sci-fi.psicótico;  "Hostiles" lo acerca más a un Beck de su “Modern Guilt”, es una pieza bien elaborada en la que la atmósfera hipnotizante y las reflexiones de la futilidad de la vida logran concretar el concepto del disco; "Lonely Press Play" presenta cierta insinuación funk, elegante pieza con pasajes ambient y lounge que no vendría mal en unos TV On The Radio; "Mr. Tembo" con mistura de electrónica y resonancias étnicas parece buscar un punto de contraste por ahí apuntando al world-music de Eno, aunque peca de genérica y poco interesante; y "The Selfish Giant", nuevamente se siembra el tempo ambient, en acompañamiento esta vez de notas de piano, un estilo vocal susurrante y efectos acertados a lo largo de la pieza logran conjurar una típica y archi-recurrente atmósfera crooner-lounge, aunque valga decir que resulta bastante decente y bien condimentada como para disfrutarse en algunas reescuchas más.


 "You And Me" nuevamente filtra a estilos electrónicos derivativos de Beck y Radiohead, aunque curiosamente por momentos logra cierta pastosidad rn’b y soul a lo Marvin Gaye; "Hollow Ponds" presenta una atmósfera más compleja y pretensiosa, rica en contrastes e instrumentación, logra conjurar una creible atmposfera psico.sci-fi acentuado en los últimos 60 segundos de la pieza; "Photographs (You Are Taking Now)" con recursos de fondo bastante recurrentes, logra sembrar una atmósfera de cierto interés, aunque monótona y cansina ya a estas alturas del disco; "The History Of Cheating Heart" lava un poco el disco de su resonancia electrónica, no es lo mejor del disco, pero despierta cierto placer escuchar cierta vocalización sedosa de Albarn contrastada con cuerdas acústicas y sutiles arreglos orquestales con cierto aire a Reed; y "Heavy Seas Of Love", pieza final de mayor resonancia vocal e instrumental, más débil en su desarrollo y poco trascendente en un disco que exhibe buenas ideas e interesantes momentos de disfrutable escucha.

sábado, 21 de junio de 2014

FREE - FIRE AND WATER


Año: 1970
País: Reino Unido
Género: Blues-rock
Puntuación: ▲▲▲▲1/2

Potente y nervudo trabajo discográfico de una de las bandas británicas con el mayor potencial de los setenta. y que cómodamente podría haberse convertido en uno de los mejores grupos de la historia, Free deslumbra con acerbas piezas de blues rock, pausadas y sensuales, ricas en cuerdas que viran entre el ácido, el hard-rock e insinuaciones garage-blues y noise, esto en una postura impetuosa y rebelde en la que las perturbaciones amorosas inspiran enardecidos textos de desfogue emocional.


La pieza homónima del disco arranca potentemente este magistral trabajo, “Fire And Water” resume contundentemente su herencia sesentera de nombres imprescindibles como Hendrix, Blue Cheer, Cream, los Stones más blues, Jeff Beck, los primeros Led Zappelin, un alucinante cocktail de blues-rock pausado y enardecido en el que se lucen un increíble Paul Kossoff en la guitarra, un asertivo Simon Kirk con geniales momentos de batería (sobre todo en la parte final ya despidiendo la pieza), Andy Fraser al bajo otorgando la musculatura blues pausada, y por supuesto un delirante Paul Rodgers a la voz exudando fogosidad y desgarro emocional; “Oh I Wept” comienza bastante bien sembrando la atmósfera en su intro, es una pieza más pausada que despierta cierto encanto en su sutil atmósfera que sigilosamente va ganando robustez sónica en un desconsolado canto a la desdicha amorosa, es una pieza bastante astuta valga decirlo que requiere algunas re-escuchas para descubrir su encanto; y “Remember” exhibe una estructura más convencional con evocaciones al country y roots-rock americano de bandas como Crazy Horse; Creedence Clearwater Revival o Lynyrd Skynyrd, algo lánguida en re-escuchas, aunque igual logra seducir en su despreocupada y letárgica  atmosfera blues y hard-rock.


"Heavy Load" es una pieza muy extraña pues si bien en primeras escuchas el empleo del piano resulta disonante o amateur, en reescuchas la pieza consigue notablemente entramar en el oyente la atmósfera tortuosa y afligida con matices de cabaret o taberna de perdición, es una pieza que redunda en los recursos de la banda sin conseguir realmente algún momento épico o clímax, mas su pretensión y su estructurada dirección logran sostener contundentemente una compleja pieza muy atípica para el sonido de la banda; “Mr. Big” es otra potente y grandiosa pieza de blues y hard-rock con connotaciones ácidas a lo Big Brother & The Hold Company (que no caería nada mal en la voz de una psicodélica Janis Joplin), además de lucirse el mencionado Fraser en el bajo con un alucinante solo en la segunda mitad del corte; "Don't Say You Love Me" es una balada con cierta pretensión soul a lo The Band, no está nada mal aunque pesa de extensa y de poca variación en su primera mitad, aunque consigue lograr un memorable desenlace enaltecido por una conmovedora sinergia grupal en batería, cuerdas y voz que hace que valga la pena los 6 minutos de espera; y no podía faltar su superclásico “All Night Long”, pieza mucho más ligereza (ya rozando con el power-pop de Cheap Trick) mas entonada e impostada con el mismo estilo rítmico blues logrando un muy animad y enérgico punto final para un disco que logra demostrar lo mucho que se puede conseguir sin exageraciones ni sobrepretensiones, y es que cuando hay talento y buena sinergia grupal es fácil percibirlo y terminar fascinado por el producto final.

Disco imprescindible para cualquier amante del buen blues-rock.

LED ZEPPELIN - HOUSES OF THE HOLY


Año: 1973
País: Reino Unido           
Género: Heavy.blues-rock
Puntuación: ▲▲▲1/2

Luego de imprescindibles trabajos discográficos que exudaron el increíble talento de la banda en la conjuración de musculadas e intrincadas piezas con pretensión épica y detonante personalidad, la banda pudo cómodamente seguir la misma dirección y elaborar cada vez conceptos más complejos y pretenciosos (que los llevara talvez nuevamente a la cima de su sofisticación máxima: el “LZ IV”), mas Plant y compañía tendrían otra idea en mente, un inesperado giro de su sonido a terrenos menos familiares que les depararía una experiencia aceptable y de relativo interés, aunque menos encendida, menos inspirada, y marcadamente inferior que sus épicos predecesores.

"The song remains the same" es un relámpago sónico apabullante y angular con ciertas insinuaciones jangle (acentuado por cierta resonancia swamp y country a lo Creedence Clearwater Revival) y un demoledor manejo de cuerdas, es un potente corte de inicio con rico contraste de tiempos lentos y rápidos, lo único malo es que peca de extensa y redundante en su construcción; "The Rain Song" es una balada que presenta arreglos orquestales predominantes en inspiradores pasajes instrumentales, de hermosa construcción e iluminación sensorial con herencia en estilo de su elaborado trabajo predecesor, aunque a la larga termina siendo una pieza poco representativa de la banda, pues se podría esperar tanto de los Stones del “Let It Bleed” o “Sticky Fingers”, de unos Ten Years After, o incluso de Back Sabbath en su “Vol. 4” la podrán filtrar, "Over Hills And Faraway" recupera en cierta medida sus sonido del “LZ II” con insinuaciones a un “Ramble On” menos heavy, es una de las piezas más contundentes del disco en su estilo y estructura en la cual se lucen Plant y Page, aunque peca de ausencia de clímax en un disco exiguo de redondez y de momentos puntuales de emotividad; y "The Crunge", fallida pieza que si bien goza de una rica y enérgica atmósfera funk instrumental, la forzada vocalización de Plant y su carencia de recursos en terrenos funk terminan dando una pieza muy genérica y plana que desperdicia el tremendo talento vocal del legendario vocalista.


"Dancing Days" es una pieza de heavy-rock, blues y arena puntual y concisa, poco memorable en posteriores escuchas, aunque recupera la personalidad aguerrida y chulesca de la sinergia Plant-Page; “D'yer Maker” sin pies ni cabeza en el disco, es una insoportable pieza de estilo reggae en la cual se escucha a un Plant de forzada sugerencia y totalmente fuera de su comodidad vocal, además de un manoseado trasfondo instrumental que más que parecer inspirarse en la instantaneidad y despreocupación instrumental del reggae que tanto encanta como engancha al oyente, parece más bien tomar referencia a la agresiva complejidad y yuxtaposición instrumental del “Trout Mask Replica” de Captain Beefheart, aunque de resultado monótono, conflictivo y de pésimo gusto; "No Quarter" es el momento definitivo de disco, evocaciones épicas de conflictos bélicos nórdicos en una atmósfera ultra-envolvente que engatusa al oyente de principio a fin, es una magistral pieza que se respalda en su estética épica ya vista en increíbles peizas como “The Battle Of Evermore”, “Starways To Heaven” o “When The Levee Breaks”, pero llevado en una dirección totalmente distinta e inesperada, de instrumentación mucho más pausada y menos densa, con la intromisión de teclados por parte de John Paul Jones, y una cierta sensación de sigilo y premonición fatalista que los lleva a terrenos del progresivo de Crimson o Pink Floyd; y el disco lo cierra "The Ocean", enérgica pieza de blues y heavy-metal con ciertos aires a unos primeros Sabbath, cierra este disco que termina dejando una extraña sensación en los oídos, menos agresivos, y más experimentales, unos Led Zeps fuera de su zona de confort terminan otorgando un resultado sin musculación, sobrepretensioso y de poca originalidad.


jueves, 19 de junio de 2014

NEIL YOUNG - AFTER THE GOLD RUSH


Año: 1970
País: Estados Unidos
Género: Roots-rock.Folk-pop
Puntuación: ▲▲▲▲▲

Uno de los nombres más respetados de la contracultura y el ácido de la costa oeste es Neil Young, tanto en sus trabajos con la Buffalo Springfield como en su carrera de soltiario y colaborando con sus igualmente respetados colegas Crosby, Stills y Nash; de estilo musical folk y country-rock y su nervudo talento en las cuerdas al momento de emplear la guitarra eléctrica, en este comienzo de la nueva década vemos a un Neil Young mucho más calmado y melódico, influenciado por el pop y el folk temprano, menos manoseado y más intimista de Dylan, Young conjura un estupendo conjunto de canciones predominantemente melancólicas y de limpia hechura, en las cuales consigue en su mayor parte tocar la vena más sensible del oyente, más en otras resulta relativamente fallidas.


“Tell Me Why” es una fulminante pieza folk-pop que parece rescatada de algún artistas poco conocido de la primera mitad de los sesenta, de inspiración dylaniana logra presentar y englobar la atmósfera depresiva y envolvente del disco; “After The Gold Rush” es una emotiva pieza a piano aunque suena una modulación vocal aguda forzada que la hace no convergir con la melodía en la nasalidad vocal, provocando cierta sensación de grabación amateur que desentona con el disco; "Only love can break your heart"con apoyo de coros en el estribillo es una pieza bien elaborada que logra buscar variación, emotividad y luminosidad en su reiterativa melodía; “Southern Man”, pieza en la que Young toma la guitarra eléctrica y adopta un estilo vocal de mayor visceralidad en textos controvertidos de crítica hacia la esclavitud sureña, lografiltrar el sonido del 69 pero en una perspectiva y dirección más madura conskiguiendo no desentonar con el contenidod el disco; y la sublime “Till The Morning Comes”, efímera pieza que en sus surcos hace recordar el folk pop del 65 y 66 en bandas como los Beatles, Mammas and Pappas o los Kinks.


El clásico de Don Gibson “Oh, Lonesome Me" es revisado en una versión letárgica con sofisticado fondo musical de cuerdas, harmónica  y piano, mas fallido vocalmente, sin realmente conseguir exaltación en el apartado vocal; "Don't let it bring you down" posee una actitud de desencanto en un pausado tiempo lento que muestra mejor modulación y manejo de la melodía; "Birds" es una maravilla, acompañamiento de coros y piano nutren a la balada de una inmaculada atmósfera sensible y nostálgica de ascendencia beatleniana en “Let It Bleed”; “'When You Dance You Can Really Love” conecta en robustez con “Southern Man” disfrutable pieza que perfectamente unos Crazy Horse la podrían adaptar (valga mencionar participando miembros de la mencionada banda en la instrumentación de este disco) mas peca de extensa en el disco; “I Believe In You” presenta mayor juego vocal en un Young que pareciera por momentos ir en paralelo con el estilo folk-pop de Bowie al otro lado del Atlántico (ambos claro esta inspirados fuertemente en Dylan); y cierra la simpática, "Cripple Creek Ferry", pieza que a pesar de tener un trasfondo triste resulta imposible no dejarse llevar por la melodía.

GRAHAM GOULDMAN - THE GRAHAM GOULDMAN THING


Año: 1968
País: Reino Unido
Género: Baroque-pop
Puntuación: ▲▲▲▲

Nombre importante en la música pop de mediados de los sesenta, autor de entre los más importantes éxitos comerciales de la época, este joven cantautor se decide a lanzar su primer gran disco  con versiones propias de los mencionados éxitos musicales en un estilo pop baroque con insinuaciones psicodélicas y arreglos orquestales que dotan de sofisticación y elegancia a su sonido.

“The Impossible Years” abre el disco en una pieza pop que recupera a los Beatles melódicos del 64 y 65 con orientación  a unos Turtles o Assosiation; “Bus Stop” exuberante en barroquismo con efectos corales y ecos, un fondo impresionista de violines y un rico juego melódico que hace por momentos olvidar a la primera versión de los Hollies; “Behind the Door” es muy curiosa pues su intro tétrica parece introducirnos al preámbulo de algún corte de unos Blues Magoos (o incluso unos Doors), pieza lenta y pausada evoca un sigilo triste y lastimero, con desenlace funk; “Pawnbroker” probablemente inspirada en el “Tell Me To My Face” de los Hollies; “Who Are They” con rico juego de cuerdas y con cierta ascendencia a unosnByrds o unos Jefferson Airplane; y “My Father”, hermosa balada pop-folk de alta sensibilidad baroque y con arreglos orquestales a lo Lee Hazlewood.



Una de los mejores cortes del disco es su versión del “No Milk Today” (anteriormente en los Herman’s Hermits), con intro de insinuaciones libanesas y un embiste que juega con la psicodelia y el baroque logra una iluminación sonora y sensorial que lleva al oyente al Olimpo de la melodía pop; “Upstairs Downstairs” es un corte más ligero que revisa nuevamente a unos primeros Beatles y Hollies con sus juegos vocales melódicos, la versión del superclásico de los Yardbirds “For Your Love” en la voz de su autor original sigue el estilo más rock de sus colegas, aunque desentona relativamente en el disco; y completan el disco “Pamela, Pamela”, con aromas a unos Zombies y Turtles, y “Chestnuts”, desacertado pasaje instrumental en el disco que desentona con el sonido y estilo conseguido, además de no lograr algún momento memorable. 

domingo, 25 de mayo de 2014

EL RITUAL - EL RITUAL


Año: 1971
País: Mexico
Género: Heavy-prog
Puntuación: ▲▲▲▲1/2

Emblemática banda de Tijuana, México; su sonido oferta una exquisita mistura de blues, progresivo, jazz y psicodelia, logrando uno de los estilo musicales provenientes de tierras charras más sofisticados y elaborados, condimentado además por su teatralidad en escena y sus experimentaciones art-rock con particular acentuaciones macabras-demoniacas.

Robustas piezas que parecen un rompecabezas progresivo demuestran el grant alentó el la construcción musical de la banda en piezas como “Mujer Fácil”, épica pieza heavy y progresiva con momentos progresivos que evocan a unos Atomic Rooster o incluso los primeros Soft Machine, además de presentar un interesante pasaje sensorial en su segunda mitad con aromas a unos King Crimson; “La Tierra de que te Hable” es una genial pieza con lenta intro progresiva-acústica de armoniosa melodía vocal, que desenlaza en una rítmica ledzeppiana en la que se luce Martín Mayo en los teclados; y sigue “Bajo el Sol y Frente a Dios” muestra su talento en la construcción melódica de peizas lentas, bello corte folk-progresivo en la que se luce la flauta de Frankie Barreño con evocaciones sutiles a un “I Talk To The Wind” de los King Crimson y cierto candor y trato melódico-vocal que por momentos trae a la mente a unos Assosiation.


La pieza fuerte del disco es la tétrica “Satanas”, mastodóntica pieza de espeluznante intro que comulga a unos primeros Pink Floyd con unos Black Sabbath, compleja y extensa pieza con un delirante solo y acompañamiento del mencionado Mayo, además de un ‘épico’ solo de Lalo Barceló en batería que tendrá a los amantes del progresivo más exquisito y sofisticado degustando de esta pieza hasta el cansancio; “Peregrinación Satánica” muestra una mayor ascendencia jazz y blues, un pasaje psicodélico muy a lo Country Joe & The Fish misturados con un Santana atmosférico y psicodélico; “Conspiración” es otra fenomenal pieza que presenta una atmósfera sensorial de acentuación acid-prog depresivo muy a lo C.A. Quintet, Maze o Iron Butterfly con cierta evocación vocal filtrando a unos Moody Blues de mediados de los sesenta; y “Groupie”, psicodelia de resonancia latina con cierta atmosfera ácida a lo Strawberry Alarm Clock (además de filtrar por ahí a unos Laghonia en “Bahia”) en la que se luce la sensualidad del bajo de Chalo Hernández y un genial solo final de Barreño en la guitarra eléctrica.


El disco lo completa “Muerto e Ido”, otra alucinante pieza con delirante solo de teclados y atmósfera acid-prog derivada del impacto doorsiano (en plena contracultura de la costa oeste sesentera) en un sinnúmero de bandas como esta que terminaron conjurando verdaderas obras maestras para la posteridad y termina enalteciendo al rock latino.

CAETANO VELOSO - TROPICALIA


Año: 1968
País: Brasil
Género: Tropicalia.psychedelic
Puntuación: ▲▲▲▲▲

Nombre imprescindible en la cultura musical proveniente de tierras cariocas (acentuándonos en la segunda mitad de los sesenta); un revolucionario Caetano Veloso hace y deshace en un mejunje etno-pop en el cual se filtra descaradamente lo inadmisible, estilos musicales contrastantes son despojados de su nihilismo y son yuxtapuestos en una mezcolanza art-rock bastante agresiva e irrespetuosa (cuyo revuelo provocaría, tras una serie de eventos, sin más ni menos que su exilio al año siguiente), mas consiguen uno de los momentos más impresionantes de la historia del rock y deslumbran en complejas estructuras vanguardistas osadas en variaciones de tempo, rica imaginería estructural y construcción rítmicas, gustosa gamma de recursos instrumentales, y sobre todo una pretensión sin precedente se comulgar la tradición popular de una siempre vaporosa y encendida Brasil con las vanguardias musicales del momento en terrenos del pop y la psicodelia anglosajona.


Inspirado marcadamente en el “Sgt. Pepper” de los Beatles, y probablemente en otros grandes nombres de los cuales se pueden ver filtrados en su sonido como Donovan, Bob Dylan, los Byrds, o los Rolling Stones más pop, elabora un pretencioso disco debut bastante heterogéneo y de agresivo contraste musical para la época; "Tropicália" es un punto clave en la historia del género musical del mismo nombre, y también una de las piezas más creativas que pudo haber creado el genio de Veloso, de textos de astutas referencias tanto coyunturales como históricas y con una ‘multi-estructura’ musical vanguardista que filtra una intro afro-tribal, evocaciones étnicas que se comulgan con bossa nova y da espacio incluso para arreglos instrumentales orquestales con insinuaciones operísticas (que otorgan cierta letárgica psicodélica), una verdadera maravilla para cualquier amante del estilo dada de Zappa o la resonancia rítmica tribal con ascendencia dixie-jazz de Dr. John; "Clarice" apacigua las aguas con una sublime pieza lenta pop de elegantes arreglos orquestales acercándolo al baroque y mostrando la amplia pretensión que ostenta conseguir en sus referencias musicales, aunque valga decir que se percibe como sobrepretensiosa en su extensión; "No Dia em que Eu Vim-Me Embora" presenta un mayor acercamiento a la psicodelia comercial en una astuta pieza que se basa en la capacidad melódica vocal y el acompañamiento de teclados los cuales se ven sometidos a arrebatos de tempos inesperados (muy a lo “Heroin” de los Velvets”) y la emblemática "Alegria, Alegria", una de sus creaciones más impresionantes y de rica imaginería lírica, una sección rítmica étnica que exuda la festividad y jolgorio de las costas del atlántico en textos de critica social a la alienación y enajenación en una sociedad modernista ‘oprimida’ por el capitalismo y consumismo.


“Onde Andarás?" es una animada pieza de bossa nova que muestramsu irreverencia vocal y calmado estilo en sus piezas lentas; "Anunciação", aceptable pieza dada con rica imaginería en recursos musicales que emergen cual pinceladas a lo largo de la pieza; "Superbacana" posee una lírica sardónica con rítmica r’nb y music-hall de cierta insinuación reggae (por su parte final se logra observar un desenlace ska); "Paisagem Útil" con pomposidad musical herencia del pop con arreglos orquestales con tintes cinematográficos; y "Clara”, evocativa pieza de bossa nova en la cual le acompaña la voz de Gal Costa.


El disco lo completa "Soy Loco por Tí, América" compuesta por el poeta José Carlos Capinam y elaborada en colaboración con Girberto Gil de Os Mutantes, posee una sección rítmica etno-caribeña y rica amalgama de recursos sonoros sostenidos por un irresistible acompañamiento de teclados; "Ave Maria" con cierta insinuación a un baile pausado; y "Eles" con notas de cuerdas de sitar, insinuaciones surf y un conciso bajo presentan una muy interesante y sugerente estructura art-rock con huella de sus contemporáneos Os Mutantes (no por nada el mencionado Gil apoyo en la elaboración de varios cortes incluido este).

Un imprescindible del rock brasilero.