sábado, 28 de junio de 2014

THE SEX PISTOLS – NEVER MIND THE BOLLOCKS HERE’S THE SEX PISTOLS


Año: 1977
País: Reino Unido
Género: Punk
Puntuación: ▲▲▲▲

Emblemático disco de uno de los momentos más revolucionarios de la historia del rock; el punk que surgió como la antítesis de la dirección que estaba tomando el rock en la segunda mitad de los setenta, logró no solo desestancarlo de sobre-pretensiones pseudo-artísticas redundantes en demasía y cansinas ya para mediados de los setenta, sino que a su vez logró devolverle su personalidad impetuosa y rebelde, su desenfado adolescente y su rugosidad sonora totalmente perdida por completo en esos tiempos en muros tras muros de sintetizadores.


Los Sex Pistols pueden ser considerados probablemente la banda más agresiva y desenfadada del género, textos punzantes, guitarras descontroladas, desfogues vocales de fogosa rebeldía juvenil, y una cuestionable postura antisocial-monárquica y consumista se licuan en torbellinos de delirantes piezas del más enérgico y fascinante rock garagero, herencia de puntuales momentos de la historia del rock como los Stooges, el primer Alice Cooper, las New York Dolls, y por supuesto siguiendo la filosofía de los imprescindibles Ramones de que no requieres tocar la guitarra como Hendrix o tener la voz de Van Morrison para hacer rock, mas sí el espíritu.


Si bien el disco no goza de redondez en su concepto (y esto porque más que ser un disco de estudio, en sí es una recopilación de sus singles más emblemáticos), cómodamente se destacan de entre las mejores composiciones del género como “Holidays In The Sun” con intro marchante, un riff delirante y adictivo que sorprende en su simpleza, una atractiva embestida punk con insinuaciones arena y un desenfado musical que no se veía desde ya hacía bastantes años; “Bodies” con un desgarro visceral en nervudas guitarras eléctricas; “No Feelings” con postura narcisista; “Liar” es uno de sus mejores cortes con magistrales momentos de delirio vocal por parte de un delirante Rotten y acerbos momentos de guitarra eléctrica; y la imprescindible “God Save The Queen”, hito importante dentro de su efímera duración como banda en la cual llegan a su máximo nivel de inspiración en una interesante construcción musical sin estribillo, melódicamente simple y emocionalmente demoledora llegando a su clímax en ese desgarrador ‘nooooo future for you…..’


“Seventeen” es una interesante pieza en la que la saturación sónica eléctrica y la cruda factura vocal contrastan con un controlado estilo de batería en la que parecen inspirarse en unos Stranglers; “Anarchy In The U.K.” es otra de sus mejores composiciones muy curiosa en su estilo pues si se presta atención parece hecha para ser recitada cual himno nacional, una melodía bastante accesible (ya rozando con el power-pop) y característico remolino sónico en lo-fi y saturación eléctrica incitando a toda una nación a rebelarse contra la monarquía cual revolución francesa mas empleando esta vez al rock como herramienta de impulso; creíble o no ya depende de cada uno, mas lo suficiente consistente para creérsela por lo menos durante los tres minutos que dura la pieza; “Pretty Vacant” con icónica intro de que parece un llamado a toda la nación a rendirse fiel e incondicionalmente al punk; y “EMI”, ya a estas alturas redundante, astuta y dinámica pieza robusta que despide este licuado de punk nervudo que logra desnudar el alma garagera y cruda del rock en un momento crucial para la historia del rock.

THE CLASH – THE CLASH


Año: 1977
País: Reino Unido
Género: Punk
Puntuación: ▲▲▲▲1/2

Muy influyente trabajo punk-rock proveniente de tierras inglesas, es casi imposible no escucharlos filtrado en las taaaantas bandas que surgieron luego de la explosión post-punk a ambos lados del atlántico, sea en su estilo crudo y minimalista, directo del disco homónimo debut, como en su estilo más sofisticado y etéreo visto en sus posteriores trabajos “London Calling” y “Sandinisa”, la banda logra calar en la mente de toda una generación y logra además expandir y evolucionar su oferta con mayor ‘eficiencia’ si los comparamos con sus ruidosos contemporáneos del género.

Pura rebeldía, insolencia, ironía e inconformismo es lo que se exhibe en los astutos textos de Mick Jones y Joe Strumer, en una dinámica rítmica simple y atractiva, talvez muy simple para algunos, logra en contundentes temas, que apenas logran pasar los dos minutos, que reflejan la rabia enardecida del punk inglés puro y sin rodeos.


Sin dar tregua alguna el disco embiste con tema tras tema de ágiles secciones rítmicas: “Janie Jones” mostrando un magistral dinamismo musical del rock básico, simple y muy efectivo;  “I'm So Bored With The U.S.A.” es otra delicia punk de cuerdas eléctricas simples y controlado tempo, rebelde en su postura punk anti-yanqui; “White Riot” es una de los mejores momentos del disco, explosiva pieza con irresistibles momentos noise-punk de puro vértigo y agitación rock que embiste cual motín humano abrasivo y de personalidad belicosa , “Carrer Opportunities” con genial construcción melódica, apabullante sección rítmica, textos de represión profesional que ponen en manifiesto en descontento coyuntural de su generación;  “Police & Thieves” introduciendo sección reggae; en fin, un conseguido muestrario del alcance que consigue la vuelta al rock básico de inicios de los sesenta.


DAMON ALBARN – EVERYDAY ROBOTS



Año: 2014
País: Reino Unido
Género: Alternative.electro-pop
Puntuación: ▲▲▲

Nombre importante en la afligida y convulsiva ciudad londinense de la primera mitad de los noventa, Damon Albarn lanza su primer trabajo discográfico como solista; lejos ya de las melodías atractivas del brit-pop aderezadas con ironías sardónicas, y de las experimentaciones alternativas en las que expandía sus terrenos a géneros como el hip-hop y el dance en Gorillaz, encontramos a un Albarn reflexivo, desahuciado, pesimista y escéptico ante la deshumanización del mundo en el cual el hombre se vuelve una maquina más programada para hacer girar los engranajes de la sociedad; concepto nada nuevo ni revolucionario ni en el rock ni en el cine ni en la literatura, pero igual logra despertar cierto interés en sus pasajes y surcos letárgicos.


Acercamientos en estilo electro-pop a un Beck, Radiohead y Björk; Brian Eno acompaña en la producción y se percibe desde el primer corte homónimo, “Everyday Robots” es una pieza pausada y sigilosa, su atmosfera ambient con un incisivo ‘riff’ electrónico que se repite constantemente parece simular una bisagra oxidada bastante efectiva en un concepto pesimista y oscuro que desnuda la monotonía de la vida, no está mal como corte inicial pues logra sembrar la atmósfera de cierto estilo sci-fi.psicótico;  "Hostiles" lo acerca más a un Beck de su “Modern Guilt”, es una pieza bien elaborada en la que la atmósfera hipnotizante y las reflexiones de la futilidad de la vida logran concretar el concepto del disco; "Lonely Press Play" presenta cierta insinuación funk, elegante pieza con pasajes ambient y lounge que no vendría mal en unos TV On The Radio; "Mr. Tembo" con mistura de electrónica y resonancias étnicas parece buscar un punto de contraste por ahí apuntando al world-music de Eno, aunque peca de genérica y poco interesante; y "The Selfish Giant", nuevamente se siembra el tempo ambient, en acompañamiento esta vez de notas de piano, un estilo vocal susurrante y efectos acertados a lo largo de la pieza logran conjurar una típica y archi-recurrente atmósfera crooner-lounge, aunque valga decir que resulta bastante decente y bien condimentada como para disfrutarse en algunas reescuchas más.


 "You And Me" nuevamente filtra a estilos electrónicos derivativos de Beck y Radiohead, aunque curiosamente por momentos logra cierta pastosidad rn’b y soul a lo Marvin Gaye; "Hollow Ponds" presenta una atmósfera más compleja y pretensiosa, rica en contrastes e instrumentación, logra conjurar una creible atmposfera psico.sci-fi acentuado en los últimos 60 segundos de la pieza; "Photographs (You Are Taking Now)" con recursos de fondo bastante recurrentes, logra sembrar una atmósfera de cierto interés, aunque monótona y cansina ya a estas alturas del disco; "The History Of Cheating Heart" lava un poco el disco de su resonancia electrónica, no es lo mejor del disco, pero despierta cierto placer escuchar cierta vocalización sedosa de Albarn contrastada con cuerdas acústicas y sutiles arreglos orquestales con cierto aire a Reed; y "Heavy Seas Of Love", pieza final de mayor resonancia vocal e instrumental, más débil en su desarrollo y poco trascendente en un disco que exhibe buenas ideas e interesantes momentos de disfrutable escucha.

sábado, 21 de junio de 2014

FREE - FIRE AND WATER


Año: 1970
País: Reino Unido
Género: Blues-rock
Puntuación: ▲▲▲▲1/2

Potente y nervudo trabajo discográfico de una de las bandas británicas con el mayor potencial de los setenta. y que cómodamente podría haberse convertido en uno de los mejores grupos de la historia, Free deslumbra con acerbas piezas de blues rock, pausadas y sensuales, ricas en cuerdas que viran entre el ácido, el hard-rock e insinuaciones garage-blues y noise, esto en una postura impetuosa y rebelde en la que las perturbaciones amorosas inspiran enardecidos textos de desfogue emocional.


La pieza homónima del disco arranca potentemente este magistral trabajo, “Fire And Water” resume contundentemente su herencia sesentera de nombres imprescindibles como Hendrix, Blue Cheer, Cream, los Stones más blues, Jeff Beck, los primeros Led Zappelin, un alucinante cocktail de blues-rock pausado y enardecido en el que se lucen un increíble Paul Kossoff en la guitarra, un asertivo Simon Kirk con geniales momentos de batería (sobre todo en la parte final ya despidiendo la pieza), Andy Fraser al bajo otorgando la musculatura blues pausada, y por supuesto un delirante Paul Rodgers a la voz exudando fogosidad y desgarro emocional; “Oh I Wept” comienza bastante bien sembrando la atmósfera en su intro, es una pieza más pausada que despierta cierto encanto en su sutil atmósfera que sigilosamente va ganando robustez sónica en un desconsolado canto a la desdicha amorosa, es una pieza bastante astuta valga decirlo que requiere algunas re-escuchas para descubrir su encanto; y “Remember” exhibe una estructura más convencional con evocaciones al country y roots-rock americano de bandas como Crazy Horse; Creedence Clearwater Revival o Lynyrd Skynyrd, algo lánguida en re-escuchas, aunque igual logra seducir en su despreocupada y letárgica  atmosfera blues y hard-rock.


"Heavy Load" es una pieza muy extraña pues si bien en primeras escuchas el empleo del piano resulta disonante o amateur, en reescuchas la pieza consigue notablemente entramar en el oyente la atmósfera tortuosa y afligida con matices de cabaret o taberna de perdición, es una pieza que redunda en los recursos de la banda sin conseguir realmente algún momento épico o clímax, mas su pretensión y su estructurada dirección logran sostener contundentemente una compleja pieza muy atípica para el sonido de la banda; “Mr. Big” es otra potente y grandiosa pieza de blues y hard-rock con connotaciones ácidas a lo Big Brother & The Hold Company (que no caería nada mal en la voz de una psicodélica Janis Joplin), además de lucirse el mencionado Fraser en el bajo con un alucinante solo en la segunda mitad del corte; "Don't Say You Love Me" es una balada con cierta pretensión soul a lo The Band, no está nada mal aunque pesa de extensa y de poca variación en su primera mitad, aunque consigue lograr un memorable desenlace enaltecido por una conmovedora sinergia grupal en batería, cuerdas y voz que hace que valga la pena los 6 minutos de espera; y no podía faltar su superclásico “All Night Long”, pieza mucho más ligereza (ya rozando con el power-pop de Cheap Trick) mas entonada e impostada con el mismo estilo rítmico blues logrando un muy animad y enérgico punto final para un disco que logra demostrar lo mucho que se puede conseguir sin exageraciones ni sobrepretensiones, y es que cuando hay talento y buena sinergia grupal es fácil percibirlo y terminar fascinado por el producto final.

Disco imprescindible para cualquier amante del buen blues-rock.

LED ZEPPELIN - HOUSES OF THE HOLY


Año: 1973
País: Reino Unido           
Género: Heavy.blues-rock
Puntuación: ▲▲▲1/2

Luego de imprescindibles trabajos discográficos que exudaron el increíble talento de la banda en la conjuración de musculadas e intrincadas piezas con pretensión épica y detonante personalidad, la banda pudo cómodamente seguir la misma dirección y elaborar cada vez conceptos más complejos y pretenciosos (que los llevara talvez nuevamente a la cima de su sofisticación máxima: el “LZ IV”), mas Plant y compañía tendrían otra idea en mente, un inesperado giro de su sonido a terrenos menos familiares que les depararía una experiencia aceptable y de relativo interés, aunque menos encendida, menos inspirada, y marcadamente inferior que sus épicos predecesores.

"The song remains the same" es un relámpago sónico apabullante y angular con ciertas insinuaciones jangle (acentuado por cierta resonancia swamp y country a lo Creedence Clearwater Revival) y un demoledor manejo de cuerdas, es un potente corte de inicio con rico contraste de tiempos lentos y rápidos, lo único malo es que peca de extensa y redundante en su construcción; "The Rain Song" es una balada que presenta arreglos orquestales predominantes en inspiradores pasajes instrumentales, de hermosa construcción e iluminación sensorial con herencia en estilo de su elaborado trabajo predecesor, aunque a la larga termina siendo una pieza poco representativa de la banda, pues se podría esperar tanto de los Stones del “Let It Bleed” o “Sticky Fingers”, de unos Ten Years After, o incluso de Back Sabbath en su “Vol. 4” la podrán filtrar, "Over Hills And Faraway" recupera en cierta medida sus sonido del “LZ II” con insinuaciones a un “Ramble On” menos heavy, es una de las piezas más contundentes del disco en su estilo y estructura en la cual se lucen Plant y Page, aunque peca de ausencia de clímax en un disco exiguo de redondez y de momentos puntuales de emotividad; y "The Crunge", fallida pieza que si bien goza de una rica y enérgica atmósfera funk instrumental, la forzada vocalización de Plant y su carencia de recursos en terrenos funk terminan dando una pieza muy genérica y plana que desperdicia el tremendo talento vocal del legendario vocalista.


"Dancing Days" es una pieza de heavy-rock, blues y arena puntual y concisa, poco memorable en posteriores escuchas, aunque recupera la personalidad aguerrida y chulesca de la sinergia Plant-Page; “D'yer Maker” sin pies ni cabeza en el disco, es una insoportable pieza de estilo reggae en la cual se escucha a un Plant de forzada sugerencia y totalmente fuera de su comodidad vocal, además de un manoseado trasfondo instrumental que más que parecer inspirarse en la instantaneidad y despreocupación instrumental del reggae que tanto encanta como engancha al oyente, parece más bien tomar referencia a la agresiva complejidad y yuxtaposición instrumental del “Trout Mask Replica” de Captain Beefheart, aunque de resultado monótono, conflictivo y de pésimo gusto; "No Quarter" es el momento definitivo de disco, evocaciones épicas de conflictos bélicos nórdicos en una atmósfera ultra-envolvente que engatusa al oyente de principio a fin, es una magistral pieza que se respalda en su estética épica ya vista en increíbles peizas como “The Battle Of Evermore”, “Starways To Heaven” o “When The Levee Breaks”, pero llevado en una dirección totalmente distinta e inesperada, de instrumentación mucho más pausada y menos densa, con la intromisión de teclados por parte de John Paul Jones, y una cierta sensación de sigilo y premonición fatalista que los lleva a terrenos del progresivo de Crimson o Pink Floyd; y el disco lo cierra "The Ocean", enérgica pieza de blues y heavy-metal con ciertos aires a unos primeros Sabbath, cierra este disco que termina dejando una extraña sensación en los oídos, menos agresivos, y más experimentales, unos Led Zeps fuera de su zona de confort terminan otorgando un resultado sin musculación, sobrepretensioso y de poca originalidad.


jueves, 19 de junio de 2014

NEIL YOUNG - AFTER THE GOLD RUSH


Año: 1970
País: Estados Unidos
Género: Roots-rock.Folk-pop
Puntuación: ▲▲▲▲▲

Uno de los nombres más respetados de la contracultura y el ácido de la costa oeste es Neil Young, tanto en sus trabajos con la Buffalo Springfield como en su carrera de soltiario y colaborando con sus igualmente respetados colegas Crosby, Stills y Nash; de estilo musical folk y country-rock y su nervudo talento en las cuerdas al momento de emplear la guitarra eléctrica, en este comienzo de la nueva década vemos a un Neil Young mucho más calmado y melódico, influenciado por el pop y el folk temprano, menos manoseado y más intimista de Dylan, Young conjura un estupendo conjunto de canciones predominantemente melancólicas y de limpia hechura, en las cuales consigue en su mayor parte tocar la vena más sensible del oyente, más en otras resulta relativamente fallidas.


“Tell Me Why” es una fulminante pieza folk-pop que parece rescatada de algún artistas poco conocido de la primera mitad de los sesenta, de inspiración dylaniana logra presentar y englobar la atmósfera depresiva y envolvente del disco; “After The Gold Rush” es una emotiva pieza a piano aunque suena una modulación vocal aguda forzada que la hace no convergir con la melodía en la nasalidad vocal, provocando cierta sensación de grabación amateur que desentona con el disco; "Only love can break your heart"con apoyo de coros en el estribillo es una pieza bien elaborada que logra buscar variación, emotividad y luminosidad en su reiterativa melodía; “Southern Man”, pieza en la que Young toma la guitarra eléctrica y adopta un estilo vocal de mayor visceralidad en textos controvertidos de crítica hacia la esclavitud sureña, lografiltrar el sonido del 69 pero en una perspectiva y dirección más madura conskiguiendo no desentonar con el contenidod el disco; y la sublime “Till The Morning Comes”, efímera pieza que en sus surcos hace recordar el folk pop del 65 y 66 en bandas como los Beatles, Mammas and Pappas o los Kinks.


El clásico de Don Gibson “Oh, Lonesome Me" es revisado en una versión letárgica con sofisticado fondo musical de cuerdas, harmónica  y piano, mas fallido vocalmente, sin realmente conseguir exaltación en el apartado vocal; "Don't let it bring you down" posee una actitud de desencanto en un pausado tiempo lento que muestra mejor modulación y manejo de la melodía; "Birds" es una maravilla, acompañamiento de coros y piano nutren a la balada de una inmaculada atmósfera sensible y nostálgica de ascendencia beatleniana en “Let It Bleed”; “'When You Dance You Can Really Love” conecta en robustez con “Southern Man” disfrutable pieza que perfectamente unos Crazy Horse la podrían adaptar (valga mencionar participando miembros de la mencionada banda en la instrumentación de este disco) mas peca de extensa en el disco; “I Believe In You” presenta mayor juego vocal en un Young que pareciera por momentos ir en paralelo con el estilo folk-pop de Bowie al otro lado del Atlántico (ambos claro esta inspirados fuertemente en Dylan); y cierra la simpática, "Cripple Creek Ferry", pieza que a pesar de tener un trasfondo triste resulta imposible no dejarse llevar por la melodía.

GRAHAM GOULDMAN - THE GRAHAM GOULDMAN THING


Año: 1968
País: Reino Unido
Género: Baroque-pop
Puntuación: ▲▲▲▲

Nombre importante en la música pop de mediados de los sesenta, autor de entre los más importantes éxitos comerciales de la época, este joven cantautor se decide a lanzar su primer gran disco  con versiones propias de los mencionados éxitos musicales en un estilo pop baroque con insinuaciones psicodélicas y arreglos orquestales que dotan de sofisticación y elegancia a su sonido.

“The Impossible Years” abre el disco en una pieza pop que recupera a los Beatles melódicos del 64 y 65 con orientación  a unos Turtles o Assosiation; “Bus Stop” exuberante en barroquismo con efectos corales y ecos, un fondo impresionista de violines y un rico juego melódico que hace por momentos olvidar a la primera versión de los Hollies; “Behind the Door” es muy curiosa pues su intro tétrica parece introducirnos al preámbulo de algún corte de unos Blues Magoos (o incluso unos Doors), pieza lenta y pausada evoca un sigilo triste y lastimero, con desenlace funk; “Pawnbroker” probablemente inspirada en el “Tell Me To My Face” de los Hollies; “Who Are They” con rico juego de cuerdas y con cierta ascendencia a unosnByrds o unos Jefferson Airplane; y “My Father”, hermosa balada pop-folk de alta sensibilidad baroque y con arreglos orquestales a lo Lee Hazlewood.



Una de los mejores cortes del disco es su versión del “No Milk Today” (anteriormente en los Herman’s Hermits), con intro de insinuaciones libanesas y un embiste que juega con la psicodelia y el baroque logra una iluminación sonora y sensorial que lleva al oyente al Olimpo de la melodía pop; “Upstairs Downstairs” es un corte más ligero que revisa nuevamente a unos primeros Beatles y Hollies con sus juegos vocales melódicos, la versión del superclásico de los Yardbirds “For Your Love” en la voz de su autor original sigue el estilo más rock de sus colegas, aunque desentona relativamente en el disco; y completan el disco “Pamela, Pamela”, con aromas a unos Zombies y Turtles, y “Chestnuts”, desacertado pasaje instrumental en el disco que desentona con el sonido y estilo conseguido, además de no lograr algún momento memorable.