domingo, 19 de enero de 2014

MUSE - BLACK HOLES & REVELATIONS


Año: 2006
País: Reino Unido
Género: Alternative.progressive-rock
Puntuación: ▲▲1/2

La segunda producción de la banda marca un cambio en el rumbo de su propuesta musical, derivados del alternativo noventero de bandas como Radiohead, Suede, Depeche Mode, Placebo y Kula Shaker, además de filtrar uno que otro nombre de mayor repercusión como Pink Floyd por ejemplo, logran despegar su propuesta en terrenos de mayor complejidad electrónica con huellas de la psicodelia, el art-rock y el disco-funk; que si bien tampoco les vale una gran aportación a la historia del rock, por lo menos se puede destacar varias ideas y conceptos bien desarrollados y pulidamente presentados.

“Take A Bow” comienza con un estilo a lo Depeche Mode, aunque su ‘riff’ electrónico mas apunta a un trance metal, hasta denotar en una pieza de trasfondo disco-funk con efectos vocales de ascendencia psicodélica, un torbellino de guitarras hardcore con un infrenable caos sónico en teclados con pretensión épica a lo U2 dan como desenlace la tensa pieza de contenido antipolítico; “Starlight” aligera el ruido y da lugar al deguste melódico, una sinuosidad vocal por parte de Matthew Bellamy de variación de agudos y graves, con falsettes y vibratos incluidos, dan fe de su talento vocal que comulga a Freddy Mercury, Tom Yorke y Bono Box en un fondo que coquetea con el dream y el arena rock, además de destacar el empleo de teclados de manera acertada y suficiente como para no ‘plastificar’ en demasía el sonido; "Supermassive Black Hole" es interesante en su concepción pues en su inicio parece evocar a un Hendrix del “Purple Hazzle” yendo por el glam-industrial, hasta que se presenta el estilo vocal en falsette y la melodía ligera y sinuosa que parece dibujar lo que Queen estaría haciendo para el nuevo milenio, hay trazos de glam bolianio y psicodelia creamniana (con referencia al “Strange Blues”) en su curvilínea estructura, no está nada mal si no fuese porque su sonido se aprecia muy manoseado en producción; y “Map Of The Problematique” experiencia euro-dance poco trascendente y excesivo en su duración  que más trae a la mente a unos Radiohead techno.


Por otro lado, "Soldier's Poem" contrasta radicalmente con un medio tiempo lento y sublime, algo lánguida y poco evocativa en su estilo vocal, imposible no traer a la mente a unos Queen mas melódicos de su “Bohemia Rapsody”; “Invincible” va por mejor dirección, una melodía con trasfondo celestial in-crescendo a lo “Aleluya” de Os Mutantes y fondo marchante con referencia al “S.F. Sorrow” de los Pretty Things sirve como papel tapiz para una melodía esperanzadora y altiva llevada con estimable tacto como para no caer en melodramas formulistas (aunque es casi imposible no sentir la huella de U2 a lo largo de la pieza), y un pasaje final de teclados que trae a la mente tanto a Yes como a la ELO; “Assasain” extrañamente trae a la mente al “Jesuschrist Super Star” de Andrew Lloyd Webber, belicosa pieza de metal, psicodelia y acid-house muy a lo que hace sus contemporáneos Klaxons; y "Exo-Politics", pieza que redunda en lo previamente explicado sin mucho atractivo.

El disco lo completa “City Of Delusion” presenta una intro con aromas de guitarra española (algo de referencia a Arthur Lee en “Forever Changes”) así como evocaciones sonoras de medio oriente, si no fuese porque suena sobrepretenciosa y plástica; “Hoodoo” que es un histriónico melodrama con pretensión épica muy derivativo; y “Knights Of Cydonia”, lo mejorcito del disco, en el cual se filtra el ácido sesentero de Hendrix, el progresivo conceptual sesentero de Pink Floyd, la parafernalia lush-pop de Queen y el metal-hardcore de Sabbath en la parte final.

DEATH CAB FOR CUTIE - PLANS


Año: 2005
País: Estados Unidos
Género: Indie.folk-pop
Puntuación: ▲▲▲

La oferta de esta banda americana resulta atractiva y simple, melodías folk-pop con insinuaciones baroque, sunshine y algo bucólicas que resulta placenteras en su accesible musicalidad, embellecidas melodías vocales y corales, y matizadas atmósferas sensoriales que degustaran al buen conocedor del pop sesentero de Boettcher, Bee Gees, Beatles, o Crosby, Stills & Nash.

Lo malo es que esto no resulta nada nuevo en estos tiempos en los que la corriente indie.pop nos viene azotando con una tras otra banda con similar oferta y sin consideración alguna aparente a plagiar a su mero antojo cual santo grial obtengan de su recurrencia a lo que ya se hizo unos cincuenta años atrás, para reciclarlo como material innovador y merecedor de la más selecta critica siempre gratuita y cortesía de la prensa ‘especializada’ que cree que el rock se inventó en los ochenta, para ello basta con escuchar a sus contemporáneos Fleet Foxes, Embrace, Kooks, Stereophonics o Coldplay.


“Marching Bands Of Manhattan” recuerda bastante a sus contemporáneos Arcade Fire, su intro sunshine resulta bastante efectiva y la melodía se maneja con cierto esplendor y colorido musical, además en acertar la adopción del estilo vocal wilsiano que consigue evocar inocencia, fragilidad, timidez y romanticismo; “Soul Meets Body” es una pieza notable y muy conseguida, su base folky resulta efectiva en su progresión ornamentada con cuerdas elegantemente matizadas (herencia de R.E.M.) en inspirados textos de alegorías al rencuentro del hombre con la naturaleza; “Summer Skin” se pierde en su monotonía y melodrama que no logra la contundencia, con percusión que trae a la mente a los Pretty Things de su “S.F. Sorrow”, aunque pone el manifiesto el talento de la banda para la conjuración de atmósferas tristes y sensibles; y “Different Names For The Same” corte estilo Lennon-Spector que desenlaza en una textura rica en matices que vira entre en sunshine y el new-wave con insinuaciones a Big Star.

“I Will Follow You Into The Dark”; es una pieza lenta acustica de contenido emo-crooner, logra sorprender por su simplicidad al lograr evocar una suerte de sentimientos encontrados como el miedo y la resignación ante la muerte que amenaza tácitamente al eterno idilio amoroso; “Your Heart Is An Empty Room” recuerda tanto a los Bee Gees como a Big Star, canto simple y melódico a guitarra que sugiere sonidos y recuerdos en su fondo sunshine; “Someday You Will Be Loved” tiene cierto estilo kinkiano en la construcción melódica y en ejecución podría filtrarse cómodamente de entre el material más selecto de R.E.M.; y “Crooked Teeth” aligera lo meloso del disco con una entretenida y rítmica pieza pop con recurrencia al “Picture Days” de los Kinks

El disco lo completa “What Sarah Said”, regular pieza con inspiración en un Bruce Springsteen ochentero y algo de Coldplay en su tacto emocional; la descartable “Brothers On A Hotel Bed”; y “Stable Song” corte country-pop con pomposidad y profundidad de mayor enfoque comercial.


RADIOHEAD - KID A


Año: 2000
País: Reino Unido
Género: Alternative.progressive-rock
Puntuación: ▲▲▲1/2

El cambio de milenio le significó a la banda también un cambio en la dirección de su enfoque, esto pues además de tener la mira de toda la crítica ante cual sería el esperado sucesor del notable “OK Computer”; y si bien ya en sus previos trabajos se aprecia su querencia por los sonidos vanguardistas y las experimentaciones filtrando a bandas claves del progresivo setentero como Pink Floyd y el krautrock alemán, es esta nueva producción la banda concibe una arriesgada producción discográfica de opiniones ambivalentes, mas imposible de caer indiferente para el buen conocedor.

Adentrándose a terrenos del post-rock menos accesible y más abstracto, plasman complejas estructuras que logran encantar en su alternativa hechura y compleja inspiración e interpretación, mas es resaltante igualmente la falta de dirección de la banda, su poca contundencia y falta de heterogeneidad al elaborar piezas que redundan en una misma idea sin crecer, exhibiendo la poca creatividad para poder expandir y concretar sus concepto.

“Everything In Its Right Place” posee su huella característica, atmósferas confusas y abstractas, envuelven al oyente en una maraña de sensaciones claustrofóbicas respaldadas por el empleo de sintetizadores muy al estilo krautrock, la angustia vocal resulta crucial para acentuar la sensación de tortura psicológica y desquicio mental, y un enfoque sonoro muy bien llevado que deforman la estructura convencional resulta más que suficiente para cumplir con un muy interesante corte de inicio; ahora si es esto realmente innovador, pues definitivamente no, basta con escuchar a Robert Wyatt en su “Rock Bottom” del 74 para darse cuenta de la excesivamente benevolente crítica que recibió este “Kid A”.


“Kid A” por otro lado es puro Kraftwerk, un concepto esta vez más abstracto y cuasi-robótico al generar cacofonías electrónicas en un pasaje ambient apacible y sensorial, exhibe una idea de ambigua interpretación que resulta atractiva en primeras escuchas, si no fuese porque carece totalmente de dirección y redunda en lo mismo en sus casi 5 minutos; “The National Anthem” por otro lado es una pieza de mayor contundencia y enfoque, a destacar ese omnipresente bajo amenazante y macizo, sigilosa pieza que se va convirtiendo en una abstracción progresiva angular de instrumentos de viento colisionando en una atmosfera perversa, hereda tanto de lo que Faust, King Krimson, Can y Moving Gelatine Plate hicieron como unos 50 años atrás; “How To Disappear Completely” es una pieza lenta algo curiosa, pues comienza muy plana y luego empieza a emanar una suerte de ensoñación atmosférica sunshine que no se define completamente, un Yorke de factura vocal psicodélica y una densidad etérea rica en matices hacer valer los casi 6 minutos de duración de esta pieza que juega con la pretensión progresiva de manera muy sofisticada.

“Treefingers” busca extender el concepto de su predecesor en un pasaje con evocaciones celestiales, pero resulta insuficiente en su pretensión, sonando a algo que Neu! o Sonic Youth hicieron previamente con mayor éxito; “Optimistic” esconde en sus chasquidas cuerdas cierta atmósfera cavernaria, otorgando junto con la factura vocal de Yorke una perversa sensación de paranoia lacerante y apocalíptica; “In Limbo” nuevamente explorando una idea que cae en la monotonía y pierde impacto e interés fácilmente; y "Idioteque", muy destacable piza que filtra de entre lo más vanguardista del estilo electrónico noventero como Björk, Chemical Brothers, y con mayor acentuación a Aphex Twin.

 El disco cierra con “Morning Bell”, melódica pieza atractiva en matices, pero peca de extensa; y “Motion Picture Soundtrack” pretensiosa pieza embellecida con sofisticada instrumentación que parece evocar a un Reed en “Berlin” (aunque la mayor acepción apunta a las películas de Disney de los 50s).

sábado, 18 de enero de 2014

LITTLE JOY - LITTLE JOY


Año: 2008
País: Estados Unidos
Género: Indie.sunshine-pop
Puntuación: ▲▲▲▲1/2

Tamaña sorpresa nos tendría deparada la agrupación que aúna al baterista de los Strokes, Fabrizio Moretti, con Rodrigo Amarante, miembro de la banda brasilera ‘Los Hermanos’, y a Binki Shapiro en un proyecto paralelo bastante atractivo y alternativo a la vertiente indie coyuntural sobre-explotada hasta el cansancio por sus contemporáneos.

El disco es una delicia para los oídos, comulgan con instantaneidad y sutileza una diversidad de géneros como el folk-pop, el soul, el sunshine y dream-pop sesentero, retazos de soft-reggae, y atmósferas aterciopeladas de bossanova.


Cuerdas de banjo-ukulele estilo reggae jamaiquino nos reciben en "The Next Time Around", apacible pieza folk-pop con arreglos corales byrdsianos y beachboyeros que sugieren una sutil psicodelia con surcos de bossanova y cierta melancolía de romanticismo velvetiano, además de querencia por el “Rubber Soul” que nos hace recordar la instantánea atracción de la melodía pop cuando se está bien desarrollada; "Brand New Start" resulta bastante astuta, alegre y cándido canto reggae-soul con insinuación góspel y vespertina atmósfera veraniega; "Play the Part" es una breve y conmovedora balada minimalista que enternece en su afligido y sentido canto que nos trae a la mente a unos Velvets ya sin Cale, sublimes coros de féminas y una atmósfera intima y desconsolada que dibuja una solitaria tarde de lluvia, acurrucan los sentidos en textos descontentos ante el desenamoramiento; y "No One's Better Sake", arriesgada pieza ska-reggae con insinuaciones post-punk y soul, y algo de world-music en su resonancia etérea y rimbombante.

La sugerente y sublime voz de Binki Shapiro  resplandece en "Unattainable" , tiempo lento de estilo reggae y folk con ínfimos coros vocales que otorgan a la pieza una irresistible sensación de primitivismo  sonoro que redefine el encanto la melancolía melódica, desnuda a la melodía y la expone al oyente en su encanto nihilista e instantáneo;  "Shoulder to Shoulder” es otra notable pieza, pausada y sugerente en su tempo de ascendencia bossanova y melodía que juega con una sutil psicodelia folky de glorioso desenlace sunshine; la sigilosa "With Strangers" presenta una penumbra oscura y fatalista, casi crooner, explora nuevamente un primitivismo folk pero llevado en dirección decadente que se tensa en sus arreglos corales fríos y efímeros; y "Keep Me in Mind" es una esplendida pieza enérgica y altiva de post-punk que logra filtrarse con acierto en el disco, su insinuación surf-garage y sus angulares cuerdas nos traen a la mente nuevamente a unos Velvets folk-rock en su “Loaded”.


"How to Hang a Warhol" es otra maravilla de mistura y eclecticismo rítmico al comulgar country y r’nb en una fluida y vespertina cobertura reggae.world-music costera; "Don't Watch Me Dancing" parece amalgamar a unos risueños Velvets (tanto en su etapa con Nico como en su pop con el sunshine de Boettcher) en una bellísima balada de rica instrumentación que otorga una sofisticada gama de matices sonoros que desenlazan una conmovedora y celestial atmosfera sunshine-psicodélica de faunos surreales con duendes y elfos, consiguiendo una inconsolable nostalgia a la inocencia de la infancia; y cierra “Evaporar", demoledora balada bossanova que encapsula con acierto en concepto nostálgico y melancólico del disco en alegorías a la banalidad y futilidad de la vida como la frustración ante no poder controlar el rumbo del destino se convierte en resignación.

COLDPLAY - X&Y


Año: 2005
País: Reino Unido
Género: Alternative.pop-rock
Puntuación: ▲▲

Una de las bandas a las que muy gratuitamente le ha tocado recibir múltiples alabanzas por sus trabajos discográficos, los cuales si bien no caen indiferentes para el buen conocedor, tampoco resultan cimentándose como lo más significativo o remarcable d la escena alternativa de la primera década del nuevo milenio; su oferta no hace más que caer en remedos de bandas como Oasis, Radiohead, The Verve, The Smiths, U2, Travis, R.E.M. y otras taaantas bandas (sin olvidarnos de los Beatles claro) que se filtran en su sonido en reiteradas ocasiones, haciendo su propuesta poco creativa y complaciente.

Para este trabajo incursionan en el empleo de teclados al presentar a un Eno en los sintetizadores de algunas piezas como “Square one”,  corte que no empieza nada mal, parece dibujar una atmósfera mística e inhóspita con ecos de Pink Floyd, hasta convertirse en una pieza con mayor postura post-punk setentera por ahí insinuando disco-funk de manera muy sutil, de melodía poco memorable, aunque conseguida en su atmosfera con orientación neo-psicodélica; “What if” es la típica balada que gusta mucho hacer a Chris Martin, complaciente y formulista, resulta poco memorable e inferior en comparación con las ejecuciones de sus mentones como Travis o The Verve; “White Shadows” nos lleva a unos Chameleons ochenteros, la banda opta por una dirección post-punk simple y efectiva, aunque de construcción melódica complaciente, Martin recae fácilmente en falsettes que terminan hastiando en sus más de 5 minutos de duración; y “Fix you”, corte que podría ejecutar unos U2 noventeros, típica radiofórmula destinada para satisfacer al predecible oyente amante de la sensibilidad barata, solo falta levantar el encendedor y corearla en el estadio.


“Talk” por otro lado es de entre lo más rescatable del disco, un concepto pseudo-espacial atmosférico bastante efectivo y rico en matices, cándido y apacible (cuya inspiración cae en unos Kraftwerk), sirve como fondo para una melodía vocal simple en su progresión, más contundente en su encanto y desarrollo, que desenlaza en un inesperado caos contenido; ”X&Y” nuevamente recae en la balada formulista esta vez con clara alusión a unos Oasis, solo que en estilo vocal falsette;  y “Speed of sound”, que traza una clara línea con “Talk”, su atmósfera sensorial mística e hipnótica sirve como efectivo fondo para una construcción melódica suficientemente acertada; pues si bien no parece ser más que un remedo de U2, logra mantener su estilo en su aura celestial-espiritual.


“A message” es otro corte lento sobre el amor, recupera el estilo primario de sus primero discos, cuerdas acústicas acompañado por una atmósfera variante en su progresión (muy a lo Pink Floyd), no es de lo más romántico que se haya visto, más tampoco cae mal en un par de escuchas; “Low” evoca a los Chameleons o a los Cure en una pieza con incitación al baile, genérica y cansina a pesar de ofrecer una interesante idea; todo lo contrario a “The Hardest Part”, sofisticada pieza con acompañamiento de piano con clara alusión a unos R.E.M. en la que los recurrentes falsettes caen de manera sublime en, junto con “Talk”, lo mejor del disco; de hecho acá cómodamente podría haber terminado el disco pues “Swallowed In The Sea”; la extensa y tediosa “Twisted logic” con clara ascendencia de Radiohead y Oasis, y “Til Kingdom Come” (originalmente destinada a ser cantada acompañada de Johnny Cash si no fuese por su desafortunada muerte) con alusiones a Neutral Milk Hotel, resulta extendiendo innecesariamente el disco ya a estas alturas insufrible.

PLACEBO - WITHOUT YOU I'M NOTHING


Año: 1998
 País: Reino Unido
Género: Alternative.pop-rock
Puntuación: ▲▲▲1/2

La segunda producción de la banda les significó una destacable madurez en su sonido que los llevaría a virar su propuesta de un alternativo derivado de un garage.brit-pop británico a un alternativo con mayor enfoque americano, guitarras abrasivas con ascendencia hard-core e industrial, atmósferas densas y resonantes, posturas glam y post-punk con dirección gótica y emo, y textos más maduros de inspiración sádico-depresivo y desborde pasional construyen la experiencia lacerante y turbada del disco.

Comienza acertadamente con “Pure Morning”, abrasiva pieza de psicodelia sesentera e industrial con insinuaciones a Björk, los Bloody Valentine, Bowie y Sonic Youth, su atmósfera dibuja una sensación de decadencia narcótica en textos hipnóticos inconexos cuasi-mántrico; "Brick Shithouse" es una nervuda pieza que comulga a unos Sonic Youth con Butthole Surfers, noise crudo y vertiginoso embebido en una melodía accesible muy a lo Husker Du, un poco más breve no hubiese estado mal; "You Don't Care About Us" es una inconfundible pieza que define el estilo emo-core alternativo de la banda, una rítmica simple, oscura y desconsolada sirve de fondo para textos de desamparo existencial y depresión, arrebatos noise-grunge en el estribillo y calma melódica en sus versos (herencia de Pixies y luego de Nirvana) resultan de los más acertado cuando se ejecuta de manera limpia y contundente, "Ask for Answers" resulta algo floja en su hechura, poco inspirada y de atmósfera efectiva, aunque tediosamente extensa; y "Without You I'm Nothing”, su épica balada, es una apasionante ejecución lenta de glam y emo-core gótico con alegorías a la desesperación y la tortuosidad inconsolable del amor imposible y alusiones al libertinaje y ambivalencia sexual, muestra su marcada influencia de Suede y también con rastros de los Chameleons.


"Allergic (To Thoughts of Mother Earth)" es un robusto noise alternativo que embiste en su saturada atmosfera hard-core, filtra a los Pixies y resulta efectiva en su sinuosa fulguración metal; "The Crawl" es un tiempo lento atmosférico poco interesante y complaciente, por ahí buscando el esoterismo sensorial de los Cure; "Every You Every Me" es una de las mejores piezas del disco, intrépida ejecución pop-rock que insinua arena y acertada melodía vocal que juega con el bubble-gum y el brit-pop; y "My Sweet Prince" otro tiempo lento poco inspirado que parece, al igual que muchas de sus baladas, inspirarse en un primer momento en el estilo oscuro y sádico de Alice Cooper en sus primeros trabajos, mas sin el manejo del dramatismo de este último.


El disco lo cierra "Summer's Gone", notable pieza atmosférica con retazos sunshine de unos Cocteaux Twins o Slowdive; "Scared of Girls" con abrasiva resonancia noise y hard-core industrial nuevamente filtrando a unos Pixies; y “Burger Queen” balada alternativa que peca de genérica y derivativa de unos Galaxie 500.

jueves, 2 de enero de 2014

VAMPIRE WEEKEND - CONTRA


Año: 2010
País: Estados Unidos
Género: Indie.post-punk-revival
Puntuación: ▲1/2

La segunda producción de la banda proveniente de New York lleva su propuesta de world-music y synth-pop a una expansión facilista y complaciente, redundante y poco creativa en la cual cae cómodamente en eclecticismo clichés, sonoridades y efectos impresionistas, exotismo sonoro inconexos que termina exhibiendo su exiguo buen gusto (si es que acaso se rescata algo), y melodías demasiado simplistas que desnudan su instantáneo encanto en primeras escuchas, y luego, otro disco más listo para guardar en el armario y no escucharlo nunca más.

“Horchata” es una contrariedad musical que engaña al oído en primeras escuchas, sonidos étno-tribales con referencia a la sabana africana comulgan con arreglos de violines de tintes barrocos, pretensión válida si no fuese porque carece de profundidad y sentido en sí, se complace en ornamentar y sonar bonito, sin tener algún fundamento, dirección o concepto, y además presenta vocalmente una melodía infantil que parece inspirarse en la inocencia del pop sesentero de Boettcher o Brian Wilson, hasta que te das cuenta que redunda en lo mismo, sin mayor complejidad en su construcción melódica, y si a eso le agregamos una débil factura vocal; “White Sky” con insoportable falsette de pésimo gusto; “Holiday” parece ir mejor, ska-punk se fusiona con synth-pop dando una aceptable y entretenida estructura dinámica, aunque poco memorable; “California English” parece un intento mediocre por querer emular a Animal Collective; “Taxi Cab”, potente somnífero en la que el mismo Rostam Batmanglij parece en cualquier momento bostezar y caerse rendido de sueño;  “Run” probablemente lo único rescatable del disco, su pululante atmósfera rimbombante y vespertina resulta efectiva y jocosa, aunque peca de muy larga pues presenta una idea que no se desarrolla con creatividad; y “Diplomat’s Son”, que acierta en su primitivo juego vocal de falso vibratto, aunque claro, sin resultar memorable nuevamente. 


El resto, simplemente insoportable indie.pop, fatuo y chabacano.

THE RAPTURE – ECHOES


Año: 2003
País: Estados Unidos
Género: Indie.post-punk-revival
Puntuación: ▲▲▲1/2

Interesante banda neoyorkina que supo en su oferta post-punk nuevaolera filtrar de entre los mejores sonidos y exponentes  de la explosión pos-punk setentera como los Cure, Talking Heads, Blondie, Television, entre otros. Su emblemático disco debut logra mostrar el amplio registro en el que la agrupación enfoca su propuestas, pasajes pseudo-góticos, tiempos lentos de pop melódico, desfogue post-punk con acentuación eléctrica, y sobre todo el empleo consistente de sintetizadores que otorgan a su propuesta una incontenible insinuación por el movimiento e incitación al baile.

“Olio” da inicio al disco con una atmósfera de postura  gótica, filtran caprichosamente a unos Cure ochenteros (vocalmente Luke Jenner parece emular a Robert Smith de hecho, aunque por otro lado también hay cierta inclinación a un Tom Verlaine), sintetizadores dibujan una deformación sonora en una atmósfera intrigante y tortuosa de interminable angustia; “Heaven” con coda numérico beatleniano es un agresivo revoltijo post-punk de noise y punk nervudo con compleja angularidad eléctrica (probablemente inspirados en un Beefheart de su “Trout Mask Replica”), exploran la disonancia con acierto en una desquiciante y morbosa atmósfera sónica impredecible; “Open Up Your Heart” es un interesante tiempo lento a piano y voz en falsette que si bien resulta innecesariamente largo, logra mantener su encanto en su apacibilidad y acobijante ambiente; en “I Need Your Love” adoptan una postura dance con sampler de referencia al “Soft Parade” de los Doors, el manejo de la melodía resulta irresistible para el oyente y su pegajosa atmósfera bailonga hace honor a los grandes mentores de la nueva ola ochentera del post-punk, y a su vez dibuja con acierto la efervescencia de una New York reconstruida y revitalizada tras el 9/11, “The Coming Of Spring” sigue la extrovertida rítmica esta vez con mayor protagonismo eléctrico y alusiones a Television; y cierra el circulo “House Of Jealous Lovers”, su archiconocido superclásico que detona en una sudorosa jarana fogosa y libidinosa que comulga el tribal-house con el post-punk.


“Echoes” es un rítmico garage.post-punk de guitarras revoltosas y desenlace noise-primitive, con ascendencia a unos Talking Heads; “Killing” resulta más genérica y menos inspirada, si bien no carece de encanto, deriva de los Cure en un incisivo riff de cuatro notas y una atmósfera techno-space poco trascendente en la cual lo que más destaca es la crudeza y visceralidad vocal de Jenner; sigue “Sister Saviour”, pieza bastante astuta y destacable de synth-pop nuevaolero casi rozando con el italodisco, trance robótico con cierta insinuación psicodélica sesentera en sus cuerdas; “Love Is All” es una irreverente pieza pop con referencia al Madchester-sound de los Stone Roses cantada a viva voz destemplada y característica de su vocalista; y este cómodamente hubiese sido el perfecto punto final del disco; si no fuese por “Infatuation”, innecesaria pieza depresiva con tintes doorsianos y bowianos que resulta no solo incoherente con relación al disco, sino que alarga tediosamente la duración del disco sin mayor intención más que mostrar que también tiene un lado crooner, afectando la contundencia del disco con una idea válida, aunque descabellada para este trabajo discográfico.

CONGRESO – CONGRESO


Año: 1977
País: Chile
Género: Fusion.Progressive
Puntuación: ▲▲▲▲▲

Imprescindible banda dentro de la rica historia del rock chileno y uno de las más representativas del rock latinoamericano tanto por su admirable y respetable cronología musical que los llevo a producir en tiempos de represión política y luego tras cambios conformacionales en plena libertad creativa, como por su talento para elaborar su propuesta y nunca satisfacerse en ella, sino buscar siempre la evolución y reinvención de su sonido absorbiendo constantemente su folklore latino en explanaciones de rock fusión progresivo.

De su amplia e invaluable discografía, se destaca este disco homónimo de la banda proveniente de Quilpúe; la fusión se exhibe desde el comienzo en “El color de la iguana”, deliciosa pieza que comulga la esencia del sonido latino rico en sus instrumentos de viento, como en su percusión con insinuaciones tribales africanas; un canto primaveral rico en matices y colorido que exuda alegorías de júbilo y festín; sigue “Volantín de Plumas”, corte lento con insinuaciones lounge sesenteras de etérea sensorialidad, acentúa su querencia por la música folklórica andina en sus textos y en su estilo vocal; “Si te vas” posee un estilo que parece coquetear con la saya boliviana, rítmica y pausada permite apreciar cierta querencia por el dixie-jazz, aunque en términos globales se concibe como una pieza de fusión-progresivo rica en texturas y matices; y “Los Elementos”, extensa y compleja pieza progresiva, un viaje sensorial apacible y reflexivo del cual se conceptualiza atmósferas inhóspitas de inmensas montañas andinas, un conocimiento milenario heredado por la sabiduría de la naturaleza, y festines carnavalescos de la sierra autóctona.


Cálidas cuerdas nos introducen a “El cielito de mi pieza”, rica pieza de folklore andino con hermoso acompañamiento de arpa por Sergio “Tito” Gonzales Morales y coros vocales psicodélicos; “Tu canto” es una genial pieza progresiva de fusión latina en la cual nos sumergimos en pasajes rústicos en la cual la zampoña y la flauta toman un papel más protagónico, en una pieza que filtra a Jethro Tull y Dr. John; y despide el disco “Arco iris de hollin” oscura y triste pieza atmosférica que se agita en su parte media con una sinuosa marcha claustrofóbica por pantanos lúgubres en una tenso ambiente sónico muy interesante en sus etéreas sensorialidades.

LOS JAIVAS – LOS JAIVAS (EL VOLANTIN)


Año: 1971
País: Chile
Género: Fusion.Art-rock
Puntuación: ▲▲▲1/2

El comienzo de la banda experimental Los Jaivas los llevo a explorar por arriesgados y disonantes ideas y conceptos musicales, yuxtaponiendo tanto de su querencia y sonido autóctono como de su inclinación por los arreglos de estudio, en un estilo que se puede decir comulga lo bizarro y lo ecléctico del kraut-rock con el exotismo musical que otorga la variedad de instrumentos a los que recurre la banda para conjurar sus danzas tribales improvisadas, rituales paganos y alegorías al desquicio mental en piezas ricas en complejidad y una primitiva sofisticación.


“Cacho” da inicio al disco, un desfile carnavalesco andino de las alturas de los andes se deforma en una difusa estructura psicodélica con teclados y cantos incisivos con alusiones ofensivas y resentimientos hacia la conquista española, muy a lo que Can hizo en sus primeros años; “La Vaquita” es una de las mejores composiciones del disco, su orgánica conjuración resulta un deleite en su festiva fusión afro-indígena, se siembra una rítmica pasaje en percusión tribal en el cual se aposenta el cantar de algún ave exótica de la selva amazónica, voces en cantos vudú sumergen de la pastosa y densa jungla atmosférica en la que se van filtrando sonoridades y ecos musicales de estilo caribeño; “Por Veinticinco Empana” es una pieza rústica de conseguida e hipnotizante atmósfera, aunque flojamente desarrollada y sin dirección; y “Tamborcito de Milagro” es una mera improvisación de ritmos latinos yuxtapuestos agresivamente provocando un trance mental rico por el uso del xilófono que amortigua de cierta manera el fogoso caos de rumba afro-caribeña.

“Que o la Tumba Serás” sacrifica su estilo al evocar un marcado jazz latino proveniente de las islas centro-americanas, que si bien goza de rica instrumentación y matices, peca de genérica; “Foto De Primera Comunión” tiene un encanto de mayor predominancia folklore, placenteras cuerdas se entremezclan en un mejunje sónico con coqueteos con la cumbia psicodélica; “Último Día” es una extensa y caótica pieza art-rock de pura extravagancia y disonancia zappiana y velvetiana (e incluso un Kim Fowley vocalmente) en la cual se incita tanto al acid-noise como al freack-rock psicodélico; y cierra “Bolerito”, un efímero pasaje de boleto sin pies ni cabeza en este disco, este último marcaría prácticamente el comienzo de lo que sería una de las más importantes y emblemáticas etapas del rock chileno y en sí del rock latinoamericano: el rock fusion.