sábado, 8 de marzo de 2014

THE BEATLES - BEATLES FOR SALE


Año: 1964
País: Reino Unido
Género: Folk-pop
Puntuación: ▲▲▲1/2

Los cuatro de Liverpool en su temprana etapa logran concebir muy estimables composiciones en su característico estilo pop-folk con nutrido arreglo de cuerdas e instantáneas melodías y arreglos corales que encantan en su harmonia y candor musical con una temprana influencia dylaniana.

“No Reply” es una notable pieza lenta y pausada de Lennon con atractiva progresión melódica pop que contrasta sofisticadamente los versos pausados con un estribillo rock;  “I'm A Loser” con huella de Dylan, pieza con base country-folk y breve solo de harmónica; la melancólica “Baby's In Black” con su armoniosa melodía podría ser interpretada por las Supremes; el cover de Berry “Rock And Roll Music” con enérgica impronta woogie-boogie por George Martin en el piano; y “I'll Follow The Sun”, bellísima pieza folk-pop con armonía melódica vocal por McCartney y Lennon.


“Eight Days A Week” es una entretenida piza pop con elegantes arreglos melódicos muy característicos de la banda, algo redundante en su construcción más efectiva en su encanto simple y melódico; la versión “Words Of Love” original de Buddy Holly con rica textura instrumental que otorga una relajada y sublime atmósfera sensorial propicia para una ligera melodía vocal con acentuación en los arreglos corales (con primitivas evocaciones psicodélicas); la cándida “Every Little Thing”, con disfrutable sección de cuerdas, melancolía pop y percusión spectoriana (este último un efecto crucial en la pieza); “I Don't Want To Spoil The Party” continua la línea pop-folk en una simpática melodía; y Ringo sorprende en “What You're Doing” de interesante interacción de piano y cuerdas folk con destacable percusión; y con una correcta interpretación vocal del original de Carl Perkins “Honey Don't”, pausado country-blues minimalista que si bien resulta genérica, funciona como un correcto medio tiempo en el disco.

El disco lo completa la fallida “Mr. Moonlight”, forzada versión aunque de destacable empleo de órgano por Martin (el quinto Beatle); el rock’n’roll de “Kansas City/Hey Hey Hey Hey”, pieza inferior al resto del disco y derivativa en términos generales; y “Everybody's Trying To Be My Baby”, versionando nuevamente a Perkins en una pieza atractiva por el empleo de ecos vocales, más poco interesante en su desarrollo.


THE ROLLING STONES - TATTOO YOU


Año: 1981
País: Reino Unido
Género: Blues-rock
Puntuación: ▲▲▲▲1/2

Probablemente (y por vasta acepción general) el ultimo gran disco de los eternos Stones, gloriosa banda que nos entregaría a lo largo de la historia de entre el material más destacable y memorable de toda la historia del rock; blues garagero con postura desafiante y mordaz, riffs épicos dignos de ser disfrutados y que en su simpleza crecen y se aposentan en las venas del amante del rock puro y nihilista en su espíritu, rebelde y desenfadado, reviviendo así el encanto directo e instantáneo de sus directos precursores como Chuck Berry y Bo Diddley, en una celebración de su sonido, su madurez y su propia inspiración.


Sin sobrepretensiones ni exageraciones, la banda vuelve a sus raíces en piezas musculadas e imponentes que desfogan las tensiones y pasiones humanas del melómano amante del ímpetu rock, además de ofrecer un concepto coherente y muy bien entrelazado, etéreo en su suficiente medida; “Start me up" detona el disco con un potente riff y un fogoso y caprichoso Jagger en la voz ejemplificando como logran magnificar una idea simple de melodía básica, mas perfectamente llevada y condimentada lográndola elevar a nivel de superclásico; “Hang Fire” posee trazos de punk ramoniano (e incluso con aires a un Reed glam en su “Transformer”) y cierto aroma sesentero es otra acierto del disco, enérgico y divertido, un rico cocktail de coros vocales con alusiones a las New York Dolls; “Slave” filtra algo de góspel y funk sesentero (por ahí con aires a los Sly and The Family Stone), sin olvidar claro de sus auto-revisiones al “Gimme Selter”, “Hey Negrita” y “Can´t You Hear Me Knocking”, el juego de coros y el candente solo de saxo en la parte media resultan de entre lo más intenso en una pieza de mayor enfoque jam-instrumental; y Richards toma la batuta en “Little T&A”, simpática melodía característica de su estilo despreocupado e instantáneo con nutrido arreglo de cuerdas en textos de morbosas alusiones sexuales.


“Black Limousine” retoma su lado bluesero del “Exile” con un interesante efecto rústico y cabaretero bastante conseguido por el pasaje de violín ‘oxidado’ que nos lleva directamente al esplendido periodo de la segunda mitad de los sesenta; "Neighbors" exuda los 70s en una postura stoniana derivada de su “Shattered” e incluso de su “Rip This Joint”  (y es que si taaaaantas bandas reciclan y plagian descaradamente a los Stones, quien mejor que ellos mismos para tenerse como referencia y conjurar piezas que ofrezcan una meritoria originalidad y buen gusto); “Worried About You” deriva igualmente de las diversas baladas que formularon en la segunda mitad de los setenta y el falsette excesivo es clara alusión a su “Emotional Rescue”, no está mal en su referencia funky de fines de los sesenta y posee una correcta progresión melódica divertida e inesperada que evita recaer en falsos y plástico melodramas; “Tops” es otra balada bien llevada y con suficiente variación en su trabajo de la intensidad que logra sostener y encantar en su escucha; la sensorial "Heaven" dibuja una sinuosa silueta funk-psicodélica instrumental con fondo de tarde de verano en el momento en que el sol se junta con el mar y pinta el cielo de rojo en el ocaso del día, una de las sorpresas del disco; la sentida “No Use In Crying”, melancólico soul-funk con cierta sonoridad reggae a un Marley en sus cortes lentos; y el cierre “Waiting On A Friend” que conecta con la atmósfera de tarde de verano de “Heaven”, reflexiones sobre la soledad y la amistad sentado en la arena frente al mar observando cómo resplandece el brillo del sol en la agitada marea, muestran asi la madurez de la banda y uno de sus momentos más humanos y emotivos de su desarrollo al reencontrarse en sus cimentos blues-rock.


THE NICE - THE THOUGHTS OF EMERLIST DAVJACK


Año: 1967
País: Reino Unido
Género: Psychedelic.progressive-rock
Puntuación: ▲▲▲▲1/2

Uno de los momentos cruciales y definitivos del rock inglés, The Nice liderados por el inquieto Keith Emerson lanzan un adelantado trabajo discográfico que introducía al mundo el concepto de art-rock con un enfoque pretencioso y ostentoso tanto en su basamento, al recurrir a la música clásica, como en el desarrollo de su concepto, explorando terrenos de la psicodelia, el art-rock y el venidero rock progresivo.

 “Flower King Of Flies” muestra un notable manejo de cuerdas con aromas a unos Kinks folk, fondos instrumentales psicodélicos de órgano Hammond y piano otorgan un concepto surreal psico-prog con ciertas alusiones medievales; “The Thoughts Of Emerlist Davjack” emplea arreglos corales psicodélicos a lo Turtles o Assosiation en una marchante intro que desenlaza en una pieza de luminosidad y pomposidad baroque; la furiosa “Bonnie K” filtra algo de ácido y noise hendrixiano en su saturada textura psicodélica de órgano y guitarra eléctrica, otorgando un temprano precursor del heavy-prog de Iron Buttrerfly o Atomic Rooster; y su definitivo y pieza maestra “Rondo”, compleja pieza art-rock progresiva con ascendencia de los Who y Hendrix que logra definir un nuevo concepto y enfoque de la música rock instrumental que le depararía al rock de entre lo más interesante de sus divergentes direcciones: el progresivo.


“War And Peace” continua la línea trazada de “Rondo” en una pieza instrumental de psicodelia ácida menos inspirada en su concepto global mas exhibe una exquisita dinámica con retazos de funk y una alucinante comunión de órgano Hammond y guitarra eléctrica con contundentes alegorías sensoriales a la guerra y la paz ; “Tantalising Maggie” es una pieza caprichosamente ecléctica, parece jugar con el estilo sardónico de Zappa en un enfoque lúdico y que no se logra definir, aunque valga decir posee  algunos interesantes momentos de sugerente imaginería en el empleo de recursos y efectos que resultan un deleite para los oidos; “Dawn” posee en su parte inicial una interesante progresión musical, variante en su concepto y sin dirección aparente, con un estilo vocal que trae a la mente a un Fowley es una pieza exploratoria algo sobrepretensiosa y sin despertar mucho interés, que opaca lo conseguido por el resto del disco; y el disco lo cierra “The Cry Of Eugene” densa balada psicodélica inferior a lo que se puede encontrar por esos años (salvo su hermoso acompañamiento de piano), por ahí adelantando a unos venideros Procol Harum.


THE HORRORS - SKYING


Año: 2011
País: Reino Unido
Género: Indie.post-punk-revival
Puntuación: ▲▲

Tercer trabajo de la banda inglesa, que conjura atmosferas psicodélicas ambient derivadas del post-punk ochentero, su propuesta hereda asi del noise de los Bloody Valentine, el dream-shoegazing de los Slowdive, la electrónica atmosférica y rítmica de Depeche Mode y la psicodelia pop sesentera; y si bien no crean nada nuevo ya a estas alturas, su disco logra despertar interés en sus densidades ásperas y ambiguas y define con mayor contundencia su estilo si se le compara con su predecesor.

“Changing The Rain” por ejemplo explora en una atmosfera ácida psicodélica con reminiscencia a los Bloody Valentine y a los Stone Roses, es una efectiva pieza en su encanto sensorial y sugerente luminosidad, aunque peca de derivativa y extensa; “You Said” con ecos a unos Happy Mondays es una monótona pieza con rítmica complaciente y poco inspirada; “I Can See Through You” logra mayor exaltación en su saturada cascada sónica-rítmica con tempo agitado psicodélico y bubble-gum con insinuaciones al minimalismo art-rock de los Velvets en “Waiting For The Man” o Eno en “Needles In The Camel's Eye”, no está mal pero resulta redundante pasados los 3 minutos; y “Endless Blue”, psicodelia sensorial con coqueteos al sunshine y evocaciones sesenteras, posee una intro decente para luego arremeter con una sección rock de densidad gótica con aromas a un Iggy Pop o Chameleons.


El resto del disco redunda en lo previo sin mucha sorpresa: texturas atractivas y cautivantes, como en la revolviana “Still Life” o la esotérica “Wild Eyes”, mas carentes de originalidad, complacientes en términos generales y poco memorables que no crecen ni invitan a una reescucha en sí por la cansina e insufrible prolongación de las piezas de 5 minutos en promedio.