sábado, 28 de diciembre de 2013

NICK DRACKE - PINK MOON


Año: 1972
País: Reino Unido
Género: Folk-pop
 Puntuación: ▲▲▲▲

Considerado por muchos su gran obra maestra, este “Pink Moon” que recoge vastas opiniones ambivalentes nos muestra a un Drake acústico e introspectivo, las cuerdas y su voz se comulgan en la conjuración de piezas lentas tristes y melancólicas de simple hechura, mas exudando una increíble sensibilidad humana por su caracteristica textura vocal gamuzada y ocapa que acongoja y fulmina al oyente en su melodía, canciones que sea por tacto humano, identidad o por simple morbo logran atraer al oyente al mundo surreal de desdicha y pesimismo. 

Para tener como enfoque o pretensión una base austera y minimalista de folk-pop, resulta demasiado rústico y su propuesta en esta oportunidad escapa de lo etéreo; Drake explora la apacibilidad melódica en una suerte de folk-pop despojado de distracciones y más humano, muy a lo que Dylan o Young hacían en sus primeros trabajos como solistas, y si bien en un primer momento su nihilismo existencial fascina e invita a un estudio o introspección de su oferta, su construcción musical termina resultando marcadamente complaciente y monótona, en términos globales resulta rico en referencias y alegorias líricas, más peca de explicito en su trasfondo, uno escucha el disco y fácilmente logra interpretar lo bizarro y funesto de su filosofía, sin dejar mucho a explorar o redescubrir en posteriores escuchas.


“Pink Moon” captura en un instantaneidad melódica y ensueño en un pasaje breve de piano en la parte central que resume el surrealismo onírico del disco; “Place To Be” por otro lado posee un encanto inexplicable en sus cuerdas y la voz afligida y extenuada de Nick sobre textos de desconsuelo existencial y agotamiento emocional; “Road” es otra lenta y corta pieza con aromas a unos Crosby, Stills & Nash; y “Horn” es una breve pieza instrumental que apunta a la sensibilidad de las cuerdas para conmover al oyente, es efectiva en su instantaneidad como en su fugacidad.

“Things Behind The Sun” consigue una atmósfera sensorial ensoñadora en su estilo crudo y limpio que trae a la mente la hermosas creaciones folk-psicodélicas de Arthur Lee o Donovan; si bien acierta en algunos momentos con la sensibilidad de su estilo, en otras ocasiones falla en su falta de dirección y carencia de recursos como “Know”, monótono blues cansino y sin sentido; “Parasite” es hipnótica, posee cierta postura crooner-depresiva que se contrasta con la sucesión de cuerdas ascendente, exhibe además cierto aroma a un Syd Barret en sus trabajos como solista; y “Free Ride”, otra sinuosa pieza que consigue insinuar una contundente sensibilidad y sensorialidad más allá de su simple hechura.

“Harvest Breed” se formula como una buena idea, aunque resulta efímera y se pierde en sus cuerdas fácilmente; y “From The Morning” cierra el disco sin mayor sorpresa, ricas cuerdas de aromas bucólicos vespertinos que nuevamente se pierden en la redundancia en un disco que ni fascina ni decepciona, pero que despierta mucha sensibilidad humana y reflexión sobre la vida y su futilidad.

RENAISSANCE - ASHES ARE BURNING


Año: 1973
País: Reino Unido
Género: Symphonic.Progressive-folk
 Puntuación: ▲▲▲▲1/5

La historia de Renaissance resulta bastante accidentada y con varios cambios en su conformación, cambios que curiosamente lejos de virar drásticamente el sonido de su propuesta original (ya a estas alturas los co-fundadores y ex-Yardbirds Jim McCarty y Keith Relf habían abandonado la formación), los llevo a consolidar su propuesta folk-progresiva, a su vez acertando en el reclutamiento de sus nuevos miembros que establecería a la formación como una de las más representativas del fervor progresivo de la primera mitad de los setenta.

Mientras que sus contemporáneos buscaban la complejidad art-rock y la transgresión estructural de la música, los Renaissance optaron por un enfoque melódico con arreglos orquestales que dotaban a su sonido de una sensorialidad bucólica-medieval, en piezas que escapan de la pretensión progresiva y se aposentan en la belleza melódica tanto vocal como instrumental, y es este su “Ashes Are Burning” probablemente uno de sus obras más consumadas y significativas de su respetable discografía, de la cual cualquier conocedor de música clásica podrá deleitarse por las referencias, así como el oyente menos estudiado, pero de oído y gusto exquisito.


“Can You Understand?” abre el disco con un pasaje de piano inicial con trasfondo progresivo, que se pausa y comulga con una pieza lenta melódica a la voz de la inconfundible Anni Haslam, cuerdas folk y nostálgicos pasajes de piano en fondo de violines transportan a la mente a un paisaje épico de inmensas montañas y tristes recuerdos que formulan la superación del pasado; la delicada voz de Haslam deslumbra nuevamente en “Let It Grow”, una mágica pieza de pop con arreglos orquestales tan rica en sofisticación como en elegancia con insinuaciones baroque; “On The Frontier” posee una hermoso fondo de piano que resplandece como esmeraldas brillando a través de la luz, la melodía posee además cierto encanto bucólico country-folk a lo Stone Poneys o unos Mammas & Pappas; y “Carpet Of The Sun” es una breve pieza que encapsula la esencia folky del disco con arreglos orquestales country muy bien logrados que insinúan música fílmica (con aromas a un Lee Hazlewood) que enaltecen la sonoridad medieval.

“At The Harbour” ofrece un pasaje lento y limpio de folk-pop sinfónico que emerge como poesía o cantar del Medievo; emana un aura intimista y apacible en turbulentos textos de mareas altas y tormentas; y culmina con la apoteósica “Ashes Are Burning”, compleja e intrincada composición progresiva de sensorialidad nórdicos, en la cual nuevamente Haslam brilla con su delicada y sublime voz que se filtra en pasajes instrumentales cual ninfa del bosque en pleno invierno escandinavo.

martes, 17 de diciembre de 2013

THE ROLLING STONES – BRIDGES TO BABYLON


Año: 1997
País: Reino Unido
Género: Alternative.Blues-rock
Puntuación: ▲▲▲

La legendaria banda lanza este, disco en el cual se percibe mayor garra stoniana en comparación de su previo y muy accesible “Voodoo Lounge”, acertando por momentos con su oferta, aunque carentes de creatividad en general, desarrollando piezas aceptables en su escucha y disfrutables, mas de poca trascendencia.

“Flip The Switch” arranca el disco con un nervudo corte inicial de garage y arena-rock, rico en sus angulares guitarras y su punzante postura, resulta efectiva pues presenta su estampa stoniana, aunque genérica; sigue su superclásico “Anybody Seen My Baby”, plástica radiofórmula derivativa del sonido noventero FM, si bien funciona en primeras escuchas, carece profundidad y no crece en escuchas posteriores; “Low-Down” nos vuelve a ofrecer su cocktail stoniano con guitarras afiladas, sucias y seducción vocal; “Already Over Me” es un tiempo lento bastante lánguido y pretencioso, típica radiofórmula country-rock de predecible y complaciente sensibilidad, aunque no cae nada mal un par de escuchas hasta que finalmente denota su falta de creatividad; “Gunface” con dinámica funk resulta rica en su rugosidad y enérgica en su querencia garage-noise; “You Don't Have To Mean It” nos trae a la voz a un Richards vocalmente en un estilo reggae a lo Bob Marley, posee cierto encanto en su festiva y ligera atmósfera musical, aunque más se inclina a un world-music ochentero, y “Out Of Control”, destacable pieza con melodrama vocal que ejecuta una correcta variación de ritmos y tempos y un detonante estribillo.


“Saint Of Me” posee una atractiva sección rítmica, algo irregular en su apartado vocal con el instrumental por momentos; “Might As Well Get Juiced” es una pieza disonante y con cierto grado experimental, parece sugerir alternative e industrial en su base blues, resulta por momentos efectivas al exponer su crudeza garage-blues a efectos y distorsiones electrónicas y sintetizadores, más peca de monótona y sin dirección ni clímax; “Always Suffering” sigue la línea country rock en una balada simple que si bien posee cierto encanto bucólico, resulta redundante de sus previos trabajos en años anteriores; “ Too Tight” refresca de tanto melodrama con su característica bravura stoniana, visceral y angular, resulta un deleite para los oídos; “Thief In The Night” es otra pieza a la voz de Richards bastante disonante y bizarra, si bien su manejo de cuerdas y textura resulta rica en resonancia, exagera su pastosidad y no va a ninguna parte careciendo totalmente de clímax; y cierra el disco “How Can I Stop”, pieza lenta r’nb con notable emotividad, limpia y simple, de aceptables arreglos corales y explosivo parte final, placentero y apacible punto final para un disco de opiniones encontradas.


sábado, 14 de diciembre de 2013

PETER GABRIEL - PETER GABRIEL II


Año: 1978
País: Reino Unido
Género: Art-rock.World-music
Puntuación: ▲▲▲

Luego de explorar conceptos art-rock en su momento más significativo, musicalmente hablando, cuando pertenecía a la banda Genesis, Peter Gabriel se lanza como solista, e imbuido en la explosión electrónica de sintetizadores emergentes de una venidera new-wave; su oferta en solitario escapa drásticamente del sonido de su original agrupación, en la cual se respaldaba por la construcción musical en sus instrumentos y su pretensión conceptual-progresiva, mas ahora nos exponemos a un duende electrónico que enfoca la construcción de su sonido a destellos impresionistas de efectos sonoros, teclados, melodías pop, arreglos corales y muros de sonido que se filtran por momentos con exotismo y por otros resultan bastante pretenciosos en su basamento.

La plastificación de su sonido en un primer momento le llevo a componer estimables piezas como la disfrutable “On The Air”, punzante pieza pop que vocalmente podrán haberla hecho unos Queens (derivados de unos Beatles), su sección rítmica y sus efectos futuristas que otorgan cierta sensación de vértigo resultas plausible aunque falla en el aspecto vocal, resulta muy forzado la agresividad que parece inspirarse de un Bruce Springfield; “D.I.Y.” es una genial pieza menos saturada que permite disfrutar del astuto manejo de cuerdas y buen sentido del ritmo del artista; además de destacar el trabajo melódico con aromas a unos Scruffs; sigue “Mother Of Violence”, balada lenta a piano muy a lo que hacía en Genesis, muestra así su talento para el acompañamiento de piano en ensoñadores pasajes de delicadeza y elegancia con herencia de McCartney; “A Wonderful Day In A One Way World” presenta una rica sensorialidad instrumental y de efectos sonoros, etérea y rítmica con insinuación al reggae, una buena idea que sin embargo no resulta muy bien llevada pues su melodía resulta poco memorable, su clímax es predecible al acentuarse en los teclados y resulta poco placentera en reescuchas; y “White Shadow”, pomposa pieza con pretensión art-rock a lo Pink Floyd  que peca de formulista y plástica, aunque valga decir que su parte final resulta muy placentera por sus insinuaciones épicas a lo Brian Eno.


“Indigo” es otro tiempo lento con insinuaciones orquestales barrocas, acierta en su trato de la intensidad con enfoque art-rock bowiano y cierta sensibilidad crooner a lo Tom Waits; “Animal Magic” es una pieza que parece inspirarse en el estilo teatral de Alice Cooper (por momentos me trae a la mente al “Public Animal”), logra impactar con su melodía y su fastuosidad glam, aunque su sonido resulta muy manoseado para el oído menos comercial; “Exposure” resulta de mejor concepción atmosférica,  parece basarse en una línea de funk y juega con la psicodelia y el ambient de una manera sensual e insinuante a la vez que se percibe cierta perversidad y desesperación vocal; “Flotsam And Jetsam” es una breve  balada con teatralidad bowiana que no aporta mucho al disco; y “Perspective”, corte más rocker con insinuaciones a unos primeros Roxy Music y accesibilidad glam a lo Elton John.

El disco lo cierra la balada “Home Sweet Home”, uno de los momentos cumbres del disco en el cual desgrana una agridulce historia con desenlace dramático que otorga una reflexión sobre la futilidad de la vida, la frustración que esta genera y la incapacidad de poder manejar o dictaminar las circunstancia de ella misma, en la cual nos vemos expuestos a vivir según se suscitan los hechos.

RADIOHEAD – IN RAINBOWS


Año: 2007
País: Reino Unido
Género: Alternative.progressive
Puntuación: ▲▲▲

Controversial banda que recogen una suerte de ambivalencias tanto en la calidad de sus trabajos como en el talento de sus miembros; la banda inglesa nos presenta así con su “In Rainbows” un sonido más maduro y direccionado si lo relacionamos directamente con sus proyectos electrónicos post-rock a partir del “Kid A”, menos descontrol y mayor enfoque en la construcción sin optar por la mera exploración, consiguen estimables e interesantes piezas llenas de intrincados pasajes y alucinantes enfoques post-modernistas, pero también resulta por momentos bastante complaciente y sin dirección en piezas que buscan a partir de lo rudimentario, lo rústico y lo rítmico desarrollar una idea o concepto, quedando flojamente estancado, carente de clímax y falsos de sensibilidad.


“15 Steps” da comienzo al disco en una pieza que rebusca en la electrónica cierto caos y exotismo primitivo que va desarrollando una atmósfera space-rock, deriva de lo que Beck viene haciendo con mayor contundencia a lo largo de su destacable trayectoria; se pierde fácilmente en su falta de dirección y creatividad recayendo en formulismo obvios y precarios para un corte de inicio; “Bodysnatchers”por otro lado ofrece un enfoque interesante, ideas post-grunge se aposentan en su fibra noise-melódica y que a su vez filtran astutamente la psicodelia y el pop-bubblegum; en “Nude” vemos a un Tom Yorke recurriendo a su característico falsete que ni tiene de crooner ni de melodioso; afligido y oprimido, es una pieza aceptable por la apacible atmósfera que se genera, limpia y pausada, con huella del post-punk nuevaolero ochentero, el ambient y el chamber-pop; “Weird Fishes_Arpeggi” es otra de sus características piezas en las que parece haber una sutil desconexión rítmica en la voz y el ligeramente mayor tempo, dando una suerte de trance mental lamentoso sensorial, técnica reusada en su “Kid A” y “Amnesiac” y con mayor acierto en su “OK Computer”;  y “All I Need” es una cansina pieza somnífera con recursos post-rock y art-rock sin consistencia, sin atractivo y recaen en lo predecible.


Menos es más, y cuando la banda abandona tanto manoseo electrónico puede generar piezas realmente innovadoras como “Faust Arp”, muy interesante pieza en la cual una poco convencional rítmica vocal que juega con el folk y sutilmente con el rap se sumergen en un sofisticado fondo de violines y arreglos orquestales; traen a la mente tanto a Beck como a los Beatles en “Revolver”, incluso guarda cierta remembranza al estribillo del “Red Telephone” de Love; “Reckoner” redunda complacientemente en su estilo característico, aunque se destaca su segunda parte, que ofrece un depresivo pasaje de arreglos corales en un trasfondo sonoramente etéreo y ambivalente que los acerca al art-rock de Wyatt; “House Of Cards” es otra estimable pieza que por momentos insinúa noise y dream bloody-valentiano conteniendo su emergente estridencia en una pausada y letárgica atmósfera ambient sensorial suficientemente efectiva, aunque carente de dirección o clímax; y lo completan la oscura “Jigsaw Falling Into Place”, otro de los aciertos del disco, una atmósfera psicodélica con insinuación gótica que filtra a unos Sonic Youth ochenteros, y la minimalista “Videotape”, que juega con conceptos krautrock pero carece de objetivo o dirección alguna más que extenderse por 4 interminables minutos de sugerentes ruidos sordos.

martes, 10 de diciembre de 2013

OASIS – DIG OUT YOUR SOUL


Año: 2008
País: Reino Unido
Género: Alternative.psychedelic-rock
Puntuación: ▲▲1/2


Regreso de la banda inglesa más representativa de la época dorada del brit-pop; si bien siempre han sabido mantener su propuesta pop-psicodélica con momentos de noise ácido, garage y glam-rock, su sonido no ha sufrido mucha alteración con el pasar de los años, lo cual si bien ha mantenido a los fans fieles a la espera del nuevo material, denota la poca originalidad y falta de creatividad en la exploración y madurez de su sonido, que cada vez parece sonar más a los Beatles psicodélicos de sus mejores momentos como “Revolver” y “Magical Mystery Tour”.

Da comienzo al disco “Bag It Up”, potente tema noise y ácido hendrixiano cuya melodía tiene remembranza al “She Came into the Bathroom Window”, posee una fogosa y bélica atmósfera que nos remota a los mejores momentos de la tensa psicodélica sanfranciscana; “The Turning” posee una rítmica funk en atmósferas densas psicodélicas derivadas del acido-house mancuriano de fines de los noventa, por ahí con aromas a unos Kula Shaker más ácidos; “Waiting For The Rapture” se presenta como un apabullante corte heavy ya coqueteando con el stoner, de predecible clímax poco sorprendente; y “The Shock of the Lightning” corte de arena y psicodelia sesentera de punzantes guitarra eléctrica y simple y atractiva melodía vocal muy efectiva para engañar el oído, aunque derivativa en su estructura.


El corte lento “I’m Outta time” es otra de las típicas baladas de la banda que deriva de su querencia por la melodía beatleniana, típicas piezas emotivas con las que, y sin parecerles suficiente, inundaron y saturaron ellos y otras bandas durante la década de los noventa las emisoras radiales; mas Beatles (esta vez de su “White Album”) en “(Get Off Your) High Horse Lady” aunque esta vez también se percibe su querencia por las cuerdas blueseras y la construcción melódica de Neil Young; “Falling Down” tiene una evocación space-psicodélica claramente alusiva al “Tomorrow Never Knows”, se dejan llevar por la acidez electrónica y un enfoque post-rock neopsicodélico, mas desarrollan una floja melodía vocal con inclinación a unos Pink Floyd setenteros que desperdicia la experiencia sensorial; y “To Be Where There’s Life”, de entre lo más rescatable del disco, acierta al tomar la psicodelia con sus roces orientales sesenteros para hacer un canto mantra que incita a una danza ritual que cómodamente se podría encontrar de entre lo más disfrutable del catálogo de Kasabian.

El disco lo completa “Ain’t Got Nothing”, garabe-blues tenso de abrasivos muros de guitarras y caos de batería, busca la dirección psicodélica en su caos sónico, aunque no resulta memorable ni concisa; “The Nature of Reality”, incisivo glam-blues con atmósfera psicodélica muy a lo que hacen los Black Rebel Motorcycle Club, del cual se destaca la crudeza eléctrica garagera que consigue su sonido y el abrasivo sonido de platillos en batería; “Soldier On”cierra el disco con una atmósfera depresiva de juegos corales psicodélicos, conecta en su estilo con “To Be Where There’s Life” en su penumbrosa y aquejada tensión sensorial que se va acrecentando conforme avanza el tema, hipnotizante y rítmico resulta un buen punto final para esta aventura ácida de la banda mancuriana.

sábado, 7 de diciembre de 2013

NICK GARRIE – THE NIGHTMARE OF J.B. STANISLAS


Año: 1969
País: Reino Unido
Género: Psychedelic.folk-pop
Puntuación: ▲▲▲▲1/2

Una de las mayores reliquias que se rescata de los discos perdidos de los sesenta es esta onírica experiencia psicodélica-barroca de Nick Garrie, mágica y evocativa, su propuesta es una delicia de melódica y arreglos vocales que reposan con docilidad en sofisticados arreglos orquestales de fondo que filtran el ensueño dream-folk y la sensorialidad atmosférica del más alto nivel.

“The Nightmare Of J.B. Stanislas” da comienzo el disco de manera opulenta, nos impulsa a un cielo nublado y tórrido, en el cual conviven espectros, cisnes, océanos y esperanzas, una densa nebulosa acapara de arranque los sentidos y nos sumerge en un letárgico y desconsolado canto de melancolía humana con alusiones a la psicodelia de la costa oeste (por ahí se percibe la psicodelia de Gene Clark en “So You Say You Lost Your Baby”); “Can I Stay With You” filtra a un Duncan Browne de su “Give Me Take You” con un sensible Nick Dracke en su melodía simple y emotiva en textos de angustia romántica; “Bungles Tour” presenta un mayor predominio folky inglés en su sonoridad, con alusiones a un Graham Gouldman; y la conmovedora “David's Prayer”, ensoñadora pieza de sentida emotividad que podría filtrarse en un “Odessa”.


“Ink Pot Eyes” se percibe melódicamente como reminiscente de unos Beatles de mediados de los sesenta, rica en cuerdas psicodélicas; “The Wanderer” posee una rica orquestación y arreglos de piano con insinuaciones vodevilescas e incluso al bossa-nova; “Stephanie City”  es una risueña pieza calmada de sensual juego de cuerdas vespertinas a lo Van Morrison “Little Bird” nuevamente recurre a la sensibilidad del folk-pop; ”Deeper Tones Of Blue” es un corte pausado, con juegos vocales cuyo trato melódico filtran a unos Simon y Garkunkel; “Wheel Of Fortune” es otra de las mas fastuosas piezas del disco con juego vocal beachboyero e instrumentación baroque; y cierra “Evening”, compleja pieza atmosférica de pretensión art-pop por ahí sonando a unos Buffalo Springfield.

“Queen Of Queens” es la pieza disonante del disco, country-folk de forzada facture vocal marcan un desequilibrio del sonido  apacible y armónico del disco.

THE FLAMING LIPS - THE SOFT BULLETIN


Año: 1999
País: Estados Unidos
Género: Alternative.Neo-psychedelia
Puntuación: ▲▲▲▲▲

La evolución de los Soft Bulletin resulta muy satisfactoria al hacer una introspectiva de su sonido, y es este su “Soft Bulletin” uno de sus marcados éxitos en la calidad de su propuesta; muros psicodélicos se construyen generando una atmosfera sideral que juega con el space, el ambient, el dream, el sunhine y el synth-pop, muy a la par de sus contemporáneos Mercury Rev. Su sonido logra así recopilar de entre los mejores momentos del pop en su pretensión opulenta y sofisticada.

El disco comienza con la genial "Race for the Prize", fascinante pieza de psicodelia revolviana, esplendor sunshine e inocencia melódica beachboyera; “A Spoonful Weighs a Ton" comienza como una sofisticada pieza baroque con sonoridad fílmica a lo “Days Of Future Passed” de los Moody Blues, que desenlaza en un estruendo ácido de sintetizadores; el dream-pop de "The Spark That Bled" emplea muros vocales en coros psicodélicos beachboyeros que evocan al épico “Pet Sounds”; “Slow Motion" sorprende por su deslumbrante resonancia neo-psicodélica rica en matices y texturas sensoriales; y "What Is the Light?" explora el art-rock de Bowie, Eno o incluso Pink Floyd en una perspectiva post-modernista.


Sigilo y cautela emana "The Observer", pausada pieza con alma kraut-rock que explora el space sensorial elegante y curiosamente introspectivo; una invitación a la exploración del mundo espacial interno, por momentos la pieza se torna oscura y oprimida; "Waitin' for a Superman" apunta nuevamente a unos Beatles pero ahora de su denso “Magical Mystery Tour”; "Suddenly Everything Has Changed" es una mágica pieza de sonoridad sci-fi y psicodelia sensorial; el comienzo de "The Gash" parece retrotraernos inmediatamente a la opulencia barroca del magistral “Odessa” de los Bee Gees fusionados con el estilo orquestal de la ELO; "Feeling Yourself Disintegrate" es simplemente fascinante, una maraña de muros sonoros que juegan con la psicodelia y el dream acurrucan los sentidos en una inmaculada atmósfera risueña y narcótica; y cierra "Sleeping on the Roof" es otro corte instrumental con efectos sci-fi y atmosfera sensorial de dirección post-rock bastante efectiva.
 

BIG STAR - THIRD/SISTER LOVERS


Año: 1978
País: Estados Unidos
Género: Lush.power-pop
Puntuación: ▲▲▲1/5

En un intento por llevar su propuesta a una dirección más agresiva y etérea tanto en su sonido como en sus textos, los Big Star logran una madurez musical en su estilo que los lleva a la elaboración de este pretencioso trabajo discográfico, el cual presenta su característico cuidado en la construcción melódica; de herencia beatleniana, la intromisión de la guitarra eléctrica con mayor presencia y la comunión de sus miembros resulta muy placentera para los oídos a lo largo de 19 cortes que filtran diversos géneros como el góspel, el folk y el country en su base pop.

Escapan de la formulación melódica convencional y se sumergen en la creación orgánica de la melodía que otorga una suerte de cobijo en sus densidades sonoras en la cual la melodía pop va emergiendo limpia e impredeciblemente, dando así una experiencia particular que va desgranando el encanto de su propuesta; “Kizza Me” da inicio al disco con un toque lush y glam-pop con cierta pastosidad jangle byrdsiana y una densa textura de sutil caos psicodélico y reminiscencia a Arcadium; “Thank You Friends” es una especie de introducción o bienvenida animosa de melodía beatleniana, arreglos en coros góspel y violines acentúan la intensidad y sensibilidad baroque que se yuxtapone con secciones de metal; “Big Black Car” resulta letárgica y somnífera, atmósfera pausada una voz susurrante apagada aunque consigue momentos de esplendor en piano en su parte final; la navideña “Jesus Christ”, corte pop simple y melódico; y “Femme Fatale” la versión del clásico de los Velvets en una pieza que parece emular a unos Byrds de mediados de los sesenta (ya sin Clark).


“O, Dana” acentúa su querencia por el folk-pop con sonoridad country, es una enérgica pieza que hereda tanto del estilo de Gram Parsons como de un temprano George Harrison como solista; “Holocaust” es un corte muy atípico, un estilo vocal psicodélico frío y depresivo y atmósfera fúnebre a lo A.C. Quintet o Syd Barret como solista; “Kangaroo” presenta una de las atmósferas sensoriales más ensoñadoras, parece evocar un country psicodélico de ricas cuerdas y sutiles distorsiones velvetianas que se fusionan con percusiones spectorianas por ahí desenlazando en un Lou Reed en “Berlin”; “Stroke It Noe” posee un encanto renacentista con arreglos de violines de música clásica y una de los fondos melódicos más memorables del disco; “For You” sigue la línea del corte predecesor empleando violines barrocos en una pieza que podría ejecutar los mismísimos Left Banke; “You Can't Have Me” añade más rock´n’roll a lo McCartney;  y “Blue Moon” es otra hermosa balada con tacto melódico a lo Boettcher o Wilson.

lunes, 2 de diciembre de 2013

KLAXONS – SURFING THE VOID


Año: 2010
País: Reino Unido
Género: Indie.Post-punk-revival
Puntuación: ▲▲1/2

La formación londinense elabora un trabajo discográfico en el cual se re-exploran los conceptos de space-rock psicodélico con dirección post-punk, densas atmósferas de incitación sensorial, tanto hereda del krautrock setentero como de la new-wave electrónica, el post-punk denso y sensorial de Chameleons o los Cure, el rave que va desde los Happy Mondays hasta los Chemical Brothers,  además de emplear saturaciones noise agresivas con huella de los Bloody Valentine, y nunca falta el espacio para filtrar algo de rítmica funk (para no aburrir con tanto sintetizador) que ya se ve con anterioridad en sus producciones y en las de las taaaantas bandas indies provenientes de las islas británicas; si a esto no olvidamos agregarle un atractivo FM y cierta sonoridad alternativa heredada del alternativo americano noventero a lo Sonic Youth (para no sonar tan obvios), nos encontramos con una producción derivativa y de poca trascendencia más que un par de escuchas.

 “Echoes” abre el disco con intro disco-space, susurrantes voces se filtran en una atmósfera sónica abrasiva y caótica, meteoritos colisionan abruptamente entre sí en oleajes cósmicos de magnas dimensiones, no está mal como corte inicial aunque abusa del empleo de muros de sonidos; “The Same Space” define mejor la melodía nuevamente en una pieza rítmica y densa, se percibe mayor definición y cuerpo en su estructura; “Surfing The Void” es una convulsiva y caótica pieza space-noise que parece fusionar a unos Horros de su disco debut con unos Arctic Monkeys de su segundo trabajo discográfico (y esto sin ser necesariamente algo loable), peca de sobrepretenciosa; “Valley Of The Calm Trees” contiene cierta sonoridad alternativa de bandas como Built To Spill o Porcupine Tree en su rítmica, ligera y de textura space-psicodélica, de entre lo más soportable del disco; y “Venusia”, nuevamente emanando disco-space en una melodía vocal que podría haberla elaborado unos Blur noventeros.


“Twin Flames” logra una intro bastante interesante, perverso gótico se acrecienta con una macabra percusión que desenlaza todo un oleaje sónico, una interesante forma de reinventar el acid-house; y “Cypherspeed” ofrece uno de los momentos más climácicos del disco en una orgia sónica de acido y rave mancuriano con profundidad y textura space; el resto resulta atractivo y disfrutable, más poco memorable en posteriores escuchas.

LOS PRISIONEROS – PATEANDO PIEDRAS



Año: 1986
País: Chile
Género: Post-punk.New-wave
Puntuación: ▲▲▲▲

Tremendo cambio que les significó a la banda su segundo trabajo discográfico, la banda chilena se adentra a la parafernalia nuevaolera en su empleo de sintetizadores que sirven como fondo y estructuras rítmicas para poder conceptualizar sus ideas, mostrando una madurez de su sonido sin perder su estilo ni su personalidad.

Disco conceptual que aborda el descontento social de la represión del gobierno y la diferencia de clases, con menor presencia de guitarras y mayor contenido de reflexión lírica el disco comienza con “Muevan las industrias”, astuta pieza de post-punk nuevaolero con reminiscencia a la dinámica rítmica post-punk de unos primeros Joy Division, su sinergia sonora resulta muy acorde y meritoria al filtrar tanto el estilo motonik del krautrock de Neu! o Kraftwerk como una suerte de ritual o ‘baile moderno’ de Pere Ubu, en textos que llaman a una ‘mecanización’ laboral en la que se trata como robots desechables al operario; “¿Por Qué No Se Van?” es una fresca y directa pieza que equilibra el sonido electrónico del disco, su rítmica reggae-ska en las cuerdas y su sugerente línea de bajo de aires surf se comulgan placenteramente junto con una impecable melodia y trabajo vocal tanto en los arreglos corales como en la voz principal; “El Baile De Los Que Sobran” es uno de sus grandes clásicos, comienza de manera melancólica con fondo acústico insinuando un estilo dylaniano, para luego desarrollar un acompañamiento en sintetizadores con huella de Depeche Mode;  y “Estar Solo” cuenta con una atmósfera densa de sintetizadores oscuros y depresivos, muy a lo Cure.


“Exijo Ser Un Héroe” muestra su vena synth-pop con mayor acentuación, una pieza bailable y jubilosa que contrasta con la oscuridad de su predecesora; “Quieren Dinero” con intro surf en cuerdas y mayor presencia del dinamismo melódico-vocal con la rítmica de sintetizadores, logrando una pieza consistente de ricos matices en textos de crítica hacia el capitalismo, la dependencia del dinero y la codicia; “Por Favor” posee un uso de sintetizadores con orientación FM y muros electrónicos que por momentos pecan de mal gusto, aunque es un claro y digno ejemplo de la plastificación del sonido ochentero de la new-wave; “¿Por Qué Los Ricos?” recupera su instantaneidad y frescura de su disco predecesor (cómodamente podría filtrarse en este de hecho), ávida canción con textos de crítica sobre la diferencia de clases; “Una Mujer Que No Llame La Atención” es una interesante pieza sobre el machismo latino, su empleo de efectos nuevamente peca por momentos de mal gusto, aunque el resultado final resulta concreto y efectivo, una mejor edición de la pieza le hubiera sido de mayor efectividad; y termina “Independencia Cultural”, acertado punto final que redunda en lo explicado, de menor saturación electrónica y mejor trabajo melódico, cierra uno de los más celebrados trabajos provenientes del rock latino de la década ochentera.

FRANZ FERDINAND – TONIGHT



Año: 2009
País: Reino Unido
Género: Indie.Post-punk-revival
Puntuación: ▲▲1/2

Inspirado en las consecuencias ‘sufridas’ tras una noche de juerga y perdición, la banda original de Glasgow lanza su tercera producción discográfica, esta vez alejando su sonido del garage post-punk de sus predecesores, y optan por una dirección con mayor presencia de arreglos electrónicos, derivados de la new wave ochentera (una de las claras influencias de su sonido) que les otorga una propuesta más etérea en su sonido, aunque por momentos peca de monótona, que los lleva a respaldar su oferta en repetitivos efectos de sintetizadores, opacando su talento para ofrecer tremendas piezas sinérgicas y dinámicas que se veía en su previos trabajos.


En honor a la verdad, el concepto del disco es lo menos trascendente, aunque sirve muy bien de gancho para atraer al oyente al sonido del disco; “Ulysses” da un correcto inicio al disco con una especie de sutil intro disco-funk que acrecienta una dinámica post-punk simple y muy efectiva, un pegajoso ‘laha-lala-lala’ en el estribillo y abusivos efectos de sintetizadores resultan acertados en esta pieza ávida y potente; “Turn It on” aprovecha nuevamente los efectos sonoros aunque ahora con sutiles aires a unos primeros Roxy Music, una voz sensual; “No You Girls” es una pieza disco-funk con esencia ochentera, resulta efectiva en primeras escuchas por su atractivo estribillo, aunque con las reescuchas pierde fuerza y resalta su genérica construcción; y “Send Him Away” logra una interesante atmósfera con cierta insinuación que juega con la psicodélica y el funk sin definirse totalmente, astuta pieza que engaña al oído en su percusión afro-rítmica.

“Twilight Omens” resulta menos inspirada, rítmica complaciente y melodía poco memorable; “Bite Hard” comienza con un tiempo lento para luego acentuarse en un aguerrido post-punk de mayor resonancia punk, intensa y plausible en su manejo del ritmo; “What She Came For” es puro disco-funk con reminiscencia melódica a unos Blur, jocosa y de curiosos recursos, aciertan al darle agresividad en el estribillo, y un estilo musical que trae a la mente a la explosión new-wave neoyorkina en bandas como Talking Heads o Blondie; y “Live Alone”, con clara huella de los Cars manifiesta un buen gusto por la construcción de muros de sonidos y efectos electrónicos por ahí con aromas a un Iggy Pop y Bowie berlinés.


El disco lo completa “Can't Stop Feeling”, pieza a estas alturas ya genérica de disco-funk nuevaolero, aunque con adictivo riff electrónico y atractivo coqueteo al synth-techno; “Lucid Dreams” nuevamente apuntando a unos Blur más funk y redundando en lo previamente explicado; y las baladas “Dream Again” con notable atmósfera pausada que incita sigilo, la melodía se trata en un estilo beatleniano (trae a la mente el inevitable estribillo del (“All You Need Is Love”) y “Katherine Kiss Me”, típica balada de la banda de estilo folky y cuerdas acústicas, simpática en melodía aunque floja de feeling.

ATOMIC ROOSTER - ATOMIC ROOSTER


Año: 1970
País: Reino Unido
Género: Hard-rock.Heavy-prog
Puntuación: ▲▲▲▲

Singular formación que vio la luz tras la salida de Vincent Cane del Crazy World Of Arthur Brown, importante tecladista con querencia por el jazz y el progresivo, para formar junto con Carl Palmer y Nick Graham una de las agrupación más respetables de la temprana era del rock progresivo; su disco debut si bien no logra una contundencia global, permite deleitase con el tremendo talento de sus miembros en la construcción progresivas de piezas ambiciosas y complejas, ricas en pasajes instrumentales de sofisticada hechura con base jazz.

Su fuerte en la alucinante bravura de Cane en los teclados, que comulga el alma de la psicodelia, el jazz y el heavy-noise en una dirección épico-progresivo en piezas mastodónticas de saturación en teclados, solos delirantes, un embiste de batería desquiciante en una atmósfera convulsiva que introduce al oyente en una inhóspita aventura progresiva de alto calibre con huella de los mejores momentos del rock inglés de fines de los sesenta como King Crimson, The Nice y Black Sabbath.


El disco comienza con la enérgica “Friday The Thirteenth”, demoledora pieza heavy-prog con aromas a unos Little Free Rock o unos Iron Butterfly y un enfoque oscuro de herencia sabbathiana que desarrolla un alucinante solo de teclados en su parte media; “And So To Bed” marca una abrupta distancia de su corte predecesor en una pieza más pausada que equilibra astutamente unos sofisticados arreglos de teclados de estilo jazz-psicodélicos con una dinámica percusión en batería de Palmer lo suficientemente agresiva como para no desentonar; “Broken Wings” es una balada con pretensión épica y profundidad atmosférica jazz-psicodélica, por momentos muy laxa aunque su construcción y estructura destaca por su elegancia (esos pasajes de trompetas en su parte final e inicial realmente dotan a la pieza de una épica conceptual a lo Moody Blues), mas queda inferior a piezas más ávidas como las de Blood, Sweat and Tears o King Crimson; y “Before Tomorrow” es uno de los mejores cortes del disco, mordaz pieza de heavy-prog angular en el cual Palmer y Cane demuestran su magistral sinergia en la construcción musical al generar caos y convulsión sensorial acompañados en esta oportunidad del guitarrista John Du Cann.

“Banstead” es otra pieza lenta de insinuante soul-prog con tintes épicos, resulta una pieza relativamente fallida pues evoca a unos Procol Harum sin el impecable tacto melódico de estos, si bien su resonancia y aura atmosférica acierta al evocar cierto aire celestial cuasi-órgano de iglesia, desentona su visceralidad en la voz; “S. L. Y.” en un blues-prog bastante interesante en su parte instrumental, aunque no muy bien construido, resulta laxo por momentos, apabullante por otros, y disforzado vocalmente; y sigue la notable “Winter” con intro que comulga a unos primeros King Crimson con Jethro Tull, pieza lenta que evoca  aromas medievales, el estilo vocal esta vez resulta más que acertado, elegante pieza con presencia de flauta, campanas, teclados y batería, cuidada al más mínimo detalle logra manifestar la exuberancia y alta sofisticación de la banda al no caer en disonancias ni estridencias innecesarias, una de las mejores piezas que ha hecho la agrupación.


El disco lo completa la genial “Decline And Fall”, rítmica pieza progresiva que permite nuevamente deleitarse con el talento de Palmer y Cane esta vez en un corte menos caóticao y de mayor espacio para cada uno, valga decir que cuenta con un destacable solo de Palmer a la batería en su parte media.