lunes, 2 de diciembre de 2013

KLAXONS – SURFING THE VOID


Año: 2010
País: Reino Unido
Género: Indie.Post-punk-revival
Puntuación: ▲▲1/2

La formación londinense elabora un trabajo discográfico en el cual se re-exploran los conceptos de space-rock psicodélico con dirección post-punk, densas atmósferas de incitación sensorial, tanto hereda del krautrock setentero como de la new-wave electrónica, el post-punk denso y sensorial de Chameleons o los Cure, el rave que va desde los Happy Mondays hasta los Chemical Brothers,  además de emplear saturaciones noise agresivas con huella de los Bloody Valentine, y nunca falta el espacio para filtrar algo de rítmica funk (para no aburrir con tanto sintetizador) que ya se ve con anterioridad en sus producciones y en las de las taaaantas bandas indies provenientes de las islas británicas; si a esto no olvidamos agregarle un atractivo FM y cierta sonoridad alternativa heredada del alternativo americano noventero a lo Sonic Youth (para no sonar tan obvios), nos encontramos con una producción derivativa y de poca trascendencia más que un par de escuchas.

 “Echoes” abre el disco con intro disco-space, susurrantes voces se filtran en una atmósfera sónica abrasiva y caótica, meteoritos colisionan abruptamente entre sí en oleajes cósmicos de magnas dimensiones, no está mal como corte inicial aunque abusa del empleo de muros de sonidos; “The Same Space” define mejor la melodía nuevamente en una pieza rítmica y densa, se percibe mayor definición y cuerpo en su estructura; “Surfing The Void” es una convulsiva y caótica pieza space-noise que parece fusionar a unos Horros de su disco debut con unos Arctic Monkeys de su segundo trabajo discográfico (y esto sin ser necesariamente algo loable), peca de sobrepretenciosa; “Valley Of The Calm Trees” contiene cierta sonoridad alternativa de bandas como Built To Spill o Porcupine Tree en su rítmica, ligera y de textura space-psicodélica, de entre lo más soportable del disco; y “Venusia”, nuevamente emanando disco-space en una melodía vocal que podría haberla elaborado unos Blur noventeros.


“Twin Flames” logra una intro bastante interesante, perverso gótico se acrecienta con una macabra percusión que desenlaza todo un oleaje sónico, una interesante forma de reinventar el acid-house; y “Cypherspeed” ofrece uno de los momentos más climácicos del disco en una orgia sónica de acido y rave mancuriano con profundidad y textura space; el resto resulta atractivo y disfrutable, más poco memorable en posteriores escuchas.

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