viernes, 18 de julio de 2014

BRANT BJORK - GOD AND GODESSESS


Año: 2010
País: Estados Unidos
Género: Alternative.Stoner-rock
Puntuación: ▲▲▲1/2


Nombre importante en la escena del rock americano de los noventa, Brant Bjrok nos ofrece en este disco un alucinante muestrario de buen stoner-rock con mayor acentuación heavy-garage y mayor madurez logrando un sonido bastante sofisticado, rudo y musculado que hace revivir por momentos la psicodelia ácida de Cream, Hendrix de la flameante era dorada del rock.

“Dirty Bird” es una contundente pieza de inicio muy a lo Deep Purple con pinceladas de ácido y desafiante atmósfera que transporta al oyente a las desafiantes carreteras americanas sin mayor compañía que una motocicleta y el ardiente sol del desierto; “The Futured Rock (We Got It)” con riff que mistura a unos Blue Cheer con Marc Bolan, pura adrelanina noise y venturada atmósfera heavy; “Radio Mecca” es una de las mejores piezas del disco, detonante guitarra eléctrica, sensualidad y potencia rítmica en una atmósfera de insinuante perversión; “Little World” por predominio tribal es una sulfurada pieza de primal-rock con clara huella de Blue Cheer; y “Blowin’ Up Shop” potente pieza que exhibe su querencia por el hard-rock de los Led Zep y un claro manejo de guitarra eléctrica a lo Hendrix.

 

“Good Time Bonnie” no caería nada mal en unos Black Sabbath de la primera mitad de los setenta, maciza estructura heavy-stoner; “Porto” posee ciertos aires funk en una pieza de incitante sección rítmica, y “Somewhere Some Woman”, todo un nuevo clásico para este hombre que logra hacer palpitar la vena del amante del rock menos manoseado y formulista, del rock acerbo y sulfurado, sin pretensiones más que la construcción de contundentes piezas que nos hagan delirar por un momento tal como lo hacía en los setenta.

COLDPLAY - GHOST STORIES


 Año: 2014
País: Reino Unido
Género: Indie.electro-pop
Puntuación: ▲


Luego de sus primeros discos, aceptables en términos generales en los que mostraban algo de talento en la construcción melódica en piezas acústicas que, si bien no hacían más que seguir la línea trazada por sus predecesores Oasis, The Verve, Embrace, Travis, Blur y Radiohead, por lo menos poseían el suficiente calibre para ejecutar piezas plausibles que lograban calar en la sensibilidad del melómano amante del pop acústico y menos manoseado; unos poco creativos Coldplay vuelven a las estanterías de disco con una producción que se aleja de y se aposenta con bastante conformismo (ya casi acobijándose en la mediocridad) en intrascendentes y bostezantes piezas musicales de electropop con pretensión ambient, falsettos sin feeling, lextos que escaza imaginación, y manoseos en post-producción generando un transfondo con pretensión sensorial muy autocomplaciente que nos lleva a cuestionar el fundamente de tener como miembros a un bajista, guitarristia, pianista y baterista, si prácticamente ceden descaradamente el fondo musical a la plasticidad electrónica.


Hacer una crítica tema por tema es una experiencia insufrible pues el disco peca excesivamente de homogéneo y monótono, muros sutiles de sonoridades celestiales a lo Beck en su faceta depresiva, Beach House, TV On The Radio o Death Cab For Cutie, sin llegar a ningún climax o hedonismo melómano; “Magic” es un buen ejemplo de la pésima orientación de disco, pieza de electro-pop con falsetto y enfoque FM que termina más pareciéndose a un tema que Justin Timberlake filtraría en alguno de sus disco; “True Love” con bastante reminiscencia a unos TV On The Radio, posee por momentos algo de encanto en la fragilidad vocal de Chris Martin, aunque se satisface en esto mostrando una carencia de recursos para sostener la pieza; “Magic” exhibe cierta aura sensorial convincente, aunque muy formulista a estas alturas; y “A Sky Full of Stars” con enfoque electro-dance, lo único que faltaba en un intento desesperado de evitar que el oyente caiga adormecido y aburrido de tanta mediocridad.

jueves, 17 de julio de 2014

STATUS QUO - PICTURESQUE MATCHSTICKABLE MESSAGES FROM STATUS QUO



Año: 1968
 País: Reino Unido
Género: Psychedelic-pop
Puntuación: ▲▲▲▲

Disco debut de la banda británica en su etapa psicodélica, de enfoque pop logran elaborar fascinantes piezas robustas de gustosas melodías y armonias dignas de competir con los renombres de la época dígase los Hollies, Los Move e incluso los Beatles (de quienes se observa una fuerte influencia tanto de su “Revovler” como de su “Magical Mystery Tour”).


"Black Veils Of Melancholy" arranca el disco con un potente riff ácido y una estructura pomposa y gloriosa con altisonancias melancólicas, además de un embriagante fondo de teclados que marca su estampa en la propuesta de la banda; “When My Mind Is Not Live” es simplemente narcótica, su melodía vocal simple y adictiva que revive la psicodelia temprana de los Beatles en el “Rubber Soul” y “Revolver”, acompañada de un alucinante solo de guitarra de Francis Rossi la convierte en una de las mejores peizas del disco; “Ice In The Sun” es otra estimable pieza que mezcla a los mencionados Beatles con unos Idle Race; “Elizabeth Dreams” de robusta textura sónica psicodélica; “Gentleman Joe's Sidewalk Cafe” mostrando su lado más folk con cierta huella de unos Monkees; y “Paradise flat”, el tema más experimental del disco, en el cual optan con una atmósfera sci-fi y psicodelia beatleniana.

“Technicolor Dreams” y “Sunny Cellophane Sky” acentúan el ácido eléctrico de Hendrix o Cream en dos piezas que exhibe mayor madurez en su sonido; la versión del “Spicks And Specks” de los Bee Gees, plausible pieza que logra capturar la inocencia pop de la melodía; “Sunny Cellophane Sky”; y el disco despide “Pictures Of Matchstick Men”, pausada pieza psicodélica que peca de ser bastante reminiscente a su propia "Black Veils Of Melancholy" (y en el mismo disco!!!!).

SWANS - TO BE KIND


Año: 2014
País: Estados Unidos
Género: Alternative.Experimental-rock
Puntuación: ▲▲▲1/2

 Peculiar formación de rock experimental (acobijado cómodamente en el concepto no-wave) proveniente de Nueva York, surgieron en los ochenta y parecen seguir con la vena latente por exploraciones atmosféricas, conceptuales y sensoriales pues este su último trabajo discográfico lo lleva al extremo en poco más de dos horas de rock progresivo abstracto y alucinógeno; pretensioso, exhibe cierto ensimismamiento en la exploración musical que los lleva por momentos a palpitantes pasajes claustrofóbicos y tétricos muy efectivos, como también a insufribles y tediosos e interminables estructuras cuasi-robóticas que se repiten una y otra vez sin aparente dirección alguna.



“Screen Shoot” es un buen corte de inicio, pura claustrofobia psicótica-industrial en un mejunje noise-progresivo de cuerdas blues, plausible aunque peca de extensa; “Just a Little Boy (for Chester Burnett)” es una pieza letárgica con trasfondo depresivo, lacerante atmósfera sensorial que posee muy buenos momentos intenso en la segunda mitad, filtrando por momentos a nombres como Can, Pink Floyd, Sonic Youth y Tool; “A Little God in My Hands” es una muy buena pieza que juega con el garaje y noise en una monótona pero efectiva y perturbadora sección rítmica, es algo que Manson o Nine Inch Nails podrían elaborar en los noventa; y “Bring The Sun / Toussaint L'Ouverture” es la pieza mas extensa, intenso corte que comienza en una psicosis noise-progresivo que se deforma en una masa sónica industrial interminable, seguida por momentos pausados de perturbador sigilo sensorial, cuasi-lúgubre, incandescentes arrebatos de art-rock abrasivo, convulsivo, con acentuación heavy-metal en la guitarra eléctrica (por ahí al estilo sabbathiano de su primer disco) y cascadas sónicas de noise eléctrico y órgano que ultrajan los oídos hasta el desquicio menta; ejecuta soberbios momentos de alucinante explosión catártica, pero peca de extensa, carente de contundencia y de hecho parece no tener ni pies ni cabeza tras escucharla varias veces convirtiéndose en un buen muestrario del talento de la banda al construir pasajes y estructuras ambiciosas de industrial progresivo.


“Some Things We Do” es una pieza inferior de incitaciones hipnóticas que funciona como conector en el disco por su trasfondo, más aburre en sus 5 tediosos minutos; "She Love Us!" mejora bastante y define mejor el manejo de su propuesta musical, densa pieza sensorial con fascinantes arreglos corales que pareen almas deambulando en una tensa noche sin estrellas, ecos de Sonic Youth, posee cierta querencia por el krautrock psicodélico de los Ammon Düül II en su primera mitad, y luego arremeten en un estilo que podría comulgar a unos Tool menos noise con el dead-mantra de los Dead Skeletons; “Kirsten Supine” confunde en su estructura amelódica, funesta atmósfera con huella de los Doors y estilo vocal gótico a lo Ian Kurtis; “Oxygen” podría ser la versión noise-punk y underground de “Who The Fuck!” de PJ Harvey, pura adrelanina pixiana con cierta insinuación garaje-surf en sus primeros minutos; “Nathalie Neal” es una mera abstracción que no hace más que seguir perturbando al oyente (si es que a esta alturas algo le puede causar aun perturbación alguna), aunque posee cierto exotismo en su empleo de cuerdas que se acentúa a partir de la mitad en adelante que acierta con el estilo vocal mantra-psicodélico y una dirección de mayor definición; y cierra el disco “To Be Kind”, ya a estas alturas redundando en la fórmula: intro somnífera e intenso caos punk (cuasi-infernal) de desenlace.

miércoles, 16 de julio de 2014

URGE OVERKILL - SATURATION


Año: 1993
 País: Estados Unidos
Género: Alternative.Power-pop
Puntuación: ▲▲▲▲

Tremendo disco de la banda proveniente de Chicago, originados tras el auge del underground y el grunge de inicios de los noventa, la banda supo virar su propuesta en una dirección que pulió su oferta alternativa con solos de guitarras sensuales, insinuación vocal y energía e ímpetu power-pop filtrando a nombres como Cheap Trick, Sparks, Tom Petty y AC/DC, entre otros.

"Sister Havana" apertura el disco a lo grande en una genial pieza hard-rock con aires por momentos a Kiss; "Tequila Sundae" de intro ácida y resonancia noise es otra de las mejores piezas del disco llena de enganche sonoro; "Positive Bleeding” muestran su faceta melódica en una relajada pieza power-pop de irresistible melodía y percusión con momentos de guitarra eléctrica que la podrían haber ejecutado los mismísimos Cheap Trick en alguno de sus discos setenteros; "Back on Me" apunta ahora a unos Replacements melódicos, plausible construcción melódica de ascendencia folk byrdsiana; "Woman 2 Woman" es un enérgico corte de ascendencia punk-rock; y "Bottle of Fur" que exhibe además su querencia por el glam de T.Rex, otra de sus influencias puntuales.


"Crackbabies" posee una postura arena-rock, potente pieza de enérgica batería Blackie Onassis; "The Stalker" ofreciendo ácido y garaje-noise de resonancia primitiva a lo Blue Cheer y Stooges; "Dropout" es una verdadera gema power-pop que hereda del glam de T.Rex de cuerdas acústicas, pieza apacible y adictiva que contrasta con el contenido eléctrico el disco; la convulsión punk se retoma con la abrasiva "Erica Kane", acentuando además un demencial solo metal en un corte que maneja los tiempos al estilo pixiano; "Nite and Grey" y "Heaven 90210" completan el disco redundando en lo previamente explicado consiguiendo asi una plausible obra discográfica proveniente de la siempre controversial América de los 90s.

JACK WHITE - LAZARETTO


Año: 2014
 País: Estados Unidos
 Género: Alternative.blues-rock
 Puntuación: ▲▲▲1/2

Segundo disco como solista de uno de los nombres más representativos y resaltantes del rock americano de la última década, vemos una querencia por un estilo mucho más pausado enraizado en el blues de estudio, de menor estridencia que en sus proyectos en paralelo tanto con los White Stripes, Racounteurs o Death Weather, el cantautor y guitarrista ofrece un plausible cocktail del más sofisticado blues de enfoque heavy herencia de sus puntuales mentores: Led Zeppelin.

“Three Women” es un correcto punto de inicio, blues a guitarra y piano jugando en una dinámica de estilo progresivo, festivo estribillo y enérgicos golpes de batería embisten en una pieza rica en matices y con geniales momentos de espontaneidad instrumental; “Lazaretto” posee un incisivo riff ledzeppiano en un enérgico corte heavy-blues que filtra por momentos a un caótico Beck más country-rock, además de mostrar alucinantes recursos de guitarra eléctrica por parte de un nunca decepcionante Jack White en las cuerdas; “Temporary Ground” es una pieza country-rock nostálgica de cargada emotividad, con acompañamiento vocal fémino y embriagantes pasajes de violines sureños; “Would You Fight For My Love?” posee una notable intro de sonoridad folk-medieval de aires orientales que no caería nada mal en unos Renaissance, intensa y sofisticada, posee un estilo plausible que parece transportarnos a la calidad musical propia de los primeros años de los setenta; “High Ball Stepper” es una de las mejores piezas del disco, potente y estruendoso noise-blues instrumental con ejercicios hendrixianos; y “Just One Drink” es una genial pieza country-rock que conjura al swamp rock de unos Creedence Clearwater Revival y al frenesí country-rock de los Stones.


“Alone In My Home” es una simpática pieza pop que filtra el estilo folk kinkiano de la segunda mitad de los sesenta y maravillosas cuerdas vespertinas; “Entitlement” es una bonita pieza lenta de rock sureños con huella de “Exile” de los Stones; “That Bat Black Licore” es  la pieza definitiva del disco, heavy-blues con momentos progresivos que comulgan una diversidad instrumental bastante pretensiosa; “I Think I Found The Culprit” guarda cierto encanto en su atmósfera psicodélica con cierta reminiscencia al “Hey Joe” en la versión de Hendrix; y “Want And Able” cierra el disco en una pieza lenta a piano que trae a la mente por momentos a un Neil Young de la primera mitad de los setenta.

martes, 15 de julio de 2014

KAISER CHIEFS - EMPLOYMENT


Año: 2005
 País: Reino Unido
 Género: Indie.Post-punk-revival
Puntuación: ▲▲▲▲

Escuchable formación inglesa que logra destacar de entre los containers de bandas plásticas indie.rock que llegan a montones desde ambos lados del charco (y eventualmente una que otra de por acá); muchas de ellas (o casi todas) ofreciendo no más que intrascendentes remedos que continúan la línea trazada por bandas precursoras que lograron devolverle en cierta medida algo de identidad a la escena rock (dígase Blur y Oasis por las islas inglesas y White Stripes y Shins por el territorio americano), coincidiendo en revalorar toda la movida nuevaolera de inicios de los ochenta de la cual termina descaradamente tomando referencia destinadas a nada más que remedos y plagios pintados como ‘innovadores’ para el poco instruido oyente que no tiene ni idea de que todo lo que se hace en la actualidad ya fue hecho (y con mejores resultados y mayor originalidad) durante fines de los setenta e inicios de los ochenta.


Los Kaiser Chiefs sin embargo logran recibir mérito al heredar inteligentemente su basamento punk de bandas como Buzzcocks, Dammend, Clash, en una dirección nuevaloera que juega con el pop-rock y el post-punk, en textos despreocupados y jocosos de astutas melodías en una postura directa y sin rodeos, ejecutadas en solidas construcciones que dan espacio tanto al garaje y noise como al power-pop y al brit-pop.


“Everyday I Love You Less and Less” es el corte inicial del disco y una de sus mejores piezas, detonante y enérgico en su sardónicos textos, revive el desenfado de los Buzzcocks y filtra cierta resonancia a unos Cars de fines de los setenta; “I Predict A Riot” revisa otro de los mejores momentos del rock inglés, ahora a unos Clash de su “London Calling” , segunda enérgica pieza power-pop de sugerente estilo vocal psicodélico de gusta sección rítmica y construcción melódica que no desperdicia ni un segundo; “Modern Way” es una estupenda muestra que también tiene talento para la elaboración de piezas más pausadas, muestran además tener bagage musical en una pieza que filtra el estilo melódico de los Beach Boys y del pop sesentero; “Na Na Na Na Naa” es una nervuda pieza post-punk con cierta huella de unos Creations en su “Nightmares”, de la cual basta decir que se podría filtrar cómodamente en el catálogo de los Buzzcocks o incluso de unos Ramones; y “You Can Have It All” es un tiempo lento más acústico con resonancia melancólica del estilo de unos Blur, que logra además filtrar cierta armonía sensorial con referencia a un Brian Eno más beatleniano.


“Oh My God” es una estimable pieza de acentuación nuevaloera, por ahí con melodía y construcción reminiscente al "I Love Rock 'n' Roll" de los Arrows; “Born To Be A Dancer” retoma su influencia ramoniana pero esta vez en su etapa ochentera además de exhibir un acervo riff ácido por parte de Andrew White, “Saturday Night” nos lleva una década más atrás, fitlra cierto estilo garage sesentero de los Seeds, los Who, e incluso ciertas pinceladas glam a lo Bowie en su “Suffragette City”; “What Did I Ever Give You?” es una letárgica pieza de estimable construcción, por a´hi evocandoa  unos Roxy Music ya sin Eno; “Time Honoured Tradition” es una solida pieza con manejo del bajo y melodía muy a lo Hoodoo Gurus; “Caroline, Yes” con clara alusión a los Beach Boys del “Pet Sounds” aunque de resonancia más beatleniana; y cierra este demoledor disco “Team Mate”, pieza lenta que emplea recursos revolvianos y que unos Blur filtrarían en alguno de sus discos de mediados de los 90.

KASABIAN – 48:13


Año: 2014
País: Reino Unido
Género: Indie.Post-punk-revival
Puntuación: ▲▲

Kasabian es una banda inglesa que en sus comienzos enfocó su propuesta a una suerte de revival ácido-psicodélico con herencia sesentera y eventuales y puntuales intromisiones electrónicas heredadas del kraut-rock y del Madchester-sound con bastante acierto; a estas alturas diez años después de sus disco debut, esa dirección parece haberse desvanecido en pos de sucumbir ante construcciones sobrecargadas de electrónica, melodías poco trascendentes y piezas sin personalidad con aparente y único enfoque comercial.


En esta oportunidad, parecen afanarse de su carencia de inspiración, acentuando el poco creativo título del disco, ni más ni menos que el tiempo de duración del mismo (que debería ser tomado esto como una advertencia para evaluar si vale la pena tomarse 50 minutos en escucharlo); “Bumblebee” es un agresivo corte acido-industrial de estilo Manson sin mucha originalidad; “Stevie” levanta un poco la propuesta en una plausible pieza post-punk nuevaolera que captura en su trasfondo psicodélico; “Treat” es una pieza electro-dance con buenos momentos de explosión electro en su  parte media, que quedaría mejor en unos Chemical Brothers o Prodigy; “Explodes” empleando técnicas setenteras del Bowie berlines y del kraut-rock de fines de los setenta, lo suficientemente atractiva para disfrutarse en posteriores escuchas; “Eez-eh” es puro electro.euro-dance con herencia de los Blur de “Boyz And Girl”, a pesar de su mero enfoque comercial no cae nada mal para disfrutarse en su incitante sección rítmica disco-funk; el resto genérico indie.electro-pop sin mucho que ofrecer para el oyente exigente.

miércoles, 9 de julio de 2014

IGGY POP - LUST FOR LIFE


Año: 1977
País: Estados Unidos
Género: Post-punk
Puntuación: ▲▲▲▲1/2

Probablemente el disco más redondo de la camaleónica discografía del peculiar cantautor quien vira su descarga sesentera visceral de cavernario garage.proto-punk a terrenos del art-rock, glam y post-punk. Marcadamente menos experimental que su igualmente aclamado “The Idiot”, la iguana ofrece 9 temas enérgicos llenos de energía y desenfado pop-rock que rebosan en una gustosa sección rítmica, despreocupada postura caprichosa y anti-estética que logra epitomizar su irreverente personalidad y talento del genio de Detroit.


Acompañado de Bowie (de crucial aporte tanto en este como en su predecesor “The Idiot”), Iggy elabora jocosas piezas ricas en imaginería lírica sardónica y chulesca, llenos de vitalidad y astutas construcciones melódicas que logran satisfacer tanto al oyente más exigente como al más accesible sin pecar de sobre-pretencioso ni autocomplaciente; la pieza homónima da comienzo al disco, una genialidad pop-rock con fondo musical redundante y pero que se vitaliza en su pastosidad y alma bubblegum, que parece encontrar inspiración en el punk ramoniano; “Sweet Sixteens” parece mixturar a unos Mott The Hoople con unas New York Dolls, un incisivo riff garagero que parece revivir el estilo vocal de la iguana en sus tiempos como miembro de los Stooges; “Some Weird Sin” ya exhibe una resonancia post-punk con ascendencia garage (e incluso rn’b) de la primera mitad de los sesenta; “The Passenger”, una verdadera genialidad que encuentra inspiración en el blues; y la gloriosa “Tonight”, de pomposa intro y pretensión art-rock que recupera el estilo musical de su disco anterior.


“Succes” es una pieza muy curiosa, si le presta atención parece inspirada en el góspel, en el rn'b, incluso en cierta medida en el blues, por ahí remedando con mucho estilo al “Night Time Is the Right Time” original de Nappy Brown y versionada con acierto por los Sonics, entre otros grandes; “Turn Blue” es el único tiempo lento del disco en el cual se percibe una mayor claridad vocal por parte de un Iggy fogoso e intenso mostrando tener los recursos suficientes para sostener una pieza lenta que podría coincidir en estilos tanto a Bowie como a Kim Fowley; y “Neighborhood Threat” posee una pastosidad y resonancia de ascendencia lo-fi con perspectiva al alternativo ochentero, la construcción sonora del fondo musical es de lujo y rica en matices que viran desde arreglos corales hasta agresivas guitarras eléctricas de postura heavy (y que podría acomodarse en un venidero “Let It Be” de los Replacements).


El irreverente cierre lo depara“Fall In Love With Me”, estampa epítome de su inconfundible personalidad y estilo musical (que valga decirlo no caería nada mal en unos Roxy Music aun con Eno) cargada de morbosas alusiones sexuales, erotismo y picardía de incitaciones féminas y devoción al vino y a la nicotina en una sugerente y muy sinuosa atmósfera glam-bubblegum que provoca tanto bailarla y cantarla, hasta terminar uno excitándose y encamado con la primera persona que vea jugando a ese coqueteo innato y natural que todos como humanos tenemos y urgimos….enamórate de mi….

COUNTRY JOE & THE FISH – ELECTRIC MUSIC FOR THE MIND AND BODY


Año: 1967
País: Estados Unidos
Género: Psychedelic.Blues-rock
Puntuación: ▲▲▲▲

Inevitable banda a revisar dentro de la revolución ácida de la ciudad de San Francisco del 67, Country Joe & The Fish resultan notablemente inferior en términos de creatividad y contundencia si los comparamos con sus contemporáneos Buffalo Springfield, Jefferson Airplane y The Byrds, más su propuesta logra despertar cierta fijación y atracción en su sensualidad eléctrica y su atmósfera lisérgica que consigue una suficiente variación de su propuesta que los lleva a experimentaciones y misturas de estilos y géneros musicales bastante meritorio para una banda cimentada en el blues-based-rock.


“Flying High” ya despierta la atmósfera acida desde el inicio en agudas notas de cuerdas acid-blues, marcadamente accesible con cierta reminiscencia en estilo a un Donovan bluesero; “Not So Sweet Martha Lorraine” con intro y acompañamiento de organo es una acertada y destacable pieza electric-blues con insinuaciones funk; “Death Sound” es un blues rico en sección rítmica y de resonancia árida, aunque vocalmente poco contundente por un Joe McDonald carente de recursos; “Porpoise Mouth” es una de las mejors piezas del disco con destacado arreglo de cuerdas y percusión dota de cierto estilo experimental bastante sofisticado que los acerca a unos Doors; y “Section 43”, extensa pieza de jamming instrumental que exhibe incisivos pasajes de psicodelia garage y blues que si bien por momentos parece no ir a ninguna parte, logra despertar cierta sensación de trance alucinógeno que coquetea con el Space que podría haber inspirado a uno considerable numero de bandas vendieras como Afterglow,Iron Butterfly, C.A. Quintet, Arcadium, etc.


“Super Bird” marca su postura ante la política de Lyndon-B.Johnson en un surf-blues sardónico de tajante crítica; “Sad And Lonely Times” los acerca a terrenos country-folk mostrando la versatilidad de estilos de Barry Melton en las cuerdas; “Love” juega con el soul de James Brown en un mejunje sónico funk psicodélico bastante jocoso y enérgico; “Bass Strings” con delirante atmósfera lúgubre y funesta, no caería nada mal en unos contemporáneos Doors; “The Masked Marauder” introduciendo sutilezas progresivas; y “Grace” dedicada a Grace Slick y pieza de mayor regocijo experimental, arriesgada en su atmosfera pausada que logra momentos de hipnotismo sensorial.

THE WHITE STRIPES – GET BEHIND ME, SATAN


Año: 2005
País: Estados Unidos
Género: Alternative.Blues-rock
Puntuación: ▲▲▲1/2

La vuelta de los White Stripes les significó una variación en su estilo, que los lleva por experimentaciones menos convencionales, mas siempre acentuando su ascendencia blues con herencia de bandas como Hendrix, Cream, el ácido y el heavy de los últimos años de los sesenta, y por supuesto unos inevitables Led Zeppelin.

“Blue Orchid” abre el disco con un demoledor riff y una brutal construcción heavy-noise que revive el enardecimiento ledzeppiano que eriza los pelos de la piel e incita cierta convulsión sensorial en su contrastante falsette vocal que destaca de entre lo mejor de su catálogo; “The Nurse” es un tiempo lento que parece seguir la vertiente experimental de unos Led Zeppelin en su “Houses Of The Holy”, bastante arriesgada en su agresiva eprcusión noise y disonancia noise-melódica velvetiana, posee cierto encanto en el empleo de la marimba que nos retrotrae por momentos a unos Rolling Stones de su “Aftermath”; “My Doorbell” posee una sofisticada estructura rítmica que se acentúa ricamente en la fina factura vocal muy acertada de Jack y platillazos en batería que parecen entablar una comunicación interactiva con el piano dotando a la pieza de espontaneidad y dinamismo; “Forever For Her (Is Over Me)” de rica resonancia que juega con la acústica y la saturación sónica, elabora una enigmática y muy atractiva pastosidad sonora que vira entre lo exótico y lo emotivo; y “Little Ghost”, típica pieza de estilo country que Jack White consigue filtrar eventualmente en sus creaciones, sin mayor trasfondo en el disco ni aportar mucho con el estilo conseguido del disco hasta el momento, afortunadamente no pasa de los 2 minutos y medios.


“The Denial Twist” retoma el estilo del disco en una animada pieza rítmica de blues-rock, con fondo de piano y un enérgico Jack en la voz; “White Moon” es una extensa balada que pretende la sensibilidad sensorial en un trasfondo homogéneo, parece inspirarse en la sensibilidad lennoniana, mas termina resultando extenuante y repetitiva para el oyente; “Instinct Blues” revive la vena blues-garage de su prodigioso “White Blood Cells”, puro noise y heavy tanto hendrixiano y ledzeppiano en una composición que parece inspirarse en unos cavernarios Blue Cheer del brutal “Vincebus Eruptum”; la efimera “Passive Manipulation” baja la sobrecarga noise en una peculiar y melódica pieza a piano; “Take Take Take” es una estimable pieza blues-rock que consigue despertar ciertos ecos latinos, por ahí con ciertos aromas pixianos; “As Ugly As I Seem” es una muy apreciable pieza (aunque algo inconexa con el disco) de folk-pop, rico en cuerdas que podría filtrarse en un “White Album” de la mano de McCartney; “Red Rain” ofrece nuevamente el agresivo contraste de dulces sonoridades que de repente parecen derrumbarse ante nuestros sentidos en una mejunje sónico proto-punk (tan heredado de los Pixies); y cierra el disco “I’m Lonely (But I Ain’t That Lonely Yet)”, balada genérica de fin de disco, de buscada profundidad de piano a lo Kravitz que ya a estas alturas dudo mucho que a alguien logre despertar emotividad.