jueves, 17 de julio de 2014

SWANS - TO BE KIND


Año: 2014
País: Estados Unidos
Género: Alternative.Experimental-rock
Puntuación: ▲▲▲1/2

 Peculiar formación de rock experimental (acobijado cómodamente en el concepto no-wave) proveniente de Nueva York, surgieron en los ochenta y parecen seguir con la vena latente por exploraciones atmosféricas, conceptuales y sensoriales pues este su último trabajo discográfico lo lleva al extremo en poco más de dos horas de rock progresivo abstracto y alucinógeno; pretensioso, exhibe cierto ensimismamiento en la exploración musical que los lleva por momentos a palpitantes pasajes claustrofóbicos y tétricos muy efectivos, como también a insufribles y tediosos e interminables estructuras cuasi-robóticas que se repiten una y otra vez sin aparente dirección alguna.



“Screen Shoot” es un buen corte de inicio, pura claustrofobia psicótica-industrial en un mejunje noise-progresivo de cuerdas blues, plausible aunque peca de extensa; “Just a Little Boy (for Chester Burnett)” es una pieza letárgica con trasfondo depresivo, lacerante atmósfera sensorial que posee muy buenos momentos intenso en la segunda mitad, filtrando por momentos a nombres como Can, Pink Floyd, Sonic Youth y Tool; “A Little God in My Hands” es una muy buena pieza que juega con el garaje y noise en una monótona pero efectiva y perturbadora sección rítmica, es algo que Manson o Nine Inch Nails podrían elaborar en los noventa; y “Bring The Sun / Toussaint L'Ouverture” es la pieza mas extensa, intenso corte que comienza en una psicosis noise-progresivo que se deforma en una masa sónica industrial interminable, seguida por momentos pausados de perturbador sigilo sensorial, cuasi-lúgubre, incandescentes arrebatos de art-rock abrasivo, convulsivo, con acentuación heavy-metal en la guitarra eléctrica (por ahí al estilo sabbathiano de su primer disco) y cascadas sónicas de noise eléctrico y órgano que ultrajan los oídos hasta el desquicio menta; ejecuta soberbios momentos de alucinante explosión catártica, pero peca de extensa, carente de contundencia y de hecho parece no tener ni pies ni cabeza tras escucharla varias veces convirtiéndose en un buen muestrario del talento de la banda al construir pasajes y estructuras ambiciosas de industrial progresivo.


“Some Things We Do” es una pieza inferior de incitaciones hipnóticas que funciona como conector en el disco por su trasfondo, más aburre en sus 5 tediosos minutos; "She Love Us!" mejora bastante y define mejor el manejo de su propuesta musical, densa pieza sensorial con fascinantes arreglos corales que pareen almas deambulando en una tensa noche sin estrellas, ecos de Sonic Youth, posee cierta querencia por el krautrock psicodélico de los Ammon Düül II en su primera mitad, y luego arremeten en un estilo que podría comulgar a unos Tool menos noise con el dead-mantra de los Dead Skeletons; “Kirsten Supine” confunde en su estructura amelódica, funesta atmósfera con huella de los Doors y estilo vocal gótico a lo Ian Kurtis; “Oxygen” podría ser la versión noise-punk y underground de “Who The Fuck!” de PJ Harvey, pura adrelanina pixiana con cierta insinuación garaje-surf en sus primeros minutos; “Nathalie Neal” es una mera abstracción que no hace más que seguir perturbando al oyente (si es que a esta alturas algo le puede causar aun perturbación alguna), aunque posee cierto exotismo en su empleo de cuerdas que se acentúa a partir de la mitad en adelante que acierta con el estilo vocal mantra-psicodélico y una dirección de mayor definición; y cierra el disco “To Be Kind”, ya a estas alturas redundando en la fórmula: intro somnífera e intenso caos punk (cuasi-infernal) de desenlace.

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