Año: 1977
País: Estados Unidos
Género: Post-punk
Puntuación: ▲▲▲▲1/2
Acompañado de Bowie (de crucial aporte tanto en este como en su predecesor “The Idiot”), Iggy elabora jocosas piezas ricas en imaginería lírica sardónica y chulesca, llenos de vitalidad y astutas construcciones melódicas que logran satisfacer tanto al oyente más exigente como al más accesible sin pecar de sobre-pretencioso ni autocomplaciente; la pieza homónima da comienzo al disco, una genialidad pop-rock con fondo musical redundante y pero que se vitaliza en su pastosidad y alma bubblegum, que parece encontrar inspiración en el punk ramoniano; “Sweet Sixteens” parece mixturar a unos Mott The Hoople con unas New York Dolls, un incisivo riff garagero que parece revivir el estilo vocal de la iguana en sus tiempos como miembro de los Stooges; “Some Weird Sin” ya exhibe una resonancia post-punk con ascendencia garage (e incluso rn’b) de la primera mitad de los sesenta; “The Passenger”, una verdadera genialidad que encuentra inspiración en el blues; y la gloriosa “Tonight”, de pomposa intro y pretensión art-rock que recupera el estilo musical de su disco anterior.
“Succes” es una pieza muy curiosa, si le presta atención parece inspirada en el góspel, en el rn'b, incluso en cierta medida en el blues, por ahí remedando con mucho estilo al “Night Time Is the Right Time” original de Nappy Brown y versionada con acierto por los Sonics, entre otros grandes; “Turn Blue” es el único tiempo lento del disco en el cual se percibe una mayor claridad vocal por parte de un Iggy fogoso e intenso mostrando tener los recursos suficientes para sostener una pieza lenta que podría coincidir en estilos tanto a Bowie como a Kim Fowley; y “Neighborhood Threat” posee una pastosidad y resonancia de ascendencia lo-fi con perspectiva al alternativo ochentero, la construcción sonora del fondo musical es de lujo y rica en matices que viran desde arreglos corales hasta agresivas guitarras eléctricas de postura heavy (y que podría acomodarse en un venidero “Let It Be” de los Replacements).
El irreverente cierre lo depara“Fall In Love With Me”, estampa epítome de su inconfundible personalidad y estilo musical (que valga decirlo no caería nada mal en unos Roxy Music aun con Eno) cargada de morbosas alusiones sexuales, erotismo y picardía de incitaciones féminas y devoción al vino y a la nicotina en una sugerente y muy sinuosa atmósfera glam-bubblegum que provoca tanto bailarla y cantarla, hasta terminar uno excitándose y encamado con la primera persona que vea jugando a ese coqueteo innato y natural que todos como humanos tenemos y urgimos….enamórate de mi….
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