jueves, 24 de febrero de 2011

CREEDENCE CLEARWATER REVIVAL - COSMO'S FACTORY 1970

Una de las grandes sorpresas de finales de los 60 fue el surgimiento de la banda americana Creedence Clearwater Revival. Su atractiva propuesta de swamp-rock campirano que rescata las raíces blues y country-folk y la acerba voz de su vocalista John Fogerty dejarían perplejos a muchos de sus contemporaneos por su inmaculada instantaneidad en la elaboración de meritorias piezas rock deurora de la cultura musical americana. Dentro de todos sus destacables trabajos, este resulta ser el más ambicioso pues se expande acertadamente al explorar atmosféras psicodélicas que complementan con gran trascendencia su característico sonido de impronta.

A destacar entonces el corte que da inicio al disco, la fulminante "Ramble Tamble", una ávida pieza de demoledor comienzo y de aspera factura vocal que presentan un estimable pasaje psicodélico en su parte media. Demasiado extenso para algunos, lo cierto es que resulta imposible no dejarse llevar y perderse en su sugerente trato atmosférico y melódico de cierto aire compungido, el disco recobra su vigorosidad en la parte final para culminar la explosiva pieza.

El disco tambien presenta covers de clásicos del rock, todos ellos ejecutados con sobresaliente factura musical. Esta así "Before You Acuse Me", un estimable corte que resalta la potente voz de Fogerty al igual que deslumbra con su talente en las cuerdas al tocar con personalidad las notas del clásico de Ellas McDaniel. Otras muy disfrutables son la animada "Ooby Dooby" y "My Baby Left Me", meritoria pieza de punzante escencia blues-rock.

Su lado más campirano se exhibe en la notable "Lookin' out My Back Door", una soberbia canción de sugerente imaginería lírica (muy a lo "Lucy In The Sky With Diamonds") que presenta una risueña melodía vocal espontanea contrastada acertadamente con una parte instrumental sencilla e inocente.

Su talento en formulación instantaneas de corta duració queda registrado en la aceptable "Travelin' Band". Además presentan inconfundibles cortes como "Up Around the Bend", con ese eterno y clásico riff de intro y su apabullante postura swamp-rock. Igualmente invitan a refelxionar sobre la realidad coyuntural de su generación en "Who'll Stop The Rain", una memorable canción de protesta que conmueve por su desalentado clamo por la paz.

Lo mas destacable del disco resulta ser "Run Through the Jungle", un impresionante corte de angustiosa intro que parece dibujar en la mente ardientes terrenos sofocantes de arduas pericepias bélicas. Su punzante postura en la parte vocal por Fogerty cual cazador a la sombra de su víctima funciona acertadamente trayendo a la mente un callejon sin salida para la presa. Otra pieza meritoria es la inigualable "I Heard It Through the Grapevine", clásico de la Motown, que practicamente la hacen suya, optan por un estilo psicodélico de exótico fondo musical dominado por ese perturbador riff de bajo que amenaza eventualmente durante el corte, si a esto le agregamos la más que perfecta factura vocal de John Fogerty y esa incansable sección instrumental de espontaneidad psicodélica que se extiende hasta los once minutos; lo más memorable que consiguen hacer y hubiese sido un apoteósico punto final para el disco, sino fuese por la melancólica "Long as I Can See the Light", debieron ponerla antes o simplemente no ponerla.

Uno de los inmaculados trabajos de la incansable banda americana que en alredeor de tan sólo tres años lanzo 5 meritorios trabajos discográficos siendo este su gran obra maestra.

martes, 22 de febrero de 2011

LED ZEPPELIN - LED ZEPPELIN II 1969

ESTO SÍ ES ROCK!. Épico album de la banda inglesa, que evoluciona su propuesta blues-rock de su previo trabajo en un intenso sonido duro, derivado con personalidad, que expone su querencia e influencia por los ritmos afroamericanos, pero que lo lleva a otro nivel, con perspectiva a un rock mas duro, de potentes y desenfrenados porrazos de bateria, sucias guitarras heróicas y ásperos alaridos desdeñosos, todo esto aderezado con una sinuosa parte lírica. Implantando su sofisticado trato rítmico que influenciaría cosiderablemente a un gran número de bandas setenteras y que contribuiría con el robustecimiento del Hard rock y el Heavy metal de la decada setentera.

Deslumbran en su experimentación y expansión sonora teniendo de base al blues-rock y la libertidad psicodélica de Hendrix y Cream en demoledoras piezas contundentes como la orgásmica "Whole Lotta Love", un clásico eterno del Rock con esa inmortal intro ruda y desafiante, su espacio medio con exótica percusión simulando bongos acompañados del atmosférico fondo en el cual emergen clamores y gemidos de exitación carnal. Igualmente la traicionera "The Lemon Song", con clara alusión sexual, presenta un estruendoso solo de Plant que arremete en el ritmo, y un sobresaliente diálogo blues-rock entre la guitarra eléctrica de Jimy Page y la factura vocal chulesca de Plant. A destacar igualmente el trabajo en bajo de John Paul Jones que sostiene toda la pieza con cierta sinuosidad.

Otras piezas demoledoras son la efervescente "Ramble On", que contrasta acertadamente sútiles guitarras acusticas con un avezado coro. La canción esta muy bien nutrida de acordes espontaneos de guitarra acústica y electrica sin desentonar en su resultado. Tambien destaca "What Is And What Should Never Be", un muy estimable corte blues-rock; "Bring It On Home", una singular pieza de sigilosa intro con harmónica y explosiva orgía sónica de escencía rock; y la influyente "Heartbreaker" con ese detonador solo por parte de Page en su parte media-final, y el altanero estilo rítmico que consigue la banda exponiendo la actitud matonesca y la naturaleza rebelde del rock.

Tambien hay espacio para mostrar su lado calmado en la balada "Thank You", una meritoria pieza calmada de sentida parte lírica y de intensa factura vocal por Plant, y presenta cálidos acordes de guitarra acustica que ornamentan la pieza.

Cierran el disco dos meritables cortes. Primero la estimable "Moby Dick", con el épico solo de John Bonham, y "Living Loving Maid (She's Just A Woman)", una vertiginosa pieza de arena-rock que vuelve a exponer el gran talenteo de la banda para ejecutar eternos clásicos directos y con personalidad.

El desenfado histriónico de Page y Plant con compañia conjura un rotundo y conciso trabajo determinaría el origen de un nuevo sonido más ambicioso y derivado, y el comienzo de una nueva dirección del rock que marcaría el estampido del rock de estadio en los setenta.

lunes, 21 de febrero de 2011

IRON BUTTERFLY - IN-A-GADDA-DA-VIDA 1968

El exitoso trabajo que vió la luz en el 68 como sucesor a "Heavy". Supieron desarrollar en su base progresiva y psicodélica memorables piezas, más accesibles y variadas que consiguen, en comunión, un trabajo redondo y conciso que sugiere un viaje ácido a terrenos sonoros exitantes e intensos.

En la parte lírica, se presentan mucho más accesibles, con canciones sencillas, sin rodeos, fácil de interpretar, mas resultan muy disfrutable en su melodía. Esta simpleza queda contrastada estimablemente con la ambiciosa ejecución instrumental, que nos eleva por aires psicodélicos nutridos de riffs ácidos, guitarras pesadas y aguerridas, exóticas percusiones en tribal, atmosféricos solos de organos, magnetizantes ejercicios corales. Un adictivo y excitante trabajo de opulenta construcción, bastante meritorio para ser sólo cuatro miembros.

Da inicio "Most Anything You Want", un meritorio comienzo de intenso ritmo, y ornamentado en sus partes medias con jolgóricas notas de órgano (que parece por ahí escaparseles el solo de "Light My Fire").

Las más accesibles, "Flowers and Beads", una risueña oda al enamoramiento, y "Termination", permiten ver su vena beatleniana en el trato melódico, más en la ejecución brillan con luz propia. A resaltar sa acertada cascada de platillos que acompañana al destacable riff, y su exótica parte final que evoca gemas preciosas resplandeciendo en mil colores ante la luz. Tal cual lo hacen todos los cortes del disco.

Destaca notablemente la hipnótica "My Mirage", lo más cercano al "Heavy", que consigue cierto misticismo propio exaltado por este sonido denso y fangoso del organo, característico de la banda, que resalta el angustioso estado del protagonista. Otra es la apabullante "Are You Happy" presenta belicosas guitarras electricas y un avezado y contundente solo de bateria y guitarra en la parte final que enaltece la exuberancia del disco.

Y la canción que da nombre al disco "In-A-Gadda-Da-Vida", el gran clásico de la banda, exhibe su tendencia progresiva en una ambiciosa pieza de 17 minutos que permite ver el gran talento de sus cuatro miembros. Ese memorable solo de órgano en la intro ya nos induce a una recóndita aventura sonora lisérgica cuyo adictivo solo ácido de guitarra y su simpleza lírica quedan bien complementadas a lo largo de la conseguida pieza de siniestra atmósfera y lúgubres evocaciónes; con un solo centra en tribal vuduista que ve a la distancia asomar sutiles notas mesmerizantes de órgano, seguido por reboltosos golpes de bateria y guitarras electricas que dirigen al fin de la fastuosa pieza, con ese inmortal coro enaltecido por el riff ya referido previamente. El disco concluye con el enigmático solo de órgano introductorio, como si aca no hubiese pasado nada.

De los más plausible que pudo dejar el heavy-psichedelic y el acid-rock deudor de Hendrix y Cream.

domingo, 20 de febrero de 2011

THE VELVET UNDERGROUND - THE VELVET UNDERGROUND 1969

Puede que sus previos trabajos (en los que aún trabajaban con John Cale) hayan sido más innovadores y hayan tenido mayor impacto y repercusión (no necesariamente inmediata), pero sería recién con este disco con el que lograrían la redondez sonora. Es un trabajo disfrutable de inicio a fin, sin desperdicios, en el cual se aligera considerablemente de las pautas vanguardistas que venian ofreciaendo previamente, y optan con melodías pop más tibias y apacibles, dejan a un lado el frenesí del rock (aunque se puede escuchar algunos retazos por ahí), se sientan en círculo y se ponen a componen muy apreciables canciones de melodía pop deudor de los Beatles, sin rodeos ni complicaciones. La espontaneidad del disco resulta refrescante, casi necesaria, tras la explosión psicodélica de los años anteriores, e incluso de su propio estilo vanguardista.

En general, para ser ideas simples, les hubiera ido mejor si hubieran acortado el tiempo de varias de las piezas. Sin embargo tras reescuchas esto resulta algo obviable; es el manejo calmado, natural y despreocupado con el que elaboran las canciones lo que consigue sorprender y termina enamorandose uno de su envolvente serenidad.

Resulta entonces, necesario destacar variaz piezas del trabajo, como el primer corte, una preciosas gema delicadamente ornamentada, "Candy Says"; un manjar para los oidos con esos cordes que resplandecen en el aire. "Pale Blue Eyes" es igualmente disfrutable, algo larga pero envolvente en su acomodada serenidad. "I'm Set Free" es otra hermosa e intensa pieza de muy estimable fondo instrumental.

Pero la que lleva todos los aplausos en la subliminal "Jesus". Un estilete lanzado directo a la sensibilidad humana. Esos hermosos acordes traen a la mente celestiales tules deslizandose por los aires, el bajo acertado y consistente, una inmaculada pieza que se ilumina con luz propia ante la añoranza del auxilio del redendor en un tenue y abatido llamado. De lo más hermoso que he escuchado.

Tambien presentan canciones animadas de cierta escencia rock&rocll, como la refrescante "What Goes On", aderesada con ácidas guitarras que no desentonan a dirección del disco, o la vigorosa "Beginning To See The Light", un animado corte de disfrutable trabajo melódico en la guitarra. "Some Kind Of Love" intrincada y astuta pieza que atrea por su difusa letra y su sinuoso empleo de la guitarra, muy sugerente.

"That's The Story Of My Life" sirve de puente para presentar la parte más arriesgada del disco: "The Murder Mystery", soberbia pieza de avant-garde que perturba con esa estupenda escalera de guitarra y esos acertados golpes de platillos, seguido de un breve y envolvente cóctel psicodélico, para luego arremeter con inquietantes voces masculinas, historias entrecruzadas, frías, cual film policial, diagolos superpuestos, y con un coro que emplea acertadamente a su baterista Maureen Tucker en la voz (quien además destaca en la percusión), que sugiere una sensual y peligrosa femme fatale muy a lo film-noir. La pieza es extensa, pero la saben llevar muy bien, aderesándola con vertiginosos solos de órgano Hammond. El contraste resulta destacable tras la escucha de unos velvets calmados a lo largo de la primera parte del disco. Realmente se presenta como una pieza digna de los 60s que solamente a ellos se les podía ocurrir. La parte final presenta confusión y psicosis pasiva, incisiva, perturbadora.

El disco culmina con la acústica "After Hours", en voz de Maureen Tucker nuevamente. Un acertado punto final que nos lleva al estilo con el que comenzo el disco. De simpática melodía y corta duración. Asi termina una singular y muy estimable aventura musical, que nos lleva por pasajes angelicales, añoranzas celestiales, tentaciones sinuosos y psicosis psicodélica. Los Velvets culminan por lo alto su influyente aventura sesentera.

sábado, 19 de febrero de 2011

RAMONES - RAMONES 1976

Se puede decir que este es el primer trabajo discográfico punk propiamente dicho. El primero en las islas inglesas sería el "Damned Damned Damned" de los Damned, y este saldría recién a comienzos del 67.

Talvez el disco más sorprendente de todos los tiempos sea este mismo. El motivo: mostró a todo el mundo y a sus mismos contemporaneos lo mucho que se puede abarcar llevando todo a lo básico. Se alejan con repudio de las complejidades sonoras y los ostentosos arreglos del glam-art rock y escapan de los heróicos riffs y del estilo comercial de rock de estadio. Tampoco buscan resucitar cual fiel calco el mejor momento de la historia del rock, los 60s. Todo lo contrario, absorben la escencia instantanea de la música rock previa a la explosión másica de mediados de los 60 y aprenden a influenciarse de ella igual como lo hicieron sus previos mentores (Los Beatles, los Beach Boys). Pero el factor más importante es que en su humildad y sensatez, aceptan que nunca conseguiran la majestuosidad en la guitarra de Hendrix ni la sensibilidad melódica de McCartney o Brian Wilson, ni poseen talentosos multiinstrumentistas como Brian Jones. Sin embargo, y paradojicamente, su trabajo termina siendo uno de los mas influyentes y marcadamente necesarios en la escena setentera del rock.

Y es que nadie se la olía venir. El proto-punk, género del cual se registra material discográfico hasta poco más de una década antes del 77, posiblemente sea el principal preludio de la explosión punk, pero su repercusión estaría lejos de lo imaginable. Y es que es bastante fácil ver la influencia de los Ramones en la sustancial cantidad de trabajos ochenteros, noventeros y actuales; todos influenciados directa o indirectamente por ellos.

El disco, que a las justas llega a los 30 minutos, es un vendaval bubblegum muy accesible y muy disfrutable del cual resulta imposible aburrirse. La formula radica en ejecutar canciones breves, directas, entretenidas, simples, espontaneas, de escencia pop y con personalidad. Algo tan elemental que a nadie se le ocurrió por esos años. Pero los Ramones van más alla de ser una formula, ellos consiguen con astucia y estilo propio elaborar un sonido pastoso de fondo de guitarras rebeldes y consistentes y de sección de bajo rítmico muy adictivo y nervudo que van convenientemente complementados con una socarrona y avispada parte vocal-lírica.

Todo esto que registrado a lo largo del trabajo, con jocosas ejecuciones en las meritorias e inmortales "I Don't Wanna Go Down To The Basement", "Now I Wanna Sniff Some Glue", "Havana Affair" o la clásica "Blitzkrieg Bop". Resulta algo insulso destacar una más que otra pues todas conglomeran un viscoso mejunje sonoro adictivo del cual resulta inevitable serle indiferente.

Y por si fuera poco, consiguen un acertado estilo indumentarío de lo más singular que hace que nos resulte practicamente imposible imaginarnos a los Ramones sin jeans rotos o chaquetas de cuero. Basta con ver la portada del disco. Simplemente unos genios.

PIXIES - DOOLITTLE 1989

Contundete trabajo de la banda americana. Ejecutan con originalidad y perspicacia eminentes composiciones que engloba su amplio y estimable bagage musical, que abarca desde querencia sesenteras de pop beatleniano; experimentaciones y noise a lo Velvet Underground; catarsis, gritos y alaridos a lo Zappa, hasta la diversidad sonora setentera de Bowie, el punk ramoniano y el post punk; e incluso toman algo de sus contemporaneos (se escucha ecos de Violente Femmes y Sonic Youth). Todo esto con un agudo estilo propio que se vió madurando en sus predecesores "Come On Pilgrim" y "Surfer Rosa", y que alcanzó la perfección en este disco que no decepciona en su redondez.

El disco comienza con la demoledora "Debaser", himno generacional que precede acertadamente la orientación sonora que experimentaría la escena musical americana al enfocarse en la angustia, la rebeldia y la desolación existencial juvenil a comienzo de los 90. Esto se demuestra por el relevante número de bandas noventeras tanto americanas (Nirvana) como inglesas (Placebo) e incluso actuales (White Stripes) que fueron influenciadas por sus previos trabajos tanto directa como indirectamente.

Fuera del gran impacto en el contexto alternativo al que anticipan en su trabajo, consiguen presentar piezas bastante disfrutables de sobresaliente ejecución rítmica y original lírica surrealista, todo esto con cierto enfoque oscuro y taimado. Ejemplo de ello son la intensa "There Goes My Gun", la muy estimable "Wave of Mutilation", que refresca el disco por el fondo instrumental ligero y despreocupado que consigue, o la singular "Monkey Gone to Heaven" que presenta su clásica frase "...and the Devil is six, and God is seven...".

Su particular estilo minimalista, muy infuenciado en los Ramones, queda manifestado soberbiamente en la acerba "Tame", un astuto corte de simple ejecución pero de mordaz factura musical, que desencadena su catarsis en su coro simple y directo. Esto mismo se aprecia tambien el el corte final del album, la sardónica "Gouge Away".

Igualmente acierta en no extenderse en demasía sobre una idea o canción. Pocas canciones pasan los tres minutos, y la mayoria van alrededor de los dos minutos. Este recurso les permite obtener una instantanea contundencia sonora que los aleja de falsas pretenciones, realzando considerablemente la variedad musical del disco. Esto se observa en la avida "Crackity Jones" de fulminante ejecución ritmica y "Mr. Grieves", un respetable corte con singular intro reggae y es el que mejor exhibe el gran talenteo de la banda de manejar a su antojo el ritmo, el tempo, el estilo musical y la dirección de la pieza sin caer en fallidas nadeces y, por si fuera poco, con un notable atractivo comercial.

"Dead" es la pieza mas astuta del disco, con perturbadora intro en percusión tribal (algo similar a "Astronomy Domine" de Pink Floyd), la morbosa guitarra eléctrica emulando a una sucia y corroída sierra eléctrica con esa apabullante escalera de acordes de guitarra seguida del primer verso, se calma con sofisticación aproximadamente a la mitad, para luego volver a arremeter con fiereza, una brillante composición que deslumbra por la instantaneidad con la que presenta todos esto recursos.

El disco tambien ofrece cortes más calmados, todos muy estimables y disfrutables, sin desentonar la catarsis del disco. Así resaltan "Hey", de calmado ritmo pero de eventuales acordes de fulgurantes guitarras acidas, la cortavenas "I Bleed", una soberbia pieza de falsas sonrisas que ejemplifica en su ejecución la balada alternativa, llena de angustia existencial y de desengaño ante la vida, y que posee un estimable final con asperas y refulgentes guitarras en la parte final (que luego Placebo emplearía marcadamente como recurso básico para varias de sus composiciones), y la pieza más arriesgada es "Silver", una verdadera curiosidad cuyo destacable empleo de las cuerdas tiene cierto evocación al Bowie de "The Man Who Sold The World"-"Hunky Dory" en un ambiente tétrico y morbido, que no resulta nada desdeñable.

La parte más accesible del disco se presentada con "La la Love You", fresca y desenfadada, un astuto medio tiempo; la "No. 13 Baby", perfecta para corearla en un concierto; o la archiconocida "Here Comes Your Man", cuyo primer acorde recuerda al inconfundible "A Hard Day's Night" de los Beatles, y que aligera considerablemente por su simplicidad sonora, su sección rítmica relajada y su adictiva melodía (a destacar el solo de bajo).

La gran sorpresa de los 80, y definitivamente uno de los trabajos más interesantes y sobresalientes de todos los tiempos, que crece en posteriores reescuchas. Aún en la actualidad se puede apreciar su gran influencia e impacto.

martes, 15 de febrero de 2011

VAN MORRISON - MOONDANCE 1970

Dentro de mi cabeza siempre ha rondado la idea de qué hubiera pasado si Van Morrison no hubiese dejado Them, probáblemente la banda tendría un mayor número de soberbios trabajos discográficos que seguiría su estilo musical RnB y soul, aunque claro, el impacto de sus contemporaneos eventualmente les hubiese cobrado factura y hubiesen tenido que optar por el cambio que prácticamente todas las bandas dieron a partir del 67 en adelante; cambio por el que más de una terminó perdiendose en mediocridades o trabajos inferiores. Talvez este hubiese sido el destino de Them, talvez no, claro; quien sabe.

Lo cierto es que Van Morrison consiguió justificar con una muy estimable discografía su necesidad de volar solo y de tomar el control de su propio sonido y estilo musical, su talento en la composición y claro, su tremula factura vocal.

De todos sus trabajos, "Moondance" destaca considerablemente por su gran accesibilidad y su memorable elaboración, que resalta su querencia por la música afroamericana, y que la emplea con sofisticación en notables y sentidas ejecuciones de delicado tacto melódico.

El comienzo del disco ya promete bastante. "And It Stoned Me" es una bellísima canción que sugiere con nostálgia y melancolía viejos buenos recuerdos que fulminan el alma y que llega a su climax con ese incontenible "...and it stoned me to my soul, stoned me just like going home..." enaltecido por la factura dolida e inpotente de la voz de Morrison. Resulta imposible ser indiferente ante súbita emotividad.

Le sigue la soberbia "Moondance", una estilizada pieza de escencia jazz muy bien cuidada que enaltece la calidad del trabajo (por algo el disco presenta el mismo nombre). "Crazy love" es otra de las grandes baladas del disco; aqui se registra un Morrison mucho más tenue y sereno, que invita a la calma junto con esos delicados acordes acústicos, cuidando con mucho celo sobrexaltarse. Una delicia de canción.

La gema del disco es definitivmente "Into de Mystic", probablemente la balada más hermosa escrita en todos los tiempos. Acierta con esa subliminal intro de calidos acordes mañaneros y evoca referencias amorosas con trasfondo simbolista en la mente, que comienza con ese enternecedor "...We were born before the wind, also younger than the sun...."; juega con sútiles y oportunos acordes y saxos en el fondo músical; y sobre todo apasiona hasta al más insensible con su descarragora voz entonando ese conmovedor "....I don't have to fear it and IIIIIII wanna rock your gypsy soul...". Honestamente este hombre nació para cantar esta canción pues nadie lo haría igual. Un porrazo directo a la sensibilidad melómana y humana.

Otras destacables piezas con "Come Running", "Brand New Day", "Caravan" y "These Dreams Of You", estimables piezas que complementan la finura y gracia del trabajo característico del artista.

El final del disco es de lo más disfrutable, primero por "Everyone", preciosa pieza de accesible melodía, cuyo fondo instrumental resplandece con esas sutiles trompetas y esos espontaneos solos de flauta dulce que le dan cierto aire medieval. Y finalmente por "Glad Tiding", digno punto final de ritmo animado que luce la sofisticación y elegancia del trabajo melódico que consigue este gran cantautor, elevandolo a la redondez sonora y a la perfección.

lunes, 14 de febrero de 2011

Los Consagrados: BLONDE ON BLONDE 1966, WHITE ALBUM 1968, ELECTRIC LADYLAND 1968, EXILE ON MAIN STREET 1972

Si existiese en este mundo algo así como un museo de la música moderna, uno meritorio claro, no frivolidades ni intrascendencias vanas como el "Hall of fame", a estos cuatro discos les correspondería un lugar digno y privilegiado. Todo lo que fue y será queda registrado en esto soberbios discos que aunan lo mejor de los cuatro géneros musicales más representativos de la segunda mitad de los 60: Folk-pop, rock, blues, psicodelia, y la fusión de estos con otros mas.


Redondos, concisos, pretenciosos, innovadores, se les podrían calificar de diversas maneras; mas resulta necesario resaltar (y aunque suene paradójico) que estos discos no buscan revolucionar ni pretenden renovar los cimientos de la música comercial. Todo lo contrario, estos trabajos celebran el inmaculado florecimiento que consiguió en tan pocos años, y con tamaño impacto, la música moderna entre el 65 y el 69. Y aún en la actualidad se puede persibir su repercusión

Curiosamente estos cuatro trabajos resultan ser discos dobles. Probablemente si se hubiesen eliminado algunos pasajes menos interesantes de cada disco y se hubieran lanzado en trabajos simples, talvez no hubieran tenido el mismo aire de memorial musical que consiguen, y hubieran sido mas bien uno más en sus invalorables discografias, lo cual de por sí hubiese sido igualmente estimable.


Para comenzar, "Blonde on Blonde" es un excelente muestrario de uno de los genios musicales, Bob Dylan, de como elaborar memorables conposiciones folk-pop con querencia blues, y como expandirse en este género sin perder el foco y elaborando un trabajo redondo y conciso. El fuerte de Dylan es la parte lírica, un hombre con tanto bagage literario y que desde muy joven gustó de la poesía y de la lectura de una amplia variedad de escritores; todo esto le sirvió para poder inspirarse y elaborar de entre las canciones más hermosas y complejas, con su estilo vocal nasal propio acompañado de su equipo instrumental que complementan con creses su visión musical.

A destacar una de sus grandes obras maestras, "Visions of Johanna", tan rica en imaginería lírica que dibuja en la mente del receptor una amplia variedad de escenas y pasajes de remembranzas y percepciones propias de este genio, y que valen cada momento de los siete minutos que dura la canción. Aderesado con una acertada y melancólica harmónica y un sentido y sutil trato instrumental consiben una de las más hermosas y memorables baladas folk-pop que se han podido elaborar en los 60s.


El controversial "White Album" de los Beatles, algunos lo consideran su mejor trabajo discográfico por su amplio repertorio musical, mientras que otros opinan que, quitando algunos pasajes, hubieran conseguido un trabajo más rotundo. Puede que sea verdad pero el punto es que el disco resulta ser un gran e imprescindible logro que luce en su base minimalista y pretenciosa cuánto puede conseguir el pop en sus distintas vertientes. Desde calmadas e íntimas baladas como "Blackbird" o "Julia", hasta elaboradas genialidades pop como "Happines is a Warm Gun" o "Good Night".

Soberbias composiciones pop por parte de McCartney en las cuales se observa su impecable sensibilidad melódica en la reflexiva "Mother Nautre's Son", la vigorosa "Back in the U.S.S.R." o en la simpática "Honey Pie", asi como su lado mas rocker en la demoledora "Helker Sketler". Lennon aporta poderosas canciones de descarga blues y rock como "Yer Blues" o la vibrante "Everybody's Got Something to Hide Except Me and My Monkey". Además expone su lado más melódico en la hipnótica "Dear Prudence" y en la letárguica "I'm So Tired". Harrison también sorprende con su clasica "While My Guitar Gently Weeps".

Contradictoriamente, el disco resulta ser el que mejor exhibe el talento de sus componentes. A pesar de que en el momento de su ejecucción la banda pasaba por problemas internos, encontraron en su liberación grupal una autonomía musical que les permitiría llevar sus ideas y propuestas sonoras con mayor proliferación y contundencia.


Jimi Hendrix, el virtuoso guitarrista de Seattle sorprendería no sólo por sus sobresalientes dotes en la guitarra, sino que demostraría ser uno de los frontman mas memorables al absorver recursos escénicos de sus contemporaneos y hacerlos suyos. Probablemente el momento mas célebre sería su "sacrificio a la guitarra" en Monterey. Además de ello brindó sorprendentes trabajos discográficos que registran su gran talento vocal, lírico e instrumental junto con la Jimi Hendrix Experience, y entre sus más resaltantes discos, definitivamente "Electric Ladyland" resulta ser su trabajo mas consumado y ambicioso.

Deslumbrante disco doble en el cual Hendrix oferta psicodelía del más alto calibre, y la conduce en sus diversas vertientes que nos lleva a un alucinante viaje sonoro lisérgico. Exhibe blues-rock sofisticado de querencia jam-session en la extensa "Voodoo Chile", la mesmerizante pieza de psicodelía y stoner rock "1983... (A Merman I Should Turn to Be)", la astuta y fulgurante "Gipsy Eyes", con esa percusión en la intro que parece preceder la música dance-funk, "Burning in the Midmight Lamp", una intensa e interesante pieza que presenta arreglos corales gospel, el caprichoso juego de guitarra por Hendrix en "Still Raining, Still Dreaming", la fulminante "Come On (Let the Good Times Roll)" con un solo de guitarra a lo largo de la canción que deja boquiabierto por su increible espontaneidad, o la intensa "All along the Watchover" un cover de Dylan de deslumbrante ejecución por parte de Hendrix. El trabajo resultaría ser la consagración del virtuoso músico en la escena rock y demostraría a críticos y escépticos por qué es considerado el mejor guitarrista de todos los tiempos.


Y finalmente los Stones no podían faltar en este memorial con su imprescindible "Exile on Main Street". Para algunos no resulta tan implacable ni sobresaliente como su trabajo mas importante, el "Let it Bleed", y esto básicamente porque en sí el disco, al igual que los previos tres ya mencionados, no presentan singles potenciales ni pretensión comercial, ni mucho menos aires de revolucionar la música. Al contrario, "Exile on Main Street" se percibe más como un meritorio tributo a la música afroamericana que les influyó enórmemente, al igual que a la música country-folk. Y esto se ve expuesto a lo largo del memorable disco doble (disco simple en la reedición) en soberbías piezas como el rock mórbido de "Rock-off", el country-folk campirano de "Sweet Black Angel", fusión de gospel y pop en la hermosa balada "Let It Loose", el blues más accesible en "Shake your hip", el rock&roll a lo Little Richard en la brillante "Rip this Joint", y hasta la interesante "I Just Want to See His Face", un apreciable medio tiempo que busca introducirnos a un recógnito ambiente blues prohibido para la gente blanca.

De todo el significativo material presente en el disco, cabe destacar "Sweet Virginia" que auna sobresalientemente diversos géneros musicales con un acertado oido crítico. Comienza con un lastimero y memorable solo de harmónica con querencia folk-country, presenta en su intermedio un solo de saxofón a lo blues-jazz y culmina con un festivo arreglo vocal gospel. Todo eso en cuatro minutos y medio.


Probablemente estos discos pequen de no ser tan accesibles como sus previos trabajos y se comprometan asi en logros musicales más artísticos que comerciales; por lo cual el gusto y la querencia por ellos puede resultar subjetivo; pero creo que todos los amantes de la música sesentera y de la música en general deberían por lo menos darse la oportunidad de escuchar y disfrutar estos trabajos. Cuatro discos básicos que escapan del sonido comercial y se aposentan en el lado artístico e instantaneo de la música, y que resultan inprescindibles para poder concebir la gran magnitud e importancia del auge del rock y el pop de todos los tiempos.

domingo, 13 de febrero de 2011

THE KINKS - ARTHUR (OR THE DECLINE AND FALL OF THE BRITISH EMPIRE) 1969

Otra de las grandes obras maestras de finales de los 60s. El mejor trabajo de los Kinks resultó ser "Arthur", un conseguido trabajo que luce su soberbio tacto melódico, sobre todo de la parte de Ray Davies, para elaborar con acierto complejas composiciones de escencia pop, pero que auna a su vez diversos géneros y estilos musicales sin perderse en pretensiones insulsas ni caer en complaciencias acomodadas.

De lo expuesto anteriormente, probablemente el ejemplo más significativo sea "Shanrgi-La". Una compleja pieza pop que comienza con una melodía acustica calmada y tenue, seguido por un puente contrastante más animado que propicia el coro de ascendencia épica. La parte media contiene una especie de medio tiempo más airoso, con trompetas, que le brinda sofisticación y opulencia a la pieza sin sonar disonante. Basta con escucharla para comprender la complejidad y diversidad sonora contundéntemente aunada en esta pieza.

Otras composiciones en las que resalta este recurso son "Yes Sir, No Sir", de acertada intro de bateria y bajo, y sobre todo "Mr. Churchill Says", la segunda gran pieza del disco. Su apacible parte inicial parece acentuarse en una relajada composición pop, hasta que irrumpe unos efectos de sirenas que aceleran el tempo y comienzan su destacable segunda parte de descarga acelerada.

Las baladas acústicas son también destacables, el desasosiego de "Some Mother's Son" narra la angustia por parte de una madre cualquiera que acaba de perder a su hijo, otro cualquiera, en la guerra. "Young and Innocent Days" puede sonar letárguica para algunos, pero en mi opinión es una acongojadora pieza de añoranza al pasado, a la infancia, a aquellos tiempos en los que la vida escapaba de problemas.

En general el disco presenta piezas de estilo elegante y sofisticado, elaboradas y espontaneas; escapando de pretensiones y procurando la elaboración de cortes coherentes e interesantes. Producen un trabajo sin altibajos ni desperdicios. Como claros ejemplo estan "Victoria", "Australia", "Arthur" o la animada "Drivin'".

Tambien presentan interesantes y estimables piezas de crítica social en "Nothing to Say" y "Brainwashed", o alineación social en "She's Bought a Hat Like Princess Marina".

En fin, los Kinks en lo más conundente de su discografía y uno de los trabajos más estimables que despediría la decada del 60.

martes, 1 de febrero de 2011

THE BEACH BOYS - PET SOUND 1966

Uno de los discos mas influyentes de todos los tiempos. El "Pet Sound" de los Beach Boys significaría para la escena musical una madurez en todos los aspectos: La parte instrumental mas detallada y compleja, con una gran cantidad de artistas de estudio y con el empleo de instrumentos exóticos; la parte lirica de acertada elaboración melódica, con el apoyo de Tony Asher; la estupenda parte vocal, donde Brian Wilson y compañia se lucirían en deslumbrantes ejecuciones corales (basta con escuchar "You Still Believe In Me" o "Sloop Jhon B" entre otras) y por supuesto la sofisticada producción y trabajo en estudio que dejaría boquiabiertos a todos sus contemporaneos que no se imaginaban que se podría conseguir tanto en un estudio de grabación.

Resulta insulso destacar una canción mas que otra, todas son basicamente especiales. Desde las mas lentas e intimas "Don't Talk (Put Your Head on My Shoulder)" y "Caroline No", hasta las mas animadas "Wouldn't It Be Nice" y "I'm Waiting For the Day". Otras presentatn compleja construcción musical, como "God Only Knows" y "You Still Believe In Me" y las canciones instrumentales "Let's Go Away For Awhile" y "Pet Sounds" resultan un deleite para los oidos, escapando de las pretenciones y complejidades del disco.

Talvez para las nuevas generaciones el sonido del disco no les sorprenda, ya en la actualidad hay taaaantas bandas que hacen lo mismo en arreglos corales vocales, construcciones de muros de sonido, entre otras técnicas de estudio (Animal Collective por ejemplo). Pero no hay que olvidar que el "Pet Sound" fue el PRIMER disco en ofrecer tanta complejidad musical, y que probablemente si a Brian Wilson no se le hubiera ocurrido elaborar un disco como este en ese momento puntual, los mismos Beatles y la musica en general hubiesen tenido que esperar unos años mas para poder lograr la gran madurez musical que se verían en los trabajos influenciados por esta gran obra maestra.

THE BEATLES - RUBBER SOUL 1965

El primer gran disco de los Beatles. Si con "Beatles for Sale" ya se apreciaba un despego del merseybeat característico de sus trabajos anteriores y del rock and roll mas comercial; y ya con "Help!" se notaba un refinamiento en el tacto melódico y en la factura instrumental (si no fuese por la insoportable estridencia de "Dizzy Miss Lizzy"), con "Rubber Soul" los Beatles consolidan un nuevo sonido más maduro y refinado que se aleja de los años comercialmente mas productivos y se adentra en un pop-rock más serio y elaborado.

La gran madurez se aprecia sobre todo en la parte lírica. Impresionan con reflexivas e introspectivas composiciones, sobre todo por parte de Lennon y McCartney. Resaltan en esto una de las piezas mas sorprendentes de todo su catálogo: "Nowhere Man". La melodía vocal e instrumental se influencia considerablemente de los Byrds en "Mr. Tambourine Man", pero los Beatles pulen este estilo melódico en una canción que habla del vacio existencial y de la falta de identidad, en la que posiblemente estaba recayendo Lennon ante tanto trajín que originaba el fastuoso éxito de la banda. Lennon también sorprende con "The Word", animado tema en el cual ya comenzaría a exponer su particular punto de vista pacifista que luego se consolidaría con la irrupción de Yoko Ono en su vida.

Deslumbran con su carasterístico trato melódico en estimables canciones como "Run For Your Life", "Wait" e "If I Needed Someone", y sobresalen en acertadas ejecuciones pop de querencia mas beachboyera como la sublime "You Won't See Me" (donde se muestra los arreglos corales a lo Beach Boys").

"Norwegian Wood" es una hermosa pieza de cierta mística legendaria-medieval que sorprende gratamente por parte de los Beatles, mostrando así que pueden abarcar comodamente diversos estilos líricos y escribir con originalidad sobre variados aspectos. Destaca el innovador empleo de instrumentos exóticos, el sitar, en la música comecial.

Otra hermosa pieza es "In my Life", una memorable canción que reluce añoranzas íntimas por el amor, la amistad y los recuerdos y que posee un nostálgico solo de clavicémbalo por su productor George Martin en la parte media que eleva la pieza a lo mas glorioso de la melancolía pop. Una gema de la melodía pop.

Si con "Yesterday " McCartney sorprendió en la primera mitad del 65 por su elegante y sofisticada ejecución, con "Michelle" logró algo bastante similar. Es una memorable pieza de notable intensidad musical que encanta y apasiona de principio a fin. Esos frios y lastimeros acordes, esos sutiles y oscuros arreglos corales, en fin una sobresaliente composición que reluce en inmaculado talento de los Beatles, sobre todo de McCartney, en la construcción de melodías pop intensas, sofisticadas, accesibles y que provocan adicción sonora.

Otra muy estimable contribución de McCartney es "I'm Looking Through You", canción de desamor que presenta un interesante estilo lírico que no se le apreciaba previamente: su posición parece ser de decepcionado y despectivo ante el ser amado; todo esto ante cálidos y calmados acordes de guitarra. Bastante estimable.

Retazos de psicodelia se pueden apreciar en la jocosa "Drive my Car". Mezcla de Pop y country-folk se aprecia en la animada "What Goes On". En fin, este sería la gran sorpresa de finales del 65 que culminaría con broche de oro este año y que nos adelantaría la gran e invarolable calidad de los trabajos que nos dejaría del 66 en adelante.

BLACK SABBATH - PARANOID 1970

El Hard Rock se pone serio.

Magistral trabajo de la banda forjadora del hard rock. Un espléndido disco conceptual que saca a relucir la madurez de la banda y la solidificación de un sonido oscuro, mordaz y más consistente que su predecesor disco homónimo.

A partir de su basamento blues, construyen demoledoras piezas que presentan ese característico tempo propio del genero Hack Rock, que se aprecia en las estupendas "Paranoid" y "Iron Man". Dos de las mejores piezas del catálogo de la banda de las cuales ya todo se ha dicho. A destacar la construcción rítmica de la primera.

"War Pigs" resulta de entre lo más interesante del disco. Empieza con un detonante empleo de guitarra eléctrica y bajo, seguido por un silencio en el que emerge Ozzy con su tajante voz en espacios sin fondo musical, y en los que la guitarra electrica de Tomy Iomi prácticamente dispara mordacez riffs para luego demoler junto con la bateria de Bill Ward y el estimable bajo de Geezer Butler. Es una forma pulida de elaborar Hark Rock menos estridente y de escencia mas blues, con una notable factura lírica que reprocha la indiferencia e indulgencia del los entes corroídos de poder.

La arriesgada "Planet Caravan" puede gustar como resultar algo somnífera. En mi opinión pudo haber sido mas corta, pero igualmente es una excelente pieza que aligera acertádamente la carga Hard Rock del disco. Reflexiva y apacible pieza de imaginería lírica simbolista que parece evocar una atmósfera confusa de sensación lúgubre.

La tenaz "Electric Funeral" presenta una orgía sónica de guitara eléctrica, bajo y batería. Es la canción mas desenfrenada del disco que presenta un empleo de guitarra eléctrica que enaltece el nombre de esta misma. Apocalíptica ejecución que dibuja un aterrador destino de una humanidad perdida en la violencia bélica.

"Hand Of Doom" exhibe una muy estimable construcción musical; el bajo en la intro para introducirnos en un ambiente nefasto y desventurado, seguido por la inicua voz de Ozzy que, al llegar a la parte del coro, explosiona junto con incisivos riffs de guitarra electrica y con percusión desenfrenada. A destacar la factura vocald e Ozzy, la mejor que se registra de todos los discos. Vale con creces los siete minutos que dura la canción.

"Rat Salad" y "Fairies Wear Boots" culminan condundentemente una rotunda obra maestra sin desperdicio (ya no se extienden innecesáriamente como en su previo trabajo).

THE ROLLING STONES - BEGGARS BANQUET


 

Año: 1968
País: Reino Unido 
Género: Blues-rock
Puntuación: ▲▲
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Rotunda obra maestra de unos inspirados Rolling Stones, quienes luego de meritorios trabajos previos que les permitieron explorar las diversas vertientes musicales de sus contemporáneos, finalmente consiguen cimentar su basamento blues y su querencia por el country y el folk; y apuestan así por giro musical que conglomera todo su bagage y su querencia sonora con su estilo incisivo y desenfadado. Exploran con soberbia tempos calmados, melodías desoladoras y letras depresivas, al igual que acerbas y mórbidas ejecuciones del rock basado en el blues más rudo y punzante. Todo esto con un astuto y acertado ingenio lírico (deudor de Dylan), y una simple y sobresaliente ejecución vocal e instrumental que cautiva en las baladas acústicas más sosegadoras así como desencadenan el frenesí en las piezas rock más crudas y demoledoras de cabal visceralidad.

Los Stones rebosando de recursos líricos. Este trabajo registra la mayor cantidad de referencias dylanianas pero con el propio estilo de la banda. Basta con escuchar la genialidad de "Jigsaw Puzzle", una estupenda pieza que desborda imaginería lírica, al igual que la palpitante "Sympathy for the Devil", satánica pieza de innovador ejecución musical (probablemente precedida por los ecos sonoros latinos que se pueden registrar en su previo trabajo "Their Satanic Majesties Request"). La canción evoca pasajes históricos en los que el diablo tentó en diversas circunstancias a mercenarios o cómplices como Pilatos o el asesino de John F. Kennedy. Todo esto aderezado por un fondo musical de percusión latina-africana; al giaul de destacable que su clásico “Street Fighting Man”, una de las mejores composiciones stonianas con emblemático riff y textos de acerba crítica social sobre als guerras civiles y la violencia social.

Las baladas resultan ser un gran deleite para los oídos y penetran en la sensibilidad melómana. Resalta "No Expectation", una desdichada pieza lenta que narra la caída de un hombre en desgracia y el rechazo a continuar en la misma ciudad que lo vio caer. Un calmando y templado fondo instrumental con acordes emergentes de delicado tacto melódico complementan con soberbia la hermosa pieza.


El rock más agresivo se disfruta en "Parachute Woman", un blues-based-rock de clara alusión sexual, o la "Stray Cat Blues", otra estupenda pieza en la que la imaginería lírica se luce en la creación de imágenes de retorcida e implícita carga sexual

El lado más country-folk se observa en dos estupendas piezas: "Dear Doctor" que narra con un fondo lírico sardónico la desventura de un infortunado novio que tras descubrir, justo a punto de ir al altar, que la novia se le escapó a Virginia con su primo, se reúsa a seguir viviendo con este dolor que le aqueja allí donde alguna vez hubo un corazón. "Prodigal Son" es otro de los mejores momentos del discos; simple en su basamento country-folk campirano, narra la historia del conocido hijo pródigo y que presenta un muy disfrutable trabajo en las cuerdas.


Resulta igualmente disfrutable la simpática balada "Factory Girl" con risueños recursos folk en las cuerdas con exótica percusión en tribales. Y el corte final del disco es una de la baladas más memorables registradas en la discografía de los Stones; podrá sonar par algunos algo falsa por su pretensión de protesta o reflexión, pero en general la canción, de melodía simple, posee una notable belleza e intensidad vocal correctamente trabajada con apoyos corales gospel. Culmina sorpresivamente con un tempo acelerado que resulta bastante apreciable como punto final apoteósico de esta gran obra maestra.