Si existiese en este mundo algo así como un museo de la música moderna, uno meritorio claro, no frivolidades ni intrascendencias vanas como el "Hall of fame", a estos cuatro discos les correspondería un lugar digno y privilegiado. Todo lo que fue y será queda registrado en esto soberbios discos que aunan lo mejor de los cuatro géneros musicales más representativos de la segunda mitad de los 60: Folk-pop, rock, blues, psicodelia, y la fusión de estos con otros mas.
Redondos, concisos, pretenciosos, innovadores, se les podrían calificar de diversas maneras; mas resulta necesario resaltar (y aunque suene paradójico) que estos discos no buscan revolucionar ni pretenden renovar los cimientos de la música comercial. Todo lo contrario, estos trabajos celebran el inmaculado florecimiento que consiguió en tan pocos años, y con tamaño impacto, la música moderna entre el 65 y el 69. Y aún en la actualidad se puede persibir su repercusión
Curiosamente estos cuatro trabajos resultan ser discos dobles. Probablemente si se hubiesen eliminado algunos pasajes menos interesantes de cada disco y se hubieran lanzado en trabajos simples, talvez no hubieran tenido el mismo aire de memorial musical que consiguen, y hubieran sido mas bien uno más en sus invalorables discografias, lo cual de por sí hubiese sido igualmente estimable.
Para comenzar, "Blonde on Blonde" es un excelente muestrario de uno de los genios musicales, Bob Dylan, de como elaborar memorables conposiciones folk-pop con querencia blues, y como expandirse en este género sin perder el foco y elaborando un trabajo redondo y conciso. El fuerte de Dylan es la parte lírica, un hombre con tanto bagage literario y que desde muy joven gustó de la poesía y de la lectura de una amplia variedad de escritores; todo esto le sirvió para poder inspirarse y elaborar de entre las canciones más hermosas y complejas, con su estilo vocal nasal propio acompañado de su equipo instrumental que complementan con creses su visión musical.
A destacar una de sus grandes obras maestras, "Visions of Johanna", tan rica en imaginería lírica que dibuja en la mente del receptor una amplia variedad de escenas y pasajes de remembranzas y percepciones propias de este genio, y que valen cada momento de los siete minutos que dura la canción. Aderesado con una acertada y melancólica harmónica y un sentido y sutil trato instrumental consiben una de las más hermosas y memorables baladas folk-pop que se han podido elaborar en los 60s.
El controversial "White Album" de los Beatles, algunos lo consideran su mejor trabajo discográfico por su amplio repertorio musical, mientras que otros opinan que, quitando algunos pasajes, hubieran conseguido un trabajo más rotundo. Puede que sea verdad pero el punto es que el disco resulta ser un gran e imprescindible logro que luce en su base minimalista y pretenciosa cuánto puede conseguir el pop en sus distintas vertientes. Desde calmadas e íntimas baladas como "Blackbird" o "Julia", hasta elaboradas genialidades pop como "Happines is a Warm Gun" o "Good Night".
Soberbias composiciones pop por parte de McCartney en las cuales se observa su impecable sensibilidad melódica en la reflexiva "Mother Nautre's Son", la vigorosa "Back in the U.S.S.R." o en la simpática "Honey Pie", asi como su lado mas rocker en la demoledora "Helker Sketler". Lennon aporta poderosas canciones de descarga blues y rock como "Yer Blues" o la vibrante "Everybody's Got Something to Hide Except Me and My Monkey". Además expone su lado más melódico en la hipnótica "Dear Prudence" y en la letárguica "I'm So Tired". Harrison también sorprende con su clasica "While My Guitar Gently Weeps".
Contradictoriamente, el disco resulta ser el que mejor exhibe el talento de sus componentes. A pesar de que en el momento de su ejecucción la banda pasaba por problemas internos, encontraron en su liberación grupal una autonomía musical que les permitiría llevar sus ideas y propuestas sonoras con mayor proliferación y contundencia.
Jimi Hendrix, el virtuoso guitarrista de Seattle sorprendería no sólo por sus sobresalientes dotes en la guitarra, sino que demostraría ser uno de los frontman mas memorables al absorver recursos escénicos de sus contemporaneos y hacerlos suyos. Probablemente el momento mas célebre sería su "sacrificio a la guitarra" en Monterey. Además de ello brindó sorprendentes trabajos discográficos que registran su gran talento vocal, lírico e instrumental junto con la Jimi Hendrix Experience, y entre sus más resaltantes discos, definitivamente "Electric Ladyland" resulta ser su trabajo mas consumado y ambicioso.
Deslumbrante disco doble en el cual Hendrix oferta psicodelía del más alto calibre, y la conduce en sus diversas vertientes que nos lleva a un alucinante viaje sonoro lisérgico. Exhibe blues-rock sofisticado de querencia jam-session en la extensa "Voodoo Chile", la mesmerizante pieza de psicodelía y stoner rock "1983... (A Merman I Should Turn to Be)", la astuta y fulgurante "Gipsy Eyes", con esa percusión en la intro que parece preceder la música dance-funk, "Burning in the Midmight Lamp", una intensa e interesante pieza que presenta arreglos corales gospel, el caprichoso juego de guitarra por Hendrix en "Still Raining, Still Dreaming", la fulminante "Come On (Let the Good Times Roll)" con un solo de guitarra a lo largo de la canción que deja boquiabierto por su increible espontaneidad, o la intensa "All along the Watchover" un cover de Dylan de deslumbrante ejecución por parte de Hendrix. El trabajo resultaría ser la consagración del virtuoso músico en la escena rock y demostraría a críticos y escépticos por qué es considerado el mejor guitarrista de todos los tiempos.
Y finalmente los Stones no podían faltar en este memorial con su imprescindible "Exile on Main Street". Para algunos no resulta tan implacable ni sobresaliente como su trabajo mas importante, el "Let it Bleed", y esto básicamente porque en sí el disco, al igual que los previos tres ya mencionados, no presentan singles potenciales ni pretensión comercial, ni mucho menos aires de revolucionar la música. Al contrario, "Exile on Main Street" se percibe más como un meritorio tributo a la música afroamericana que les influyó enórmemente, al igual que a la música country-folk. Y esto se ve expuesto a lo largo del memorable disco doble (disco simple en la reedición) en soberbías piezas como el rock mórbido de "Rock-off", el country-folk campirano de "Sweet Black Angel", fusión de gospel y pop en la hermosa balada "Let It Loose", el blues más accesible en "Shake your hip", el rock&roll a lo Little Richard en la brillante "Rip this Joint", y hasta la interesante "I Just Want to See His Face", un apreciable medio tiempo que busca introducirnos a un recógnito ambiente blues prohibido para la gente blanca.
De todo el significativo material presente en el disco, cabe destacar "Sweet Virginia" que auna sobresalientemente diversos géneros musicales con un acertado oido crítico. Comienza con un lastimero y memorable solo de harmónica con querencia folk-country, presenta en su intermedio un solo de saxofón a lo blues-jazz y culmina con un festivo arreglo vocal gospel. Todo eso en cuatro minutos y medio.
Probablemente estos discos pequen de no ser tan accesibles como sus previos trabajos y se comprometan asi en logros musicales más artísticos que comerciales; por lo cual el gusto y la querencia por ellos puede resultar subjetivo; pero creo que todos los amantes de la música sesentera y de la música en general deberían por lo menos darse la oportunidad de escuchar y disfrutar estos trabajos. Cuatro discos básicos que escapan del sonido comercial y se aposentan en el lado artístico e instantaneo de la música, y que resultan inprescindibles para poder concebir la gran magnitud e importancia del auge del rock y el pop de todos los tiempos.
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