domingo, 19 de enero de 2014

RADIOHEAD - KID A


Año: 2000
País: Reino Unido
Género: Alternative.progressive-rock
Puntuación: ▲▲▲1/2

El cambio de milenio le significó a la banda también un cambio en la dirección de su enfoque, esto pues además de tener la mira de toda la crítica ante cual sería el esperado sucesor del notable “OK Computer”; y si bien ya en sus previos trabajos se aprecia su querencia por los sonidos vanguardistas y las experimentaciones filtrando a bandas claves del progresivo setentero como Pink Floyd y el krautrock alemán, es esta nueva producción la banda concibe una arriesgada producción discográfica de opiniones ambivalentes, mas imposible de caer indiferente para el buen conocedor.

Adentrándose a terrenos del post-rock menos accesible y más abstracto, plasman complejas estructuras que logran encantar en su alternativa hechura y compleja inspiración e interpretación, mas es resaltante igualmente la falta de dirección de la banda, su poca contundencia y falta de heterogeneidad al elaborar piezas que redundan en una misma idea sin crecer, exhibiendo la poca creatividad para poder expandir y concretar sus concepto.

“Everything In Its Right Place” posee su huella característica, atmósferas confusas y abstractas, envuelven al oyente en una maraña de sensaciones claustrofóbicas respaldadas por el empleo de sintetizadores muy al estilo krautrock, la angustia vocal resulta crucial para acentuar la sensación de tortura psicológica y desquicio mental, y un enfoque sonoro muy bien llevado que deforman la estructura convencional resulta más que suficiente para cumplir con un muy interesante corte de inicio; ahora si es esto realmente innovador, pues definitivamente no, basta con escuchar a Robert Wyatt en su “Rock Bottom” del 74 para darse cuenta de la excesivamente benevolente crítica que recibió este “Kid A”.


“Kid A” por otro lado es puro Kraftwerk, un concepto esta vez más abstracto y cuasi-robótico al generar cacofonías electrónicas en un pasaje ambient apacible y sensorial, exhibe una idea de ambigua interpretación que resulta atractiva en primeras escuchas, si no fuese porque carece totalmente de dirección y redunda en lo mismo en sus casi 5 minutos; “The National Anthem” por otro lado es una pieza de mayor contundencia y enfoque, a destacar ese omnipresente bajo amenazante y macizo, sigilosa pieza que se va convirtiendo en una abstracción progresiva angular de instrumentos de viento colisionando en una atmosfera perversa, hereda tanto de lo que Faust, King Krimson, Can y Moving Gelatine Plate hicieron como unos 50 años atrás; “How To Disappear Completely” es una pieza lenta algo curiosa, pues comienza muy plana y luego empieza a emanar una suerte de ensoñación atmosférica sunshine que no se define completamente, un Yorke de factura vocal psicodélica y una densidad etérea rica en matices hacer valer los casi 6 minutos de duración de esta pieza que juega con la pretensión progresiva de manera muy sofisticada.

“Treefingers” busca extender el concepto de su predecesor en un pasaje con evocaciones celestiales, pero resulta insuficiente en su pretensión, sonando a algo que Neu! o Sonic Youth hicieron previamente con mayor éxito; “Optimistic” esconde en sus chasquidas cuerdas cierta atmósfera cavernaria, otorgando junto con la factura vocal de Yorke una perversa sensación de paranoia lacerante y apocalíptica; “In Limbo” nuevamente explorando una idea que cae en la monotonía y pierde impacto e interés fácilmente; y "Idioteque", muy destacable piza que filtra de entre lo más vanguardista del estilo electrónico noventero como Björk, Chemical Brothers, y con mayor acentuación a Aphex Twin.

 El disco cierra con “Morning Bell”, melódica pieza atractiva en matices, pero peca de extensa; y “Motion Picture Soundtrack” pretensiosa pieza embellecida con sofisticada instrumentación que parece evocar a un Reed en “Berlin” (aunque la mayor acepción apunta a las películas de Disney de los 50s).

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