Año: 1971
País: Mexico
Género: Heavy-prog
Puntuación: ▲▲▲▲1/2
Emblemática banda de Tijuana, México; su sonido oferta una exquisita mistura de blues, progresivo, jazz y psicodelia, logrando uno de los estilo musicales provenientes de tierras charras más sofisticados y elaborados, condimentado además por su teatralidad en escena y sus experimentaciones art-rock con particular acentuaciones macabras-demoniacas.
Robustas piezas que parecen un rompecabezas progresivo demuestran el grant alentó el la construcción musical de la banda en piezas como “Mujer Fácil”, épica pieza heavy y progresiva con momentos progresivos que evocan a unos Atomic Rooster o incluso los primeros Soft Machine, además de presentar un interesante pasaje sensorial en su segunda mitad con aromas a unos King Crimson; “La Tierra de que te Hable” es una genial pieza con lenta intro progresiva-acústica de armoniosa melodía vocal, que desenlaza en una rítmica ledzeppiana en la que se luce Martín Mayo en los teclados; y sigue “Bajo el Sol y Frente a Dios” muestra su talento en la construcción melódica de peizas lentas, bello corte folk-progresivo en la que se luce la flauta de Frankie Barreño con evocaciones sutiles a un “I Talk To The Wind” de los King Crimson y cierto candor y trato melódico-vocal que por momentos trae a la mente a unos Assosiation.
La pieza fuerte del disco es la tétrica “Satanas”, mastodóntica pieza de espeluznante intro que comulga a unos primeros Pink Floyd con unos Black Sabbath, compleja y extensa pieza con un delirante solo y acompañamiento del mencionado Mayo, además de un ‘épico’ solo de Lalo Barceló en batería que tendrá a los amantes del progresivo más exquisito y sofisticado degustando de esta pieza hasta el cansancio; “Peregrinación Satánica” muestra una mayor ascendencia jazz y blues, un pasaje psicodélico muy a lo Country Joe & The Fish misturados con un Santana atmosférico y psicodélico; “Conspiración” es otra fenomenal pieza que presenta una atmósfera sensorial de acentuación acid-prog depresivo muy a lo C.A. Quintet, Maze o Iron Butterfly con cierta evocación vocal filtrando a unos Moody Blues de mediados de los sesenta; y “Groupie”, psicodelia de resonancia latina con cierta atmosfera ácida a lo Strawberry Alarm Clock (además de filtrar por ahí a unos Laghonia en “Bahia”) en la que se luce la sensualidad del bajo de Chalo Hernández y un genial solo final de Barreño en la guitarra eléctrica.
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