Año: 1970
País: Estados Unidos
Género: Gagare.proto-punk
Puntuación: ▲▲▲▲
Ultimo gran disco de la legendaria y emblemática banda neoyorkina en el que contarían con su principal hacedor Lou Reed (quien dejaría la agrupación incluso antes de que se complete el disco), si bien en términos globales resulta menos agresivo y vanguardista que cualquiera de sus predecesores, el disco ofrece muy atractivas y disfrutables piezas que viran desde su característico estilo garage y folk-pop hasta filtrar matices psicodélicos, country, e incluso mostrar una sofisticación más elaborada en la construcción musical en piezas sorprendentes como el corte final “Oh! Sweet Nuthin'”, pieza que cómodamente podría filtrarse en un “Abbey Road”.
“Who Loves The Sun” es la pieza inicial y la más refrescante de su más que respetable catálogo, cuerdas minimalistas de evocaciones folk-psicodélicas, despreocupados textos ligeros en una melodía pop beatleniana, y un efectivo empleo de arreglos corales psicodélicos dotan a la pieza de una inexplicable serenidad y narcosis sensorial muy a lo Afterglow, Zombies o más marcadamente unos Turtles; sigue la dylaniana “Sweet Jane” uno de sus memorables superclásicos con deslumbrante y multicolor intro psicodélica y con un estupendo Leed en la voz moldeando la melodía y buscando quiebres tal como lo haría el omnipresente mentor vocal de toda una generación (y probablemente de toda la historia del rock): Robert Zimmerman; “Rock & Roll” es otro de sus superclásicos, rescata su característico estilo lírico de sus primeros trabajos discográficos en una atmósfera menos vanguardista y más convencional; “Cool It Down” conjura una ligera y gamuzada atmósfera en su ascendencia r’nb; “New Age” es una pieza correcta en su conjuración atmosférica, muy característica de Reed, con cierta ascendencia beatleniana (sobre todo lennoniana) de su ya mencionado “Abbey Road” y “Let It Be” en su parte final; y “Head Held High” vocalmente algo forzada para un Reed de mayor regocijo melódico (por lo menos a lo largo de este gran disco), robusta pieza con resonancia por momentos a unos Steppenwolf y al sonido de la costa oeste.
“Lonesome Cowboy Bill” es la pieza disonante del disco, derivado country más prestado para la parodia, no carece de atractivo pero resulta genérica e inferior; “I Found A Reason” peca de sonar reminiscente a su “Pale Blue Eyes”, la idea y concepción resulta muy atractiva en recurrir nuevamente a juegos corales psicodélicos, pero sus estrofas caen en lo genérico y no se logra sostener la sensibilidad melódica de la pieza; “Train Round The Bend” posee un riff y un trabajo en feed-back que creo cualquier esperaría del mismísimo Hendrix, conjura un trance caótico y árido del sur-este americano por momentos trayendo a la mente a unos 13th Floor Elevators, además de un muy acertado Reed en su estilo vocal crudo y visceral con marcada ascendencia dylaniana; y cierra el disco la ya mencionada “Oh! Sweet Nuthin'”, fascinante pieza de atmósfera envolvente y con pasaje instrumental final simplemente alucinante, que contrasta con la rudeza de la pieza predecesora, pero resulta un muy gratificante punto final tanto del disco como de la invaluable etapa Reed en una de las bandas más influyentes de toda la historia del rock.
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