jueves, 12 de enero de 2012

THE DOORS - THE SOFT PARADE


Año:  1969
País: Estados Unidos
Género: Psychedelic blues
Puntuación: 



Canción favorita:"Touch Me"


A ver, a ver, que se puede decir de este trabajo que no se haya dicho; menospreciado por muchos (incluso por los mismos fanáticos de la banda), idolatrado por otros.

Lo cierto es que a este trabajo no se le puede otorgar el grado de disco emblemático del sonido de los Doors; probablemente sea todo lo contrario, muestra el nivel de experimentación que puede alcanzar la banda tras dejarse seducir por las peculiares direcciones musicales que se registran en este trabajo; y si bien lo hacen con contundencia, eso no les significaría el agrado de una fanaticada ansiosa de más de su sonido característico, ni de una crítica expectante de una impecable obra maestra digna del 69 que cerrara con broche de oro la carrera sesentera de los Doors a la altura de los grandiosos trabajos de sus contemporáneos Beatles y Stones.

Talvez si hubiera salido en el 67 o 68 otra hubiera sido su suerte; más creo, y esto ya es mi opinión personal, que el destino del disco hubiera sido otro si los dos cortes que abren el disco hubieran estado fuera de la parte inicial o simplemente no hubieran estado presentes.

“Tell All The People” es uno de los mejores cortes del disco; sin embargo demasiado music-hall para el oyente más empedernido en la oferta blues-psyquedelic de la banda, con un Morrison que más parece Tom Jones y una ornamentación de orientación baroque que deja atónito y ‘ofendido’ al mencionado oyente.

El primer corte en un disco de por sí siempre genera la expectativa del oyente, y si no la satisface…

“Touch Me”; animada, descarada, y poderosa; toda una pieza musculada de bravura y genialidad, pero nuevamente nos recuerda a Tom Jones en un estruendoso corte intenso, de sudorosa sección de batería y trompetas, pero que se ve bastante opacado por el sabor melódico que nos deja el primer corte.

De ahí sigue los Doors más convencionales en la siniestra y esotérica "Shamman Blues"; la juguetona pieza de psicodelia "Do It"; y la caprichosa “Easy Ride” con acelerada evocación blues.


“Wild Child” ofrece una mayor construcción de resonancia con un Morrison imponente y estruendoso, desafiante, altanero, inmortalizado en su esencia; "Runnin' Blue” mezclando el music hall y el country en un pretencioso corte de notables arreglos orquestales; "Wishful Sinful" demoliendo con ternura y belleza en una pieza entrañable que resalta entre personalidad abrasiva y altanera del disco; y claro, está el corte homónimo “The Soft Parade” adorado por sus fanáticos por la intrincada construcción de estilo musical muy característico de la banda, melodrama, psicodelia, y blues en percusión tribal se juntan a lo largo de los ocho minutos del conseguido corte que finaliza esta muy particular trabajo de la banda, ámenlo y ódienlo, esto es los Doors más arriesgados de toda su discografía, y la búsqueda de la heterogeneidad y la exploración para bien o para mal siempre será plausible.

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