Año: 1990
País: Reino Unido
Género: Indie.Madchester-sound
Puntuación: ▲▲▲▲
Canción favorita: "God’s Cop"
Por un momento allá por fines de los ochenta y los primeros años de los noventa la atención de la escena musical de las islas inglesas dejó de ser la fría y gris cuidad de Londres y los ojos del mundo (bueno talvez no del ‘mundo’, pero sí del resto de Inglaterra por lo menos) se encontraban al tanto de lo que estaba pasando al norte del país, en la escena musical de una Manchester que ya previamente había registrado a los imprescindibles Smiths en la historia del rock británico; esta vez ya el indie se había mutado con la vanguardia electrónica y estaba germinando así una nueva oferta musical despreocupada y liberal de clara alusión y devoción lisérgica.
Punteros del sonido de Madchester, los Happy Mondays supieron amalgamar su propuesta indie pop con recursos electrónicos propiciando la plataforma perfecta para epitomizar el concepto de rave, la historia se repite en una suerte de revival psicodélico en el cual el lsd fue cambiado por el éxtasis y la experiencia musical se desviaba del ácido californiano, catapultándose a una bailonga y pachanguera aventura de intenso funk y house con efectos alucinógenos y narcóticos de menor repercusión o trascendencia que su referencia sesentera.
Su propuesta sin embargo no carece de encanto, resulta bastante atractiva si uno se deja llevar por su buen sentido del ritmo y sus sensuales pasajes de accesibles y desenfadados textos en pastosas e hipnóticas atmosferas seductoras, además de destacar la mano en producción de los DJs Paul Oakenfold y Steve Osborne, claves en la hechura y mezclas del disco.
El juergón comienza a lo grande en La Hacienda, e ingresan en la sangre la necesitada droga en “Kinky Afro”, esta noche necesito crucificar a algún amigo, no me importa lo que vayas a decir…todos digan yeah!!, una actitud chulesca y desafiante que define la rebeldía del adolescente despreocupado, liberal e impetuoso, el rock sirvió y servirá por siempre como en canal de expresión para canalizar (entre otras tantas cosas) las ansias internas de demolición y explosión adolescente, las hormonas se descontrolan y Happy Mondays encuentra la fórmula para hipnotizarlas y hacerlas bailar a su ritmo.
La fiesta sigue con “God’s Cop”, ahora evocando funk y groove en una irresistible atmósfera house de mayor exotísmo y suculenta sección rítmica para zambullirse y nunca dejar que termine la jarana; “Donovan” presenta una genial línea de bajo que sostiene este ligero pasaje que juega astutamente con el folk psicodélico y el house con derivación kraut; "Grandbag's Funeral" arremete con intromisión de teclados psicodélicos y sección rítmica funk; y claro no puede faltar los pasajes lentos de introspección narcótica y trance mental en la sensorial "Loose Fit".
Sigue la burbujeante "Dennis and Lois", uno de los mejores cortes del disco con conseguida profundidad y efectos sonoros; la tentadora "Bob's Yer Uncle" cantada a susurrante voz en fogosa incitación sexual y detonantes notas de flauta que generan un riff irresistible para los oídos, la droga y el sexo hacen sucumbir al ser humano en un afirmamiento de placer y hedonismo mundano; y completan la enérgica "Step On"('...you're twistin' my melon man...'); "Holiday” y "Harmony" con evocaciones sunshine, por ahí redundando en lo mismo y culminando así esta exquisita experiencia musical bastante recomendable de los años dorados de la cuidad de Manchester que tenía a toda una nación ansiosa de apuntarse al fiestón.
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