miércoles, 17 de octubre de 2012

THE GODZ - CONTACT HIGH WITH THE GODZ



Año: 1966
País: Estados Unidos
Género: Folk.Proto-punk
Puntuación: ▲▲

Canción Favorita: “May You Be Alone”


Una suerte de experimentación acústica y exploraciones vocales de pretensión vanguardista y conceptual oferta la banda neoyorkina en su alto contacto con los dioses; avezada propuesta musical que se aleja de las exploraciones musicales de sus contemporáneos y se envuelve en una mañana de experimentaciones vanguardistas sin aparente dirección; atractivas por algún motivo, logran despertar cierto interes tras el sugerente y nada humilde nombre del disco.

El término vanguardista termina en ocasiones siendo la única manera de poder clasificar cualquier experimentación que demuestre alguna exploración musical de inclinación artística apuntando al enfoque de ejercicios eclécticos o poco convencionales, innovadores, transgresores; y en más de una ocasión se le ha atribuido este término a ejecuciones discordantes, disonantes, sobrepretenciosas, carentes de dirección, contundencia o atractivo musical; por alguna razón el trabajo de los Godz resulta cayendo en un punto medio de estos dos puntos, sobrevalorado por mucho, desestimado por otros, el disco no logra manifestar su verdadera intensión, por momentos vanguardia, por otros trivial monotonía taciturna, sea cual fuese la inclinación del oyente, dudo mucho que despierte algún goce real tras su escucha.


Los primeros segundos de "White Cat Heat" conjuran cuerdas acústicas turbias y una atmósfera que se va tensando conforme las cuerdas empiezan a resonar entre ellas buscando la disonancia, juega con el tempo y la intensidad a lo “Heroin” de los Velvets Underground, y su collage de alaridos y ejercicios vocales que emulan a gatos maullando en una confrontación de fieras salvajes busca generar un clímax afligido, es un ejercicio rústico minimalista de vanguardia sónica de dirección predecible; efectiva al despertar cierto morbo en el oyente impaciente por un explosivo desenlace; “Turn On” exhibe cierta coherencia musical al presentar una melodía bluesy depresiva y triste, con pasajes estimables de harmónica dylaniana y una atmósfera taciturna que parece dibujar lastimeros personajes cantando en la oscuridad de la noche a la luna, posee cierta evocación al posterior “Poorboy Shuffle” de Creedence Clearwater Revival varios años después; peca de extenso; monótono, sin dirección ni clímax.

“Na Na Naa” juega con una percusión minimalista efectiva y dinámica, por momentos parece evocar el avance de los segundos del reloj, nuevamente juego de tempo rústico en un ejercicio vocal de balbuceante trance introspectivo en su perturbada y caprichosa melodía, los canales vocales e instrumentales buscan juntarse en una maraña intrincada disonante en la que el manejo del tempo parece ser el factor copulativo, por momentos consigue despertar cierto clímax en su parte medía-final, recuerda al venidero “Infinity” de Aphrodite’s Child.


“Elevem” sigue la línea del corte predecesor pero añade percusión tribal, sin factor sorpresa, innecesaria e intrascendente en el disco; "1+1=?” muestra una base folk simple y melodía vocal de aromas a Dylan o Johnny Cash, además de percusión en maracas, sus textos parecen explorar la desolación y la pérdida de la inocencia humana, cuando ataca el desencanto existencial y la afronta de la realidad.

“Lay In the Sun” es rústica, explora lo previamente explicado en “Na Na Naa”, el característico chasquido de guitarra cuasi-mecánico parece más bien ahora buscar cierta línea monótona y  consistente de fondo que también se puede apreciar en sus contemporáneos los Velvet Underground en “Waiting For The Man” o en los Monks de su “Black Monk Time” con mucha mayor contundencia.

Sigue la enmarañada “Squeak”, con incisivas distorsiones de violín y deformaciones chocantes y disonantes sostenidas que se filtran, se entrometen, se amalgaman y arremeten de manera por el consistente chasquido de cuerdas, ayuda a acentuar los eventuales golpes de percusión, exhibe muy interesantes recursos, mas su carencia de dirección convierten la pieza en un extenso collage de disonancias; “Godz” parece ser el manifestó protopunk vocalmente hablando, alaridos de estilo vudú parecen chocar convulsivamente; y cierra su versión del “May You Be Alone” de Hank Williams, aciertan al emplear caprichosamente una aullante flauta de fondo en sus primeros causando cierto efecto demencial y enfermizo en la mente, una melodía simple contrasta con la incoherencia, adelantándose a unos Neutral Milk Hotel; lo más rescatable del disco.


Pecan de recaer reiteradamente en los mismos recursos, varios de ellos rescatables, más no suficientes para sostener el disco, mucho menos para despertar un goce en reescuchas; sin embargo resulta innegable resaltar varios de sus adelantados recursos que seguramente más de un artista debe haber escuchado por ahí en algún momento y debe haberse influido, directa o indirectamente.

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