Año: 1969
País: Estados Unidos
Género: Avant-garde.Proto-punk
Puntuación: ▲▲▲▲1/2
Canción favorita: "Hair Pie: Bake 1"
Gozando de total rienda suelta en la inspiración y en el proceso musical, y ya finalmente sin las restricciones a las que se veía sometido el inquieto e irreverente genio de Beefheart en sus previos sellos discográficos, el cantautor y su inseparable banda lanzan uno de los discos más eclécticos, bizarros, incomprensibles y, aunque suene inconcebible, influyentes de toda la historia del rock.
Lanzado en el ocaso de la década dorada del rock, el disco ofrece un intrincado mejunje disonante de arriesgadas propuestas vanguardistas que filtran las diversas direcciones e influencias del rock y el blues, recurren a la construcción orgánica estilo libre del jazz vanguardista, la agresividad eléctrica que juega caprichosamente con la psicodélica y el jangle, la convulsión garage.proto-punk con basamento delta-blues que se sumerge en un torbellino cacofónico en el cual se entrechocan bruscamente sentidos de ritmo, tempos, estilos, personalidades, secciones de tiempo; parece que cada miembro estuviera ensimismado en su mundo buscando la creación orgánica de la estructura musical sin real conciencia de la dirección, rústica y primitiva, ni parecen mostrar importancia por el sentido del ritmo y acompañamiento el uno del otro, marcadamente inspirados por las corrientes surrealistas y dadaístas además de la mano en producción de Zappa . Si los Velvet ya exploraron esta dirección en su pionero disco debut junto con Nico, Beefheart lleva el sentido de la experimentación a inimaginables terrenos de innovación y pretensión musical y desafía todo lo establecido imponiendo una muy nutrida y pensada propuesta musical.
De difícil digestión, el disco es insoportable en primeras escuchas, y tediosamente incoherente y monótono en posteriores, más una vez que se le tiene bastaaaante paciencia el disco empieza a emanar su magia, el desorden sónico parece tomar forma en esculturas musicales eclécticas con nutrida sonoridad que pretenden establecer un nuevo estilo perturbadoramente impredecible conforme se va desenvolviendo cada corte y cada segundo va sucediéndose, la vena artística surge así, el art-rock hace efecto, y termina uno entendiendo esta nueva oferta aparentemente simplista y complaciente para un inestable y maniático Beefheart, totalmente alejado de la accesibilidad musical para cualquier oyente, más realmente meticulosa, sofisticada, inteligente, e incluso revolucionaría por momentos para cualquier buen conocedor del rock y de cualquier corriente musical en general.
Mas fuera del resultado, lo que más controversia causa es el violento proceso de elaboración del disco, en el cual se mencionan desde ligerezas relativamente aceptables como gritos y choques de personalidades hasta sádicos castigos físicos que llevaron a (como se dice y se define en varias partes) una ‘total sumisión’ de sus miembros hacia su líder, llevados a sobrevivir como una comuna por 8 meses de locura, frustración e inestabilidad emocional, todo esto en beneficio de la concepción musical (?).
El disco es asombrosamente rico en su contenido artístico e histórico, por sus surcos encontramos al jangle de Diddley o los Byrds, al garage.proto-punk de los Sonics o Seeds entre otras bandas garage americanas, a la psicodelia noise y ácida de Hendrix, la querencia por la vanguardia jazz de Zappa, la pretensión conceptual art-rock de bandas como la Soft Machine; la experimentación e innovación de los Velvets, y adelanta a tantos géneros como el punk, el vasto terreno de prácticamente todas las direcciones del post-punk, el alternativo en su etapa ochentera o el rock vanguardista, influyendo marcadamente así a un sinfín de bandas como (solo por mencionar algunos) Talking Heads, Minutemen, Pere Ubu, Pixies, Gun Club, Butthole Surfers, la John Spencer Blues Explosion, Beck, Björk, entre otras tantas bandas que probablemente encontraron en un la inspiración y el respaldo para consolidar sus diversas propuestas musicales que enriquecieron ese glorioso firmamento al que muchos llaman simplemente rock.
Sin aparente concepción ni contundencia global más allá de la mera experimentación, destacar corte tras corte en sí resulta una tarea algo ardua, pero se puede mencionar "Frownland” de corte inicial marcando a incoherencia en la melodía vocal (o falta de ella) con las cuerdas sueltas en un tumultuoso caos sonoro de perturbación cacofónica; “Dachau Blues" parece traernos a la vanguardia de los Velvets en una siniestra atmósfera claustrofóbica con intromisión jazz de estilo libre; la irreverente "Ella Guru" implanta un ecléctico estilo accesible para el oyente acertando así en la exploración de nuevas ofertas y terrenos en la construcción musical; el instrumental "Hair Pie: Bake 1" que parece adelantarse al sonido Canterbury de los Moving Gelatine Planes o incluso al krautrock de Faust; y "Moonlight on Vermont" buscando en el blues una postura instrumentalmente arrítmica muy efectiva.
"Pachuco Cadaver" exhibe en sus primeros momentos una atractiva construcción garage que se va desenlazando en una amalgama de jazz y jangle; "Sweet Sweet Bulbs" emanando en sus cuerdas calidez psicodélica de la costa oeste en su deconstrucción rítmica; "Neon Meate Dream of a Octafish" muestra una estupenda exploración conceptual instrumental en el que resulta ya innecesario reconocer cada instrumento pues suenan como cualquier cosa menos como lo que son; "China Pig" apuntando al basamento blues básico y nihilista; "My Human Gets Me Blues" con muy buen manejo de intensidad en su turbulenta y rocosa sección rítmica; y "Dali's Car" presenta un ejercicio de chasquido y cuerdas rústicas claro predecesor del noise alternativo de los ochenta.
El mejunje sónico adopta cierto exotismo en "Hair Pie: Bake 2" con sección vanguardista instrumental jazz; la psicótica y desquiciada “Pena" con alaridos y caos sónico proto-punk; "When Big Joan Sets Up" es otro buen ejemplo de la construcción orgánica de la propuesta de Beefheart al experimentar con nervudos y disonantes recursos y ejercicios instrumentales; "The Blimp (mousetrapreplica)" es otro muy interesante alcance vanguardista con insinuación progresiva; y el impecable final con "Veteran's Day Poppy", un irresistible conglomerado con mayor cuerpo y consistencia, aunque algo desinflada en su parte final (probablemente retratando la frustración y la depresión humana).
Como último punto, me gustaría resaltar la desmerecida opinión en la que muchos amantes del rock recaen al apuntar al disco como sobrevalorado, amelódico y musicalmente antiestético; y es que curiosamente esta peculiar trabajo lleva por momentos a pensar y reconsiderar lo que el oyente juzga como aceptable. A veces realmente terminamos convirtiéndonos en predecibles perros de Pavlov ansiosos de escuchar un estruendoso riff o una melodía contagiosa que por lo menos suene elaborada, accesible o coherente (bueno a eso nos acostumbraron los Beatles, que se va a hacer). El rock va más allá de ello señores, hay que expandir la mente y efectuar una comprensión más detallada y profunda en discos como estos para poder así tener una verdadera evaluación de este tipo de trabajos discográficos, todo es un proceso, el proceso musical en el que el verdadero amante del rock se ve envuelto conforme indaga con mayor atención en la historia del rock y se imbuye y empapa de los textos y críticas de otros autores con mayor conocimiento de la transcendencia musical.