Año: 2008
País: Estados Unidos
Género: Indie.Post-punk-revival
Puntuación: ▲▲▲▲
Canción Favorita: "DLZ”
Dentro de toda la escena post-punk neoyorkina contemporánea (la cual ya a estas alturas es considerablemente vasta), una de las interesantes alternativas resulta ser TV On The Radio, ya con este su tercer trabajo discográfico exhibiendo una mayor madurez y solides musical, al igual que una exuberante heterogeneidad musical que aúna con fluidez y buen gusto una amplia gama de géneros (aunque hay claro predominio del funk y el rap) en una vertiente o estilo art-rock y new-wave accesible y digerible, de acabados sofisticados mas sin pecar de sobrepretenciosos, algo en lo que muchas bandas recaen y terminan hastiando hasta más no poder.
Sorprenden con piezas realmente geniales como el corte de arranque “Halfway Home”, reviviendo la postura new-wave que heredan de la mítica ciudad de Nueva York en bandas como los Talking Heads o Blondie, esta vez conjurando un corte de melodía minimalista en un fondo atmosférico envolvente y fascinante en el que se filtra el ambient gótico en un trance noise por momentos con aromas a los Bloody Valentine o Sonic Youth; “Crying” manifiesta otra de sus querencias por el eclecticismo alternativo de Beck en una embriagante y deliciosa pieza funk con falsete incluido y coloridad sonora; y “Dancing Choose” sigue la vertiente de su pieza predecesora en un enérgico corte con mayor ímpetu recurriendo al rap como base rítmica en una maraña post-punk llena de vitalidad y desbordante en matices sonoros.
“Stock And Owl” es una recurrente balada con tintes épicos por ahí con evocaciones post-punk a lo Robert Smith, su densidad sonora resulta efectiva y de por sí envolvente, evocando pasión y fragilidad en texturas románticas aderezadas con fondo de violines; “Golden Age” apunta a un Prince ochentero en su influencia funk, y su querencia por la decoración musical resulta fascinante dotando a la pieza de una sinergia sensorial bastante loable; “Family Tree” es otra recurrente balada ya apuntando a un estilo emo-pop a lo Death Cab For Cutie, innecesariamente extensa para el resultado global del disco, aunque hay que admitir que logra despertar encanto sobre todo a partir de su segunda mitad en adelante; y “Red Dress” retoma la vena funk del disco en una protuberante pieza con mayor inclinación electrónica, groove y ska-funk a lo Bees (A Bunch Of Bees).
La parte final complete con “Shot Me Out”, una verdadera delicia melódica vocal con huella soul y que se pone bailonga en su segunda mitad con gustoso pasaje instrumental nuevaolero; sigue el halo esotérico de la inmaculada “DLZ” uno de los mejores momentos del disco en una genialidad musical atmosférica que juega con soberbia fluidez en secciones soul de insinuación rap en un inmejorable manejo de la intensidad; y “Lover’s Day”, otra pieza recurrente nuevaolera sin mucha trascendencia, enfocando su postura a una saturación noise experimental rozando con el progresivo, posee interesantes momentos de esplendor sonoro (sobre todo en la parte final parece elevar los oídos por los cielos en su altisonancia con aromas art-rock a Arcade Fire), mas innecesariamente extensa.
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