País: Reino Unido
Género: Indie
Puntuación: ▲▲▲▲
Canción favorita: "Stand"
Curiosa formación cuyo frontman Paul Bluter
indica encontrar inspiración tras ingerir ayahuasca (bebida alucinógena
proveniente de Perú), y que aparentemente le funciona muy bien pues consiguen
elaborar un conciso sonido con suficiente exotismo y heterogeneidad como para
disfrutarse corte tras corte tras cada escucha, logrando así una rica amalgama
que envuelve desde el r’n’b de la Motown, pasando por el jangle byrdsiano, la
psicodelia de la costa oeste, el ska, el reggae y el indie.
Los primeros segundos de “Who Cares What
The Question Is” para introducirnos en algún corte de Captain Beefheart, simpática
pieza de melodía beatleniana, country lúdico y acompañamiento de piano, parece
inspirarse de algunos de los cortes campiranos de Ringo Starr en los Beatles
como “Act Naturally”, “What Goes On”, “Don’t Pass Me By” o “Octopuss Garden”,
además del marcado jangle byrdsiano; esto último también se aprecia en “Love in
the Harbour”, con aromas a unos Buffalo Springfield del 67.
“Left Foot Stepdown” ofrece uno de los mejores
momentos de disco, exóticos y coloridos recursos latinos y un marcado ritmo ska
arremeten en una genial pieza que apunta más a la psicodelia de la costa oeste
sesentera y estilo indie-stonerosiano; “Got To Let Go” muestra sofisticación y
elegancia pop en una base funk, genial riff de órgano y solo de saxo y
atmosfera jazz adereza la pieza en su conseguido pasaje isntrumental final.
“Listening Man” mezcla r’n’b y reggae en un
calmado y memorable corte de tendencia vintage y mesmerizante fondo
instrumental; “Stand” destaca por la
exótica mezcla entre el reggae y el ska, envuelto en una letárgica melodía y
fascinante atmósfera psicodélica de efecto narcótico; y “(This Is For The) Better
Days” exhibe su querencia por el funk al fusionarlo acertadamente con el soul;
y el pasaje de sitar psicodélica y pop-country-folk con aromas a los Kinks y a
los Byrds en “The Ocularist” (más brve hubiera sido más efectiva).
El disco se completa con “Hot One”, corte
vintage de rock de mitad de los sesenta; y “End of the Street”, revoltosa peiza
de jangle-pop que evoca tanto al maestro Diddley como al r’n’b de la primera
mitad de los sesenta.
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