Año: 1968
País: Estados Unidos
Género: Psychedelic
Puntuación: ▲▲▲▲1/2
Género: Psychedelic
Puntuación: ▲▲▲▲1/2
Canción favorita: "Summertime"
Probablemente la mejor producción de la
banda ahora con una vocalmente fogosa Janis Joplin tomando la rienda de la
parte vocal y con mayor protagonismo, toda un volcán en el escenario y una incandescente
voz que pone los pelos de punta con esa afilada y descomunal garganta, logrando
exaltar el alma de cualquiera que se llame amante del buen rock.
Registrando algunas presentaciones en vivo
y material de estudio, este trabajo se perfila como el más representativo y
significativo al mostrar una efectiva comunión del talento de la banda y de la
voz de una intensa Janis insaciable en su descomunal factura vocal.
El garage crudo y desnudo y la efervescencia ácida queda más que
conseguido a lo largo de los siete intensos y majestuosos cortes llenos de vida
y alma rock, parece reflejar la efervescencia de unos irrepetibles sesentas, la
voz de Janis posee tanto erotismo y lujuria como estridencia y altisonancia que
consigue volver loco con cada frase que canta esta incomparable diosa del rock.
Arranca la psicodelia de una atractiva y
pegajosa “Combination Of The Two”, estupendo punto de inicio con melodía simple
y contagiosa, detona con la fuerte voz de Joplin dotando de personalidad al corte; “I Need A Man To Love” es otra
sorprendente pieza de intensa pasión vocal de incitación sexual, y sigue
“Summertime”, la cumbre del disco y uno de los eternos clásicos del rock, su
versión dota al clásico de acidez psicodélica y exuberancia vocal en una
alucinante atmósfera de placer y hedonismo rock.
Otro de los conocidos clásicos es el cover
de "Piece of My Heart", archiconocida versión inromtalizada ya para
muchso en la voz de Joplin, apuntado a un estilo vocal más robusto y abrasivo,
dota al clásico de energía y alma humana; "Turtle Blues" es un medio
tiempo blues a piano que consigue apreciar un interesante contraste entre una
impaciente Janis y las sugerentes lieans de piano cabaretero, en una conseguida
atmósfera con efectos sonoros de copas rotas incluidas; y "Oh, Sweet
Mary" resutla algo innecesaria aunque se puede apreciar como otro
mediotiempo instrumental que consuge por momentos mostrar algo de atractivo en
su aceptable desarrollo y dirección.
Culmina con la estridencia de la volcánica "Ball
and Chain", extensa pieza en vivo de blues-rock intenso, da punto final a
uno de los trabajos más recordados y significativos de los sesenta.
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