lunes, 11 de junio de 2012

BIG BROTHER AND THE HOLDING COMPANY - CHEAP THRILLS



Año: 1968
País: Estados Unidos
Género: Psychedelic
Puntuación: 
1/2

Canción favorita: "Summertime"



Probablemente la mejor producción de la banda ahora con una vocalmente fogosa Janis Joplin tomando la rienda de la parte vocal y con mayor protagonismo, toda un volcán en el escenario y una incandescente voz que pone los pelos de punta con esa afilada y descomunal garganta, logrando exaltar el alma de cualquiera que se llame amante del buen rock.

Registrando algunas presentaciones en vivo y material de estudio, este trabajo se perfila como el más representativo y significativo al mostrar una efectiva comunión del talento de la banda y de la voz de una intensa Janis insaciable en su descomunal factura vocal.

El garage crudo y desnudo y la efervescencia ácida queda más que conseguido a lo largo de los siete intensos y majestuosos cortes llenos de vida y alma rock, parece reflejar la efervescencia de unos irrepetibles sesentas, la voz de Janis posee tanto erotismo y lujuria como estridencia y altisonancia que consigue volver loco con cada frase que canta esta incomparable diosa del rock.


Arranca la psicodelia de una atractiva y pegajosa “Combination Of The Two”, estupendo punto de inicio con melodía simple y contagiosa, detona con la fuerte voz de Joplin dotando de personalidad al corte;  “I Need A Man To Love” es otra sorprendente pieza de intensa pasión vocal de incitación sexual, y sigue “Summertime”, la cumbre del disco y uno de los eternos clásicos del rock, su versión dota al clásico de acidez psicodélica y exuberancia vocal en una alucinante atmósfera de placer y hedonismo rock.

Otro de los conocidos clásicos es el cover de "Piece of My Heart", archiconocida versión inromtalizada ya para muchso en la voz de Joplin, apuntado a un estilo vocal más robusto y abrasivo, dota al clásico de energía y alma humana; "Turtle Blues" es un medio tiempo blues a piano que consigue apreciar un interesante contraste entre una impaciente Janis y las sugerentes lieans de piano cabaretero, en una conseguida atmósfera con efectos sonoros de copas rotas incluidas; y "Oh, Sweet Mary" resutla algo innecesaria aunque se puede apreciar como otro mediotiempo instrumental que consuge por momentos mostrar algo de atractivo en su aceptable desarrollo y dirección.


Culmina con la estridencia de la volcánica "Ball and Chain", extensa pieza en vivo de blues-rock intenso, da punto final a uno de los trabajos más recordados y significativos de los sesenta.

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