'...one sweet dream came true today came true today, yes it did!...' |
Año: 1969
Rating: ▲▲▲▲▲
Canción favorita: Meddley : “Golden Slumbers/ Carry That Weight/ The End”
Por excelencia el mejor trabajo de los Beatles; sería además la última vez que veríamos a esta banda trabajar cohesivamente, con contundencia, sin pretensiones más allá que hacer buena y sofisticada música, como lo hacían en el clásico “Rubber Soul”, sin fastuosidades ni caprichos entre sus miembros, mas con la perspectiva y altura de un digno trabajo del 69.
Y es que estos son los Beatles que extrañábamos durante la mitad de los sesenta; si bien creo nadie se queja de sus trabajos discográficos que nos regalaron entre el 66 y el 68, es claro la distante discordancia entre sus miembros con un McCartney enfocado en las pretensiones opulentas y buscando direccionar el sonido de la banda a una grandilocuencia épica; un Lennon enfocado en un sonido menos producido enraizado en el blues y que luego detonaría por influencia de su amada Yoko Ono en complejos experimentos vanguardistas; un Harrison insatisfecho por la poca notoriedad en la banda y el poco espacio que se daba a su propuesta de recursos orientales y de posturas más filosóficas; y un Ringo que lidiaba como eje conector entre los miembros teniendo que soportar las disputas y grescas de los egos de los otros miembros.
Así entonces la banda que toco lo más alto e inimaginable de la escena musical y que luego e esto, y ante la incertidumbre sobre cuál sería su siguiente ‘gran’ paso, lograron sorprender con su vuelta a lo básico en el 68; nuevamente consiguen deslumbrar con este sobresaliente trabajo que les significaría su más contundente, conseguida y rotunda obra maestra.
Y que bien que lograran seguir juntos para culminar los 60 con broche de oro, como debe de ser para la agrupación musical por excelencia de mayor influencia, de todos los tiempos, todo lo que escuchamos se lo debemos a ellos, y todas las bandas y artistas directa e indirectamente salieron influenciadas por su grandioso legado.
La primera parte presenta fenomenales cortes de su característica orientación pop pero esta vez con cierta oscuridad y revestida en sus siempre estupendas vertientes como la envolvente “Something”, mágico y sublime pieza por Harrison en un estilo que parece evocar a unos CSN en su disco debut en matices de soft-rock sureño; el lush-pop de un siempre sofisticado McCartney en “Maxwell's Silver Hammer” y en la intensa y memorable “Oh! Darling”; la simpática pieza de folk-pop con cierta querencia country “Octopus's Garden”; y Lennon no se queda atrás con la exuberante “Come Together” y la grandiosa “I Want You (She's So Heavy)”, magistral pieza de adictiva densidad musical de herencia psicodélica (por ahí ya con cierta orientación progresiva).
El meddley del lado B resulta igualmente fascinante por la acertada armonía musical y buen gusto de McCartney destacando así la monumental “You Never Give Me Your Money”, un elegante ejemplo de la calidad del sonido beatleniano; la sensorial y vespertina “Sun King”; el bubble-gum en cierta resonancia tribal de “Polythene Pam”; y mi pasaje favorito, el meddley de “Golden Slumbers/ Carry That Weight/ The End”, compleja e intensa pieza (con solo en batería de Ringo!) que muestra y resume en sus tres momentos la gran grandilocuencia y altisonancia que la banda puede conseguir cuando trabaja sincronizadamente, concordante y con pasión.
Los Beatles que todos queremos ver siempre, tal cual como los queremos recordar para la eternidad, y que seguirá influenciando por siempre tanto directa como indirectamente a través de los años.
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