martes, 30 de agosto de 2011

RADIOHEAD - OK COMPUTER 1996


A estas alturas la controversia que genera la calidad de esta banda seguramente ya interesa poco o nada a las nuevas generaciones de oyentes amantes del rock.

Si bien para muchos es una de las mejores bandas que ha surgido en los noventa, su marcada derivativa musical los delata como formulistas poro creativos que revisten esta falta de originalidad con sus ejercicios experimentales que se pintan como nuevos para el oyente menos experimentado y la crítica menos estudiada (y más complaciente); y que terminan justificando esta suerte de enaltecimiento de su sonido como punteros de la vanguardia musical noventera.

Bueno, cada quien es libre de pensar lo que desee, mas lo que no se puede negar es el impecable impacto que consiguieron trás este estupendo "OK Computer", un genial trabajo discográfico que se aleja de sus contemporaneos britpoperos para introducirse en terrenos experimentales oscuros y de textos más depresivos; y embebiendose de sus querencias setenteras y ochentereas; consigune construir doce piezas exitantes en su amalgama sonora e intrigantes po su sinuosidad.

A destacar entonces "Paranoid Android", que consigue una sofisticada elaboración en ese enigmático fondo instrumental que adereza esta bizarra historia de textos entrecruzados.

La sensorial "Subterranean Homesick Alien" pone en manifiesto su querencia pink-floydiana al explorar terrenos atmosféricos de texturas y luminosidad musical. Una muy efectiva pieza que junto con "Karma Police", estupenda pieza de bizarra concepción psico-emocional, resalta como lo más interesante de este trabajo.

"Let Down" con melancolía y trsteza rescata cierto aire del estilo britpop de sus contemporaneos; "Fitter Happier" carece de interés, pero ayuda a generar cierta tensión al trabajo que sugiere un concepto existencialista de angustia humana.




"No Surprises" también resulta efectiva al buscar la calma y la dulzura en su sensible subliminidad sonora que apacigua la carga pesimista del trabajo cual trance mental post-coma a lo "Goodby Cruel Wolrd" de Pink Floyd; y culmina con "The Tourist", lento tema que cierra este destacable trabajo de mediados de los noventa.

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