sábado, 27 de agosto de 2011
SONIC YOUTH - EVOL 1986
De los trabajos de los Sonic Youth, este es el que logra capturar más mi atención.
Su enfoque pseudo-conceptual resulta fascinante, bizarras historias de misticismo y ocultismo; aciertan también al descanzar un poco del noise y adentrarse en pusturas e ideas más elaborados y contundentes; su conseguida profundida y escenificación tambien fascina y resulta de lo más fidedigno al emplear efectos sonoros y ejercicios kraut-rockianos que nos introducen a estos lúgubres territorios que juegan con la imaginación; y si bien no están inventando nada nuevo, es imposible no presentar cierta inquietud al perderse en sus intrincados surcos tan intrigantes como exaltantes, provocando cierta agitación e intranquilidad emocional y despertando cierto morbo recóndito al ver esa sinuosa portada.
Levando su experimentación en direcciones post-rock y ambient, el disco consigue ocho magistrales piezas tan ricas e intrincadas que logran convencer al amante de la música menos accesible.
"Tom Violence" comienza el disco en un genial corte de sadismo y acoso de violencia psicológica que emplea acertados ejercicios de distorción en guitarras a lo Velvet Underground y Pink Floyd en los sesenta. Es intensa, sudorosa, provoca excitación en sus lastimera y desplomante postura.
"Shadow Of A Doubt" por otro lado es misteriosa, juega con ese enigmático fondo tras una sugerente voz fémina susurrando una mórbida historia hitchcockiana de encuentros en un tren, imposible serle indiferente a ese seductor 'Kiss me in the shadow of a doubt', desenlazando en un caótico clímax de perturbadoras evocaciones oníricas, caos y vesania mental
"Starpower", para muchos la favorita del disco, su fácil escucha y su ya clásico riff envuenven en esa atractiva melodía fémina totalmente desinteresada pero seductora y de cierta evocación sexual de ansias adolescentes.
"Green Light" es perversa, malicienta, su atmósfera es recorcida en ese estupendo pasaje intermedo de reminiscencia a lo Barret en "Pow R Toc H", atractivo pasaje instrumental de caos y confusión, los ejercicios noise nos puede a veces alegrar la vida cuando consigue encapsular cierto encanto enigmático que por una extraña razón provoca curiosidady e inquietud.
"Secret Girl" es perturbadora, despierta morbo en esa sensorial percusión que nos va introduciendo a una atmósfera oscura, tétrica, el corazón empeza a latir más fuerte, de pronto ya sientes el sonido muy cerca, hay cierto miedo, pero más intiga porque quieres seguir, y ese desenlace de notas de piano que lavan el cerebro ante una afligida voz que nos va diciendo 'Cross yourself...see yourself...feel yourself...scream once more...move yourself...Come and touch me here...so I know...that I'm...not there '.
"Marilyn Monroe" es desquiciada, gritos lejanos parecen buscar a alguien perdido en la penumbra, casi se logra percibir el humo blanco encegando la oscuridad de la noche fría, llaman por alguien desaparecido, de pronto ya no más, de pronto nos vemos introducidos en este noise atmosférico que superpone pastosidades una sobre otra, algo incoherente, conecta con "Expressway To Yr. Skull", extenso orgasmo sónico de noise velvetiano que descarga su rabia y desconcierto en su triste y frío fondo.
Excluyente la innecesaría y desperdiciada "Bubblegum", el disco es un deleite para los oidos amantes de la vanguardía más discreta y menos revuscada; los Sonic Youth no inventan nada nuevo, pero sí que saben como revestirse de sus querencias sesenteras para elaborar fascinantes y atractivos conceptos musicales.
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