Qué discazo, tamaño trabajo de esencia jazz moviendose acertadamente por diversas vertientes algunas más accesibles otras más arriesgadas. Un claro iluminado del "Sgt. Pepper", mas Al Kooper dota de personalidad y autoridad al sonido del disco, fascinante en su majestuosidad y pretención. Un fino y elegante ejemplo de sofisticación y estilización musical.
Comienza con un estimable "Overture" donde se resume en cascadas de violines lo que el disco tiene para presentar, esto en un fondo de risa bufonesca que nos remite a las opulentas fiestas de la nobleza en los siglos XV o XVI; introduce, por muchos, la mejor pieza de este trabajo, " I Love You More Than You Ever Know" me atrevería a decir es lo mejor que ha podido haber hecho Al Kooper vocalmente hablando. Su vena jazzista sale a flote en este fulminante y apasionado corte aderezado con sutileza hasta llegar a ese apoteósico final en el que se le va desvaneciendo la voz en su clamante "I love you....". Un temazo.
La embriagante intro de "Sunday Morning" es muy efectiva en una pieza de melodía primorosa aderesada con elementos y recursos propios del jazz mas estilizado y elegante cual pieza barroque, un deleite para los oidos. Le sigue "My Days Are Numbered", otro soberbio corte de jazz de salón. La hermosa "Without Her" es un deleite sonoro de sutiles acordes y notas con voz sinuosa y delicado cuidado melódico e instrumental.
"Just One Smile" es una pieza más accesible que ahonda en la vena más pop del disco. Intensa y elegante, con encanto, en esas intensas notas de piano y esas atmosféricas trompetas. "I Cant Quit Her", retoma la vena jazzista que sirve además como contraste para "Meagan's Gypsy Eyes", melosa pieza que desentona ligeramente con el resto del disco, más que nada por esos delicados tintineos que, en mi opinión, se presentan algo artificiales e innecesarios.
Sigue la extensa "Something Going On", que exhubera recursos del jazz-rock, trompetas, intensas secciones de solos de guitarras, muy a lo music hall, muy estimable corte de factura vocal influenciada en el frenesí a lo Little Richard o James Brown.
Los cortes finales del disco presentan lo más arriesgado del disco; la gloriosa "House in The Country" es el corte más original del disco, con una construcción melódica envidiable y un apabullante fondo de festivas trompetas, inmaculado corte con muy acertadas intromiciones de voces distorcionadas, pausas repentinas, una sección final intrincada, en fin uno de los momentos mas ávidos del disco. Le sigue la particular "The Modern Adventures Of Plato", totalmente inesperado en su construcción muy a lo "Eleanor Rigby", mas optando por la pomposidad y ostentando una pieza majestuosa de intrigante atmósfera.
Cierra el disco "So Much Love_Underture" que conglomera lo previamente dicho en una pieza ligera que da por finalizado esta despampanante aventura jazzística única.
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