Una gran sorpresa fue escuchar este segundo trabajo de la banda americana. Tras un trabajo que se enfocaba en el country-folk y en el blues; en sí en las raices del rock; se ilumnian y elaboran este ambicioso y complejo trabajo muy influenciado pro el "Sgt. Pepper", mas sin perder el hilo de su sonido. Dicho esto, en la práctica resulta un cambio o enfoque moderado, pero el resultado es un sorprendente trabajo de diversos matices y de respetable variedad sonora.
Presenta dos cortes ya clásicos en la historia del rock; Young nos ofrece la estupenda "Mr. Soul" (cuyo riff deriva del "Satisfaction" de los Stones). Muy destacable pieza rock que junto con "Bluebird" de Stills, que presenta un meritorio pasaje final de bajo) muestras su acertada formulación de cortes de rock convencional, de aroma a clásico, y siempre bien construidas, robustas, concisas. basta con escuchar los destacables solo de guitarra que se ofrecen en estos cortes.
"A Child's Claim to Fame" es un refrescante corte country-folk muy meritorio, con placenteros acordesd eguitarra acustica y cálida factura vocal, posee un encanto campirano instantaneo y una espontaneidad melódica que parece llevarte a recostarte en el verde pasto de un paisaje matutino. Complementa explendidamente con "Everydays" cuya sinuosidad sonora y sutileza jazz-cabaret resulta un deleite para los oidos. Elegante y sofisticada; un sifnigicativo viraje en el enfoque del sonido que presentaban en su previo trabajo.
"Expecting to Fly" es una pieza totalmente inesperada, empleando un fondo de estilo baroque y una muy cuidada melodía vocal, Young consigue conjurar una melancólica y sentida pieza de fascinante trasfondo, realmente da ganas de escucharla una y otra vez y envolverse en esa sonoridad nebulosa. Para contrastar un Furay de voz apenada y melancólica nos regala la hermosísima "Sad Memory", un corte acústico de muy sutiles arreglos de fondo, lo cual contribuye considerablemente a que esta pieza no se aisle del resto del trabajo.
"Hung Upside Down" es otro corte muy estimable por parte de Stephen Stills, de ascendencia blues y con un meritorio solo de guitarra, la pieza se acentua muy bien en su atmósfera sónica.
Las disfrutables "Good Time Boy" y "Rock & Roll Woman" complementan el trabajo que culmina con una arriesgada "Broken Arrow", extensa pieza que pareciera buscar el "Day In A Life" del "Sgt. Pepper". Posee un meritorio encanto que le deparía una acerto final al disco; mas sus extensos seis minutos resultan innecesarios. Aun asi el producto final de este majestuoso trabajo resulta un placer para los oidos y un gran salto en la evolución del sonido de esta ivaluable banda que se adapta con acierto y sin perder su enfoque a las ambiciones y fastuosidades del 67.
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